Unos 4.700 trabajadores de Mercedes-Benz en Gasteiz están llamados este miércoles a una jornada de huelga convocada, por separado, por CCOO y UGT, por un lado, y por ELA, LAB, y ESK, por otro, ante el bloqueo de la negociación colectiva.
Los sindicatos han llegado al menos a un consenso en torno a unas de las movilizaciones previstas, y todos han llamado a la plantilla a participar en una manifestación a las once de la mañana alrededor de la empresa.
En este contexto, el diputado general de Araba, Ramiro González (PNV), ha advertido a los trabajadores y trabajadoras que «se juegan la consolidación de sus empleos» en un momento en el que está pendiente de confirmarse una inversión de 1.200 millones de euros en la factoría. El pasado 10 de junio, el lehendakari Urkullu anunció que viajará a Stuttgart el próximo mes de julio para trasladar al CEO de Mercedes Benz el el compromiso de las instituciones con la multinacional automovilística alemana.
La inversión de Mercedes está vinculada a un acuerdo que permita una mayor flexibilidad laboral de la plantilla. En una comunicación interna enviada este martes a los trabajadores, la dirección considera que la convocatoria de huelgas es «totalmente incoherente» con la propuesta de inversiones para la planta de Gasteiz y ha acusado al comité de empresa de «boicotear» la negociación del convenio. El mencionado plan de inversiones, advierte, está «condicionado a alcanzar un acuerdo satisfactorio» en dicho convenio.
«Los argumentos utilizados por los convocantes solo es posible interpretarlos como una estrategia para intentar boicotear el proceso de negociación por medio de la creación de situaciones de tensión entre trabajadores», señala la dirección, que añade que «esta huelga resulta especialmente incomprensible y dañina para los intereses de la planta de Vitoria».
«La peor tarjeta de visita»
«La manera de arreglar los problemas es hablando, negociando y acordando; sobran las presiones por todas las partes», ha manifestado Ramiro González un su habitual rueda de prensa tras la reunión semanal del Consejo de Gobierno Foral. El diputado general de Araba ha subrayado que «la conflictividad es la peor tarjeta de visita» y que la sociedad «está asistiendo con cierta perplejidad a lo que está ocurriendo», en un momento en el que «tenemos la oportunidad de tener la inversión más importante de nuestra historia».
«Esto no es un posicionamiento a favor de nadie, sino a favor del diálogo y el acuerdo», ha sostenido, reiterando que «los trabajadores de Mercedes se juegan la consolidación de su empleo futuro; los trabajadores, mucho más numerosos, de las empresas proveedoras de Mercedes también se juegan su futuro; se lo juegan los trabajadores futuros de Mercedes y de esas empresas; y se lo juega el conjunto del territorio».
Ramiro González ha pedido «un esfuerzo por parte de la empresa y de los representantes de los trabajadores para sentarse a negociar» y ha asegurado que está «lejos de mi ánimo tratar de presionar a nadie», matizando que «lo que no puedo hacer como diputado general es cerrar los ojos a la realidad; considerar intrascendente el conflicto que se está produciendo; y considerar que es igual que haya o que no haya acuerdo. Y si alguien no quiere llegar a un acuerdo, que lo explique».
Reunión el pasado viernes
La huelga llega ante la falta de avances en la negociación del convenio, cuya última reunión se celebró el pasado viernes sin que acercaran posturas con la empresa y sin una nueva fecha para negociar, ya que la multinacional les ha comunicado su intención de no convocar nuevos encuentros mientras haya paros.
El paro de mañana fue convocado inicialmente por CCOO y UGT, que también tienen registrada otra convocatoria de huelga para el día 29. Por su parte, ELA, LAB y ESK plantearon en asamblea huelga del 27 al 1 de julio, una propuesta que respaldaron los trabajadores, quienes les propusieron también hacer paro el día 22, fecha de movilización prevista por CCOO y UGT.
A la manifestación convocada inicialmente por estas últimas centrales se han decidido adherir las otras tres. En el resto movilizaciones no ha habido consenso. Desde ELA, LAB y ESK se ha convocado, además de piquetes informativos en los diferentes turnos de trabajo, una concentración a las 10.30 en la puerta principal de la empresa y a las 18.30 una concentración y manifestación en la Plaza de la Virgen Blanca.
«Líneas que no se deben cruzar»
Fuentes de ELA han apelado a la empresa a seguir reuniéndose aunque haya paros porque, si se quiere buscar un acuerdo, «hay que reunirse».
Según han recordado, hay «líneas negras que no se deben cruzar», como la de ampliar la flexibilidad con una sexta noche, no perder poder adquisitivo, contrato de relevo mejorado, no a un ‘Modelo V’ «discriminatorio» con las nuevas incorporaciones, cerrar y concretar la movilidad en el propio acuerdo de convenio y regular y acordar las condiciones de las alrededor de 500 personas que trabajan fines de semana y festivos.
Por su parte, CCOO y UGT han convocado a las 18.00 una concentración frente a la patronal SEA, a la que se sumarán Ekintza y PIM (Plataforma Independiente Mercedes).