Rusia mueve reina cortando el gas de Nord Stream I
Sorda a las quejas de Alemania, que le acusa de escudarse en excusas cuando fue ella la que no abrió el Nord Stream II, Rusia sigue su agenda y juega a cortar el suministro al norte de Europa en respuesta a la decisión occidental de imponer un tope al precio de su petróleo.
La empresa gestora del principal suministrador de gas ruso por el norte de Europa, Nord Stream AG, con sede en Suiza, confirmó el cierre total del único gasoducto que, bajo las aguas del Mar Báltico, transporta esa fuente de energía desde los ingentes yacimientos rusos hasta Alemania.
Se confirma así el anuncio, a última hora del viernes, por parte de Gazprom de interrupción indefinida del suministro de Nord Stream I «por una fuga de aceite». Como si semejante infraestructura fuera similar a un coche.
El anuncio se produjo cuando, horas después, el gigante ruso debía reanudar el suministro a través del gasoducto –que operaba ya solo al 20% de su capacidad– tras concluir tres días de mantenimiento de una turbina de la estación compresora
De poco ha servido la pataleta del Gobierno alemán y dela empresa Siemens, encargada del mantenimiento de las turbinas y que ha recordado que ese fallo técnico es fácilmente subsanable in situ.
Rusia recuerda implícitamente a Berlín que Siemens participa, como empresa occidental, de las sanciones occidentales a su economía y que fue Alemania la que, a finales del año pasado, y en pleno despliegue militar ruso en la frontera con Ucrania, decidió no abrir el grifo al gas ruso con el Nord Stream II.
Ahora Moscú le cierra el Nord Stream I. Y, pese a que ha incrementado a un 85% las reservas y llegue en noviembre al 95%, eso solo le garantiza a Alemania dos meses de gas en invierno. Pese a que Ucrania le ha ofrecido parte de su gas y que Alemania ha incrementado sus importaciones de Noruega, Dinamarca y otros aliados, si Rusia mantiene el grifo cerrado no pocas empresas alemanas deberán de dejar de producir, con el consiguiente gripado económico en la UE.
El tope al precio del petróleo
Pero no son las cuitas con Alemania las que han motivado, en último término, el movimiento ajedrecista de la Reina del Kremlin, sino la decisión del G7, apoyada en principio por la UE, de poner un tope al precio del petróleo ruso. El objetivo es que Rusia no pueda vender su crudo, a precios bajos pero rentables, fuera de Occidente, como ocurre actualmente con India y China.
Esta medida iría acompañada, en el caso de la UE, con sanciones a las aseguradoras, el 95% europeas, que aseguren el transporte de crudo ruso a países que no accedan al tope.
La decisión debe ser avalada por los países miembros, y París y Roma, qué no decir Budapest, muestran sus dudas.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha asegurado que el uso del gas «como arma» por parte de Rusia no cambiará «la determinación de la UE y acelerará su camino hacia la independencia energética».