La cada vez mayor presencia de furgonetas camper y autocaravanas en las áreas de servicio y campings de las localidades turísticas podría dar a entender que este sector marcha –nunca mejor dicho– sobre ruedas. Pero la realidad es algo más compleja. Por una parte, es cierto que el interés por este tipo de vehículos sigue en aumento, sobre todo tras el fin del confinamiento, lo que ha llevado a mucha gente a valorar la independencia que ofrecen estos vehículos. Reflejo de ello es el aumento del 5,7% que ha experimentado el mercado estatal en su conjunto desde comienzos de año.  

Pero la cosa cambia si se desglosan vehículos usados y nuevos, lo que refleja un claro aumento de las autocaravanas de ocasión y un pinchazo en los vehículos recién matriculados.

Según datos de la Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning (Aseicar), en los cinco primeros meses del año se han vendido un total de 7.918 autocaravanas y furgonetas camper de segunda mano, lo que supone un aumento del 12,2% respecto al mismo periodo de 2021.

Pero esta mejora también hay que matizarla, ya que si desglosamos los datos mes a mes, se comprueba que los incrementos solo se han producido entre enero y marzo, ya que en abril y mayo la tendencia se ha revertido, con leves descensos de en torno al 5%.

En cuanto a los vehículos nuevos, también se registraron subidas en enero y febrero, pero desde entonces las cifras han sido negativas. Así, desde comienzos de año, se han matriculado un total de 2.670 vehículos, lo que representa un 9,6% menos que en el mismo periodo de 2021.

Para Aseicar, esta bajada está motivada por la falta de componentes que afecta a la industria automotriz en general, pero también por el encarecimiento de estos vehículos a causa de los impuestos y por la situación de incertidumbre que ha generado en las economías domésticas la subida del precio de los carburantes y el consiguiente aumento de la inflación.

Esta falta de vehículos también afecta a las flotas de alquiler de autocaravanas, que están encontrando «serias dificultades» para aumentar unidades de cara a las próximas vacaciones de verano.

Impuesto de matriculación

El encarecimiento que han registrado estos vehículos desde comienzos de año viene motivado por la entrada en vigor en enero de 2022 del nuevo impuesto de matriculación, que estuvo congelado durante un año. Y es que, en un principio, estaba previsto que en enero de 2021 entrase en vigor el nuevo ciclo de homologación europeo de emisiones WLTP, que se basa en una prueba de conducción más real (frente al anterior NEDC, menos exigente), lo que provocó la subida de las emisiones de CO2 que se tienen en cuenta para fijar el impuesto de matriculación (0% hasta 120 grs, 4,75% para superiores a 120 y menores de 160, 9,75% hasta 200 grs y 14,75% para los que superen esa cifra).

Sin embargo, en el mes de mayo el Congreso español aprobó una enmienda para evitar el gravamen que suponía para un mismo vehículo la aplicación del impuesto en función del nuevo ciclo de homologación.

Pero a finales de año, decayó dicho aplazamiento y en enero de 2022 volvía a entrar en vigor la normativa europea, con lo que los vehículos matriculados este año pagan un impuesto de matriculación mayor, sobre todo los que más consumen, como las autocaravanas. Estas, en cualquier caso, se ven beneficiadas por una bonificación del 30% sobre la base imponible.

Periodo de garantía

Al margen de los impuestos, este 2022 ha traído como novedad que a este tipo de vehículos se les aplica una nueva normativa que amplía el periodo de garantía, de dos a tres años en el caso de los vehículos nuevos, y de uno a dos años para la compra de los de ocasión. Esta nueva directiva europea tiene como objetivo impulsar patrones de consumo más sostenibles y acordes a una economía circular.

Estas directrices incrementan también el plazo que ofrece la marca en servicio técnico y repuestos, de 5 a 10 años. Esto también se aplica a los vehículos de ocasión, ya que según la nueva ley de garantías, durante los primeros 12 meses cualquier avería o desperfecto será responsabilidad del vendedor, siempre que el comprador no hubiera sido informado de ello.