Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Robert Guédiguian deja Marsella para hacer un viaje a la descolonización

‘MALI TWIST’
Estado francés-Canadá-Senegal. 2021. 129’ Tít. Orig.: ‘Twist à Bamako’. Dtor.: Robert Guédiguian. Guion: Robert Guédiguian y Gilles Taurand. Prod.: Robert Guédiguian. Int.: Stéphane Bak, Alice Da Luz, Issaka Sawadogo, Douc Koma, Bakary Diombera.
Fot.: Pierre Milon.

Alice Da Luz y Stéphane Bak viven su historia de amor y el sueño revolucionario en el Mali de los 60.
Alice Da Luz y Stéphane Bak viven su historia de amor y el sueño revolucionario en el Mali de los 60. (NAIZ)

Es lo que tiene el cine de autor, que en cuanto te sales de tus signos identitarios y de tu estilo habitual, dejan de reconocerte. Robert Guédiguian era muy consciente del riesgo que corría al salir de su zona de confort, rodando lejos de su querida Marsella y sin su troupe de siempre, la encabezada por el eterno trío que forman Ariane Ascaride, Jean-Pierre Darroussin y Gérard Meylan.

Sin embargo, el marsellés continúa fiel a sí mismo y a sus ideales, porque lo que cuenta en ‘Mali Twist’ (2021), película presentada en la Seminci de Valladolid, vuelve a estar relacionado con la idea universal de las utopías revolucionarias y la militancia de izquierdas, siempre enfrentadas a los cambios históricos que llevan al confrontamiento entre el idealismo y la realpolitik.

‘Mali Twist’ (2021) combina la historia de amor con el activismo juvenil dentro del contexto de la descolonización de Mali. Una pareja romántica vivirá el difícil periodo que siguió a la independencia del país africano en 1960 con respecto a la Metrópoli de París, bajo el Gobierno de Modibo Keïta.

Samba (Stéphane Bak) cree en la revolución y en un África libre, más justa y más igualitaria, por lo que se enrola en las milicias para llevar la propaganda al medio rural. En una de sus misiones conoce a Lara (Alice Da Luz), que sufre la violación de una matrimonio forzado de conveniencia, por lo que no duda en huir a la ciudad en compañía de Samba.

Pero la situación no evolucionará como ellos creían y, además de verse perseguidos por el marido y otros familiares, serán testigos de un giro gubernamental hacia el totalitarismo. Por defender las tradiciones se prohibirá la música occidental y sus bailes rebeldes en el Happy Boys Club quedarán inmortalizados en fotografías convertidas en memoria cultural.

La película se inspira en las fotografías de Malick Sidibé, a quien esta colorista obra homenajea de principio a fin.