Pese a su corta andadura ha pivotado varias veces dentro del ámbito energético y actualmente participa en el programa de emprendimiento industrial de Debegesa Make In!, donde trabajan para llevar su propuesta al entorno empresarial industrial de la comarca de Debabarrena.

Hace once años, Goikoetxea decidió dejar su carrera en ingeniería industrial en la Escuela de Ingenieros de Bilbao e irse a Barcelona, donde estudió diseño de producto. Junto con unos compañeros creó The Social Coin –ahora Citibeats–, una empresa del ámbito de la responsabilidad social corporativa que ha cambiado de rumbo, pero siguen en marcha y emplea a 40 trabajadores. De allí el santurtziarra se fue a Berlín con una beca Global Entrepreneurship, donde colaboró con la startup Fresh Energy, ayudando a abrir el mercado estatal y Latinoamericano. La tecnología que aplicaban allí era una especie desagregador que entendía qué electrodoméstico o equipo eléctrico estaba siendo usado y en qué momento. Sin embargo, los contadores inteligentes que hay en el estado dan los datos cada 15 minutos o cada hora. Goikoetxea vio que podía dar respuesta a esa necesidad con un aparato que se conecta al puerto óptico del contador y obtener datos en tiempo real. Ahí empezó todo.

No querían participar en el sistema eléctrico como tal y crearon un panel eléctrico digital, incorporando computación y gestión de datos, con lo que podían gestionar a nivel energético todo dentro de un espacio. Presentaron el producto en el evento para startups 4 Years From Now. Hubo «bastante interés», pero al ser una empresa pequeña, necesitaban «una inyección de financiación muy grande» para fabricar. A finales de 2021 hicieron una campaña de crowdfunding para saber si se iban a mover en el mundo residencial o industrial, y justo después surgió la oportunidad de participar en Make In. «Todo ese conocimiento para gestionar activos energéticos de generación renovable, plantas solares o cualquier otra cosa, lo vamos a aplicar aquí. Vamos a ayudar a las empresas a reducir la factura de la luz», apunta. 

Quieren que Tormesh sea un «partner estratégico de las pymes vascas», que ofrezca y garantice energía verde a las empresas industriales para abaratar los costes. Es un servicio en dos etapas: autoconsumo con generación fotovoltaica y energía verde bajo demanda. Se encargan de instalar en el tejado de la empresa las mejores placas y de su mantenimiento, para ofrecer el mayor porcentaje de autoconsumo y sus clientes solo pagarán su consumo. El siguiente nivel es la energía bajo demanda. Entran en negociaciones con lo que se llama el intercambio de energía local: comunidades energéticas locales, renovables… con el paraguas de una planta de energía virtual, «una herramienta que fomente la creación de comunidades energéticas y el intercambio energético local para poder salir del sistema centralizado que existe ahora».

Han enlazado tres Hazitek del Gobierno Vasco para los proyecto de I+D de sus productos, así como una ayuda Ekintzaile. Actualmente trabajan en proyectos de autoconsumo industrial y este año les gustaría tener cuatro o cinco clientes. Después avanzar poco a poco hacia la administración publica y de ahí al ámbito residencial.

A lo largo de estos años Goikoetxea se ha planteado varia veces dejarlo todo, pero siempre pasaba algo que le daba la oportunidad de seguir. Ha aprendido sobre todo de los errores, «no me gusta hacer las cosas mal, pero lo prefiero a no hacerlas»; y también a relativizar la inestabilidad. Quiere plantar una semilla que genere valor a nivel de empleo y económico. «Mi sueño siempre ha sido afianzar una empresa en el País Vasco y sentirme un poco reflejo de todas esas empresas familiares que han hecho las cosas bien. Quiero cambiar un poco las cosas dentro del País Vasco, que a mí me ha dado tanto».