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Huelga en la clínica Aguilera de Biarritz para denunciar las agresiones a sanitarios

La agresión, a cargo de dos personas ligadas al club Aviron de Baiona, a un enfermero de la clínica Aguilera de Biarritz ha sido la gota que ha colmado el vaso. Hoy una jornada de huelga ha servido para decir basta ante la violencia que sufre el personal sanitario.

Un grupo de sanitarias en el piquete de huelga convocado durante toda la jornada de hoy en el acceso a la clinica Aguilera.
Un grupo de sanitarias en el piquete de huelga convocado durante toda la jornada de hoy en el acceso a la clinica Aguilera. (Guillaume FAUVEAU)

A su uniforme de trabajo los sanitarios de la Clínica Aguilera han añadido hoy un cartel con una diana dibujada y el lema «Stop a la violencia», entre otros mensajes en apoyo a la huelga convocada por el sindicato CFDT y apoyada por Force Ouvrière (FO).

Entre las 8.00 y las 20.00 los trabajadores del servicio de urgencias expresarán, con un piquete de huelga al que solo por la mañana se han sumado en torno a un centenar de sanitarios, su hartazgo ante las actitudes violentas que deben soportar cada vez de forma más habitual.

La situación, indica la enfermera Margaux Guridi, empeoró en el contexto de la pandemia, pero los meses de verano están siendo, añade, especialmente complicados para las trabajadoras.

La agresión de que fue objeto el pasado martes un enfermero ha traumatizado especialmente al personal, que hoy ha recibido el apoyo expreso hacia su protesta de Maxime Romain, director de la clínica. De hecho, por la mañana se han derivado pacientes desde el servicio de urgencias -cuyo bloque operatorio ha parado dos horas- hacia otros establecimientos hospitalarios.

Compañeros y compañeras del enfermero agredido remarcaban en la concentración organizada a las puertas del acceso a la urgencias que «es muy duro ver a un compañero en el suelo, inconsciente, en un charco de sangre».

Dos miembros del Aviron, borrachos

Dos personas vinculadas al club Aviron serán juzgadas el 23 de febrero de 2023 por «violencia en grupo contra personal sanitario».

La Fiscalía les hace responsables de la agresión que causó una conmoción cerebral al enfermero que se encargó de explicarles que no se admitía a acompañantes en urgencias.

El sanitario les propuso despedirse del joven que, tras sufrir un accidente, esperaba a ser atendido, e incluso se ofreció a tomar sus números de teléfono para tenerles informados de su evolución.

Esas explicaciones no impidieron que una de estas personas –Antoine Battut, ayudante del entrenador– propinara un puñetazo al sanitario que le hizo caer al suelo ni que ambos le dieran después más golpes hasta dejarle inconsciente.

Solo la intervención de agentes de seguridad, apoyados por sanitarios, permitieron reducir a uno de los agresores, que presentaban, según el informe de la Fiscalía, evidentes signos de embriaguez. El segundo pudio huir pero fue detenido horas después por la Policía.

Battut reconoce

Battut reconoció ayer jueves en su cuenta de Twitter que el miércoles «por primera vez en mi vida, perdí el equilibrio y no me lo puedo explicar. He decepcionado, me gustaría disculparme con todos».

«Por supuesto, siento remordimiento y arrepentimiento por un trabajador sanitario que está allí para ayudarnos, como he podido comprobar personalmente en el pasado. No dudéis de mi sinceridad», añadió en su mensaje en redes sociales.