Si le hubieran dicho a Nacho Monreal el día de su estreno como profesional –9 de agosto de 2006– que iba a permanecer durante 16 años entre la élite futbolística, seguro que el de Eskirotz habría firmado con gusto. Un debut en el que ya quedó patente la confianza que había en su calidad, pues Kuko Ziganda le puso como titular en un partido histórico para Osasuna, como fue la ida de la previa de la Champions League frente al Hamburgo en el estadio alemán.
El lateral confirmó con creces que aquello no era flor de un día, permaneciendo durante cinco campañas como rojillo, hasta que el Málaga, por aquel entonces inyectado con los petrodólares de Al-Thani, se hizo con sus servicios en el verano de 2011. Entre que a aquel proyecto se le vieron los pies de barro demasiado pronto y la proyección deportiva del navarro seguía despegando, no fue extraño que hiciese las maletas rumbo a Londres.
El Arsenal le fichó en el mercado invernal de 2013 por 10 millones –una cantidad que ahora nos parecería irrisoria– y defendió la camiseta de los gunners nada menos que durante siete cursos, en los que ganó dos Community Shield. En 2019 decidió poner punto final a su periplo en la Premier y fichó por la Real hasta 2021, prorrogando después un año más su contrato.
Rodilla
Los problemas de rodilla, que le mantuvieron en el dique seco durante todo el pasado ejercicio, han sido el detonante para tomar la decisión de retirarse del fútbol profesional. «Mi rodilla me manda un mensaje claro, no doy para más», expuso de manera explícita en su cuenta de Instagram el lateral zurdo.
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A sus 36 años, tal y como explicó en redes sociales, «se acaba una etapa y empieza otra». Siempre en tono positivo, indicó que «soy feliz. Y me siento bien. Eso me da tranquilidad». El futbolista no dejó pasar la ocasión para agradecer a Osasuna, Málaga, Arsenal y Real el hecho de «haberse cruzado en el camino» todos ellos durante su prolongada trayectoria profesional en los terrenos de juego.