Urtzi Urrutikoetxea
Entrevue
Gabriela Benazar
Portavoz de Planned Parenthood

«Mientras menos blanca seas, más fácil que te criminalicen por abortar»

Planned Parenthood es la mayor red de clínicas de salud reproductiva de Estados Unidos. Su portavoz Gabriela Benazar  explica la situación de incertidumbre en la que han quedado millones de mujeres del país después de que la Corte Suprema cancelara el derecho constitucional al aborto.

Gabriela Benazar, portavoz de Planned Parenthood.
Gabriela Benazar, portavoz de Planned Parenthood. (Urtzi URRUTIKOETXEA)

Tras la anulación por parte de la Corte Suprema de EEUU del precedente Roe vs. Wade, que garantizaba el derecho constitucional al aborto, organizaciones como Planned Parenthood, con más de 40 centros repartidos por todo el país, intentan contener el daño que supone esta decisión.

Ya ha pasado un mes desde la sentencia del Supremo que anula el derecho constitucional al aborto. ¿Cuál es su valoración general?

La valoración general es devastadora, lo ocurrido es muy grave para todas las personas del país. 36 millones de mujeres en edad reproductiva han perdido el acceso al aborto. Esto abre, además, la brecha en un país que ya antes tenía grandes desigualdades, especialmente para las personas negras, latinas, indígenas o inmigrantes sin papeles.

Ahora aumentan esas diferencias.

Tras 50 años de igualdad de condiciones a nivel federal, ahora tendrás situaciones como la siguiente: una latina de 25 años, por ejemplo, con el mismo nivel educación en Nueva York puede acudir a un proveedor en su propio condado, mientras que en Texas, según el estatus migratorio, quizás ni siquiera pueda salir de casa.

«En muchos lugares el derecho constitucional al aborto solo existía sobre el papel. En Misisipi, Misuri y Luisiana solo hay una clínica»

Algunos estados contaban con leyes preparadas para activar de inmediato la prohibición del aborto.

Son 13 los estados con trigger law o leyes de activación, que no necesitan ninguna acción legislativa adicional y ya tienen en marcha leyes que de una forma u otra restringen el aborto. Texas tiene una norma de antes de 1973, que había quedado en el aire con Roe, pero que no la habían sacado de la legislación, sigue ahí. Además, tienen dos leyes más, como la que prohíbe realizar abortos a partir de seis semanas de embarazo.

Y todo esto, en un país sin apenas sanidad pública.

Lo más cercano aquí es el seguro de Medicaid. Hay estados que se han negado a expandir Medicaid, que ponen barreras o exigen más requisitos mientras en otros las coberturas son más amplias. No es casualidad que los primeros sean los que tienen las prohibiciones más agresivas contra el aborto, y hay que recordar que las mujeres negras tienen casi tres veces más probabilidades de morir que las blancas durante el parto y el puerperio.

La batalla judicial pasa ahora del ámbito federal a los tribunales de cada estado. Por ahora ustedes han conseguido paralizar algunas prohibiciones.

La idea de los litigios es para ganarlo. En Utah fue una medida cautelar, se restableció con bastante rapidez, sigue siendo un alivio temporal. La situación cambia por momentos. Ahora pedimos a la Administración Biden que ofrezca soluciones y al Congreso, acción legislativa.

La sociedad civil, por el contrario, lleva tiempo organizándose.

La gente se está organizando y el sector privado, las empresas, también están actuando. Están los sistemas de acompañamiento y los fondos para el aborto, que ayudan a apoyar a la gente y se están moviendo mucho más. La respuesta de la comunidad ha sido muy alentadora, mucha gente está donando dinero y ofreciéndose para alojar gente en casa. Eso está pasando en todo el país.

«Hablamos de justicia reproductiva, que va más allá del derecho a decidir sobre abortar o no, es la capacidad de decidir cuándo y cómo crear familias, y poder decidirlo con garantías sanitarias, laborales y educativas»

Algunas clínicas han tenido que cerrar, otras se han trasladado a estados en los que la interrupción voluntaria del embarazo es legal. Ustedes mantienen abiertas sus instalaciones.

Nosotras no realizamos solo abortos, continuamos con otros tratamientos ginecólogicos o con la distribución de anticonceptivos. Pero la realidad no será como antes. Y hay que recordar que en muchos lugares el derecho constitucional al aborto solo existía sobre el papel: en Misisipi, Misuri y Luisiana solo hay una clínica. Ahora no hay forma de regresar a la situación anterior, y lo que viene es reimaginarnos. En cualquier caso, el aborto no puede ser solo un derecho de palabra.

¿Cómo viven la incertidumbre tanto pacientes como personal en esas clínicas?

Es agotador tener la misma conversación una y otra vez, y explicar por qué cancelas una consulta, ‘ya sé que la tenías, pero el gobernador hizo esto, se activó esta ley...’, la gente se desespera. Del otro lado está el personal, sí. Tienen el conocimiento, han estudiado, cumplen los requisitos necesarios, lo han hecho miles de veces, pero ahora se les impide hacerlo, aunque solo sea firmar una receta.

Siendo suficientemente grave lo ocurrido, parece que algunas agendas no se conforman y van más allá. El juez Clarence Thomas apunta claramente a otros derechos constitucionales como el matrimonio homosexual o los propios anticonceptivos.

No te puedo avanzar qué ocurrira los próximos tres o seis meses o años, pero somos conscientes, junto con otros movimientos, que estamos hablando de la justicia reproductiva. Se trata de un concepto acuñado por mujeres negras del Sur que dicen que el derecho va más allá de decidir sobre abortar o no, es la capacidad de decidir cuándo y cómo crear familias, y cuando lo decidas poder hacerlo con garantías sanitarias y de otros ámbitos, como el laboral o el educativo. La justicia reproductiva da un carácter interseccional al movimiento.

Urtzi URRUTIKOETXEA
Urtzi URRUTIKOETXEA

En teoría, los estados antiabortistas rechazan a las clínicas y a los proveedores de abortos, pero no a las mujeres que interrumpen el embarazo.

Las leyes van contra los proveedores, o como en el caso de Texas contra cualquiera que de asistencia. Pero eso es en teoría. Hace un par de meses, una mujer entró en el hospital con sangrado, no se pudo saber si el aborto era espontáneo o inducido, lo que queda es la palabra de la persona. A la muchacha se la llevaron detenida, cuando no había hecho nada ilegal, pero como todo es tan restrictivo el agente de turno interpretó que era causa para abrir un procedimiento. Mientras menos ingresos tengas, menos blanca seas, más vulnerable seas, más fácil esque te criminalicen.

«En el ámbito jujdicial, seguiremos luchando a nivel federal o estatal para que se aprueben las políticas que nos merecemos, para poder decidir sobre nuestros cuerpos y en defensa de la justicia reproductiva»

Otra de las derivadas de la nueva situación es qué ocurrirá con las pastillas, con las que se han realizado más de la mitad de los abortos en estos últimos años de pandemia.

Hay estados que se están moviendo. En Texas se prohibió después de siete semanas, con un criterio totalmente arbitrario; otros restringen quién y cómo puede dispensar esas pastillas, y otros intentan prohibir que se envíe medicina desde fuera del país, pero ¿cómo detienes eso?

Para muchas será la solución, pero está el umbral del tiempo, que es de en diez semanas. Hay mujeres, aunque sean una minoría de los abortos, que lo necesitan más adelante.

Puerto Rico quería bajar de las 22 semanas actuales, aunque solo fueran una docena de personas el año anterior las que requirieron un aborto en ese plazo. Por ejemplo, por un diagnóstico de cáncer, en el que comienzas la radioterapia al día siguiente.

«No entramos a valorar los motivos de cada persona, es su decisión y todas las razones son válidas»

Si generalizamos sobre sus perfiles, la mayoría de las mujeres que abortan después de 15 semanas lo hacen por uno de estos tres motivos. Algunas porque querían abortar desde mucho antes, pero les llevó tiempo recaudar el dinero; necesitaban organizar el cuidado de los niños que ya tienen, tenían que salir del estado donde residen... porque son personas de zonas rurales, de la región de delta en Mississippi... Otras, sobre todo adolescentes, porque sus menstruaciones son más irregulares o han sido víctimas de una violación, y quizás no se ha dado cuenta o sencillamente no ha podido alzar la voz. Esta es lo más cruel de leyes como la de Texas. ¿Cómo le añades una carga extra al sufrimiento de una niña de 14 años a la que supadrastro violó y con el que vive? El tercer perfil es el de las mujeres que ha tenido complicaciones en el embarazo. Por ejemplo, un caso de embarazo deseado, pero en el que la amiocentesis revela complicaciones, y no puedes llevar a cabo el aborto sabiendo que luego morirá o nacerá con malformaciones terribles.

En cualquier caso, no entramos a valorar los motivos de cada persona, es su decisión y todas las razones son válidas. Y todo esto supondrá muchísimas complicaciones para las mujeres, les arruinará la vida.

¿Cómo se sienten?

Nunca vamos a dejar de luchar por nuestras pacientes, para que reciban la ayuda que necesitan. En el ámbito judicial, seguiremos luchando tanto a nivel federal como estatal para que se aprueben las políticas que nos merecemos, para poder decidir sobre nuestros cuerpos y en defensa de la justicia reproductiva.