El Ayuntamiento de Iruñea ha aprobado este martes con los votos de PSN, EH Bildu y Geroa Bai una declaración que denuncia el «derroche» y la «opacidad» del equipo de gobierno por el gasto de 178.000 euros en la instalación de una bandera gigante de Navarra en la plaza de Los Fueros, un 78% más de lo anunciado inicialmente.
La declaración, presentada en la Comisión de Presidencia por el grupo del PSN, ha contado con los votos a favor de toda la oposición y los votos en contra de Navarra Suma, que ha defendido en palabras del concejal de Proyectos Estratégicos, Fermín Alonso, que «el coste está plenamente justificado».
La portavoz del PSN, Maite Esporrín, ha denunciado el «derroche del dinero público» que ha supuesto la colocación de esta bandera considerando que «se podría haber hecho de otra manera mucho más acorde con la situación económica».
Así mismo ha criticado el «intento de engaño» que a su juicio se ha producido por parte del alcalde Enrique Maya, puesto que informó de que el coste iba a ser alrededor de cien mil euros, «lo cual ya suponía un escándalo», y finalmente ha sido de casi 180.000 euros.
El PSN, que ha aclarado que están «de acuerdo con la implantación de la bandera» por tratarse de un símbolo institucional de Nafarroa, ha comentando que cuando faltan pequeñas cantidades para algún gasto se han realizado modificaciones presupuestarias y ha preguntado a Alonso en qué partida presupuestaria estaba previsto este gasto, aunque no ha obtenido respuesta.
El concejal de Proyectos Estratégicos sí que ha asegurado que «el coste está plenamente justificado y la variación del presupuesto inicialmente informado también», por lo que ha criticado que «se monten la película del oscurantismo» cuando el equipo de gobierno, «con total normalidad, envió toda la documentación al grupo de Bildu, que mostró un nada sorprendente interés en este expediente en concreto».
Sobrecoste, «por los micropilotes»
El sobrecoste, ha añadido, se justifica sobre todo en la «necesidad de ejecutar una cimentación especial más costosa mediante micropilotes», dato «conocido a partir del estudio geotécnico», y también en la iluminación y la obra civil para ejecutarla, «una decisión que se tomó 'a posteriori', una vez instalada la bandera».
A juicio de Alonso, el PSN está haciendo «el trabajo sucio a Bildu», ya que «esta declaración jamás la podrían presentar los nacionalistas sin que se les viera la patita» y «lo que les molesta no es el coste, es la bandera de Navarra en sí porque quieren la ikurriña en su lugar», una bandera que defienden «hasta lo absurdo de los tribunales y a mordiscos y a patadas si hace falta».
Los socialistas, ha comentado, «quizás lo único que pretenden es usar la bandera de Navarra para crear una inflada polémica para tapar el escándalo de más de millón y medio de mascarillas a precio de oro que siguen guardadas en un almacén del Gobierno de Navarra y había estallado apenas un día antes de que empezaran a mandar las notas de prensa sobre este asunto».
Desde EH Bildu, Eva Aranguren ha asegurado que en Navarra Suma «desprecian el símbolo usándolo de manera partidista para tapar sus vergüenzas como son el derroche de la pasarela de Labrit».
«Su falta de cálculo y seriedad está perjudicando al bolsillo de todos los pamploneses», ha insistido Aranguren, quien ha pedido a los responsables que «paguen de su bolsillo el sobrecoste que supone la colocación de la bandera».
Se ha sumado además a la acusación de ocultación de información alegando que desde el Ayuntamiento denegaron a su grupo el expediente de esta obra y tras pedir las facturas «tuvieron que reconocer quince días tarde que efectivamente no había costado 100.000 sino 178.000 euros».
Por parte de Geroa Bai, Patxi Leuza ha considerado que Alonso «debería dimitir porque no tiene capacidad para hacer una obra de estas» debido a que se trata de «una chapuza de gestión» en el caso de que el sobrecoste del 78% no haya sido premeditado o «un engaño a la ciudadanía si lo han hecho a sabiendas».
Y ha aclarado que son cuestiones distintas la bandera en sí y lo que esta ha costado su colocación, aunque en todo caso ha considerado que estos son tiempos «delicados, donde tenemos que hacer modificaciones presupuestarios para pagar el gas y la electricidad», y en los que existe «un verdadero problema social porque hay muchísima gente en condiciones muy penosas», por lo que ahora no es justificable este gasto.