María M.Mur (Efe)

De centro de tortura a local de votación: Estadio Nacional, testigo de la historia de Chile

Si hay un testigo directo de la historia reciente de Chile ese es el icónico Estadio Nacional en Santiago: escenario de su mayor hito futbolístico en 1962, centro de tortura durante el golpe de Estado de 1973 y este domingo uno de los principales centros de votación.

Colas para votar en el exterior del Estadio Nacional de Santiago.
Colas para votar en el exterior del Estadio Nacional de Santiago. (Javier TORRES | AFP)

Más de 13.000 electores están inscritos para depositar su voto en el Estadio Nacional de Santiago, ubicado en el residencial barrio de Nuñoa y epicentro de felicidad y dolor nacional a partes iguales desde que fue inaugurado en 1938.

«Es un lugar de muchas alegrías deportivas y recreativas, pues también se ocupa para recitales y espectáculos masivos, pero también un lugar de profundo dolor, tristeza y violencia», reconoce a Efe la historiadora Carla Peñaloza, de la Universidad de Chile.

A Ana Velázquez, que hace fila desde temprano para votar, le resulta imposible no acordarse de las dos semanas que estuvo presa aquí, cuando tenía 21 años: «Salí de milagro gracias a la Cruz Roja», asegura.

Casi medio siglo después, tiene muy claro su voto: «Tenemos que tirar a la basura la Constitución pinochetista, que fue escrita con sangre y fuego. Yo le agradezco a los jóvenes de Chile que se unieran en el estallido social y se iniciara este proceso».

Chile afronta una de las elecciones más cruciales de su historia reciente, en la que deberá decidir si aprueba o rechaza la propuesta de nueva Constitución, que fue elaborada durante un año por una convención elegida tras las graves protestas de 2019.

De aprobarse, el país dejará atrás el modelo neoliberal instalado durante el régimen de Augusto Pinochet (1973-1990). La nueva Carta Magna, ecologista y feminista, declara a Chile un Estado social de derecho y consagra un amplio catálogo de derechos, algo que sus detractores consideran «excesivo».

Norma Velásquez, de 88 años, también ha madrugado para sufragar en el estadio, su centro de votación desde hace décadas, antes incluso del golpe.

Reconoce que no se ha leído la propuesta entera, pero dice que ha votado por lo que cree que es «lo mejor para Chile»: «Lo que pase, pasará. Lo importante es estar unidos, como en el 62», subraya, refiriéndose al mundial de fútbol que se disputó en su césped.

«Reconocer nuestra historia»

La conocida como 'escotilla 8' y una zona de la gradería vallada que permanece tal como era cuando ocurrió el golpe que derrocó al expresidente Salvador Allende devuelven a los electores al horror.

Bancos de madera desvencijada, barandillas desconchadas y una frase escrita en granate: «Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro».

«Venir a votar al estadio no es solo ejercer un derecho, sino además reconocer nuestra historia», indica Paola Castro, una votante de 45 años, que se muestra optimista y cree que «el cambio que Chile lleva pidiendo años está más cerca que nunca».

Por esa escotilla pasaron cerca de 50.000 prisioneros entre septiembre y noviembre de 1973, cuando el estadio se cierra como centro de detención «porque había que jugar las eliminatorias del Mundial el 1974 contra la URSS», explica la historiadora.

«En protesta por la dictadura, la URSS no se presentó a ese partido, que se conoce como el 'partido de la vergüenza', y Chile se clasificó», añade Peñaloza.

El estadio, declarado Monumento Histórico en 2003, fue también donde el expresidente Patricio Aylwin dio su famoso discurso al asumir el cargo en 1990, prometiendo verdad y reparación frente a Pinochet, quien seguiría siendo comandante en jefe del Ejército unos años más.

«Desde este recinto, que en tristes días de ciego y odioso predominio de la fuerza sobre la razón, fue para muchos compatriotas lugar de presidio y de tortura, decimos a todos los chilenos y al mundo que nos mira: ¡Nunca más atropellos a la dignidad humana! ¡Nunca más odio fratricida!», exclamó.

«Enterrar la la Constitución del dictador»

Frente al antiguo camarín de la piscina, donde estuvieron recluidas las mujeres durante el golpe, Marcelo Acevedo, coordinador de la Red de Sitios de Memoria, pide votar a favor del nuevo texto porque es «uno de los más vanguardistas del mundo en materia de memoria y derechos humanos».

«Ojalá que el 'Apruebo' se alce como ganador y enterremos simbólicamente en este estadio la Constitución del dictador», señala.