Finalmente llegó el día y la vicepresidenta Yolanda Díaz ha tenido su primer acto del largo camino de construcción de una nueva plataforma electoral que incluya pero trascienda a Podemos. La excusa es «el proceso de escucha» que ha llamado Sumar y que con retraso (iba a comenzar en mayo) ha empezado este viernes y con el que apunta a abrir diálogos con sectores sociales, colectivos y ciudadanos en todo el Estado.
El punto de partida ha sido el Matadero de Madrid, ubicado al sur de la capital, un viejo predio que se ocupaba de ganadería y hoy es emblema de producción cultural a la vera del río Manzanares. Con 35 grados y un solazo de verano castizo, el mitin ha tenido más de media hora de retraso y una organización bastante caótica que tenía de mal humor a la prensa y a varios simpatizantes.
De hecho, algunos de los más de 5.000 que se han acercado según los organizadores (la convocatoria era libre y Díaz había publicado vídeo invitando a todos los que quisieran ir) han comenzado a hacer pitidos y silbatinas. El calor agobiante, el sol y el estar de pie no es funcional al buen humor.
Antes del discurso de la ministra de Trabajo han hablado en el escenario representantes de la sociedad civil, como un sindicalista rider, una médica siquiatra y una activista ecologista, entre otros. Además se ha proyectado un vídeo con mensajes de apoyo de miembros del mundo de la cultura que incluía mensajes en euskara, gallego y catalán.
Díaz ha abierto su discurso recordando que en Madrid se está celebrando el fin de semana del Orgullo (una semana postergado por la cumbre de la OTAN) y en momentos en que el Gobierno municipal de José Luis Martínez-Almeida se ha enfrentado con las entidades LGBTI poniendo trabas a las actividades, la vicepresidenta ha recordado: «Estamos en la fiesta del Orgullo, del Madrid inclusivo, porque somos diferentes, diversas, y nos queremos así. Gracias a los que habéis sacrificado vuestras vidas por derechos y los que salisteis del armario para poner todo patas para arriba».
La exconcejala de Ferrol ha dicho venir «a hablar de futuro» y a impulsar «un movimiento ciudadano hecho desde la sociedad». Díaz así ha ratificado el contrapunto que ya ha sobresalido y que sin duda será una constante de aquí hasta el cierre de listas en Unidas Podemos: la diferencia de criterio en la estrategia de construcción de una nueva plataforma, enfrentándose a las ministras Irene Montero y Ione Belarra, principales dirigentes moradas, que descreen de las marcas electorales sin estructurar partidos orgánicos.
«El protagonismo es vuestro, sois vosotras y vosotros las que vais a sumar. Sumar no va de partidos ni de siglas, va de pensar un país mejor. Me dicen que voy lenta, pero tenemos más de un año para presentar un proyecto de país para la próxima década. Necesitamos paciencia, inteligencia, cariño, pensarnos bien», ha recalcado.
Sobre el final de su discurso, que se ha extendido durante solo quince minutos, ha vuelto sobre esa idea y ha hecho una advertencia que, sin nombrarlos, apunta a Podemos e Izquierda Unida: «Yo no me resigno en absoluto, doy un paso adelante con una condición, en este movimiento ciudadano soy una pieza mas, el protagonismo es vuestro y si vosotros queréis, yo me sumo. El protagonismo es ciudadano. Tiene que hablar la gente, ya está bien que hablen los de siempre. Vayamos al pensamiento del nuevo país con generosidad, con enormes dosis de ternura. Como en la vida, con la cosa pública no se puede hacer nada sin ternura».
El tono del discurso contrasta con el estilo del anterior líder y candidato a presidente de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. Las palabras «alegría», «cariño» y «ternura» han aparecido varias veces y también del «orgullo» sobre lo que, según Díaz, es capaz la sociedad española. La estrategia de su equipo de comunicación de ablandar el discurso morado para ensanchar la base ha sido notablemente visible en el acto inaugural de la nueva etapa.
De hecho, Díaz ha dicho ser «consciente» de que empieza este camino «en un momento muy difícil, de desafección ciudadana, como lo dicen todas las encuestas». Pero ha añadido lo siguiente: «Me da igual lo que digan los estudios demoscópicos. Pensáis que la política no sirve porque la política os ha dejado atrás».
En sus palabras no ha mencionado a nadie en particular, ni de su formación, ni del pasado ni de la oposición. Sólo ha criticado a «las derechas» y a quienes votaron «en contra de una reforma laboral que le está cambiando la vida a la gente». «La política es escuchar, escuchar y escuchar, con calma, tender la mano y después ser capaces de llegar a acuerdos», ha enfatizado.
En su tramo con mayor densidad ideológica, ha abogado por «construir un nuevo contrato social» y ha dicho que debe impulsarse también una «democracia económica». En ese sentido, ha fustigado a «las grandes multinacionales tecnológicas que tributan menos que los autónomos» y ha dicho que la democracia debe llegar a los impuestos.
También ha pedido «cambiar Europa» para tener una «más social, más afectiva con los ciudadanos», que «hable y busque la paz» y no vuelva «nunca más a las reglas de austeridad» y que «respete los derechos humanos, también en Melilla», lo que ha provocado los aplausos de muchos de los presentes.
Guiño a la plurinacionalidad
Una novedad notable ha sido la presencia de las diferentes lenguas del Estado en el mitin. De hecho, en el vídeo que ha antecedido a Díaz con apoyo de referentes sociales y de la cultura ha hablado Bernardo Atxaga, que ha lanzado un mensaje completamente en euskara.
«Ellos (las derechas) dicen que tenemos que enfrentar a las gentes que hablamos distintas lenguas, a alguien que habla gallego con alguien que habla catalán por ejemplo. Pero no, tenemos un país maravilloso, las lenguas son un patrimonio cultural y tenemos que poder expresarnos y vivir en las distintas lenguas», ha subrayado, una proclama que ha sido recibida con una ovación del público.
Tras concluir, otra novedad: seguramente es la primera vez en la historia política de Madrid en que un mitin de un partido español acaba con una canción en catalán. Se ve la influencia del sector de En Comú Podem, muy cercano a Díaz.
La vicepresidenta ha terminado pidiendo que se hable «de las cosas del comer y también de las cosas del soñar», ha prometido recorrer todas las regiones del Estado y, ha asegurado, allí no irá a hablar sino «a escuchar». Empieza su camino con la mira en Moncloa.