Como tantos otros cineastas que se dividen entre su formación occidental y su origen asiático, el taiwanés afincado en Austria C. B. Yi mezcla las influencias de maestros de ambos mundos, y si tuvo como profesor a Haneke en la Academia de Cine de Viena, a la hora de debutar acusa una querencia estética por las películas de Wong Kar-Wai.

Su ópera prima, ‘Moneyboys’ (2021), tuvo excelentes críticas a su paso por la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes y triunfó en los premios Max Ophüls del cine austriaco con las estatuillas a Mejor Película y Mejor Guion.

Aunque C. B. Yi rodó en suelo taiwanés, su primer largometraje de ficción se ambienta en el sur de China, porque quiere hablar de las dificultades de ser homosexual en ese país, y de lo que es sentirse como un extraño dentro de la propia familia.

El protagonista es fiel a la cultura china de trabajar para el resto de familiares, pero cuando se traslada del medio rural a la gran ciudad surge el dilema entre trabajar en la construcción con una mala paga o ganar dinero más rápido en la prostitución masculina.

De ahí el título, porque a quienes se dedican a eso se les llama así moneyboys, en referencia a un dinero que en casa aceptan, pero no sin cuestionar moralmente su procedencia. Todo contado en secuencias sin apenas cortes.