La suspensión de la cotización en bolsa de los títulos de EDF se ha realizado a petición de la propia compañía, como ha señalado este miércoles en un comunicado.

El Estado francés trabaja actualmente en las modalidades en que se realizará la operación de renacionalización y comunicará sus intenciones «a más tardar el 19 de julio antes del inicio de la sesión bursátil», según ha precisado el Ministerio de Economía en otra nota de prensa.

Actualmente, el Estado ya controla el 84% del gigante energético francés y la primera ministra, Élisabeth Borne, anunció la pasada semana el objetivo de una nacionalización total.

El objetivo declarado es garantizar la producción de electricidad frente a las consecuencias de la guerra de Ucrania y la apuesta del presidente, Emmanuel Macron, por la energía nuclear para garantizar la «soberanía energética nacional» a largo plazo.

Una empresa en crisis

No obstante, muchos expertos subrayan de que esta renacionalización completa debe entenderse como una forma de socializar pérdidas, ya que el control estatal de EDF estaba asegurado con la propiedad de más del 80% de sus acciones.

De hecho, EDF arrastra un pasivo de 43.000 millones de euros en un momento en que se enfrenta al reto, fijado por Macron, de poner en servicio entre 2035 y 2050 seis nuevos reactores nucleares, con un costo estimado de al menos 52.000 millones de euros.

El plan prevé la perspectiva de otros ocho reactores suplementarios, todos del tipo EPR-2, en función del resultado de estudios sobre las necesidades energéticas.

Y eso sin olvidar los alrededor de 50.000 millones de euros adicionales que serán necesarios para mantener en servicio el parque atómico actual, compuesto por 58 reactores.

Esas centrales nucleares generan normalmente un 70% de la electricidad del Hexágono, pero ahora producen un porcentaje muy inferior debido a que muchos de ellos están parados por labores de mantenimiento y fallos técnicos detectados.