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Una silla fabricada por la cooperativa vasca Alki para la Biblioteca Nacional de Francia

La cooperativa vasca Alki, que asocia técnicas de artesanía e industria, ha sido la encargada de proveer a la Biblioteca Nacional de Francia de la silla Orria, un objeto icónico de la llamada sala oval de la Biblioteca Nacional de Francia.

En las dos últimas décadas la firma vasca ha pasado a ser una referencia a escala internacional.
En las dos últimas décadas la firma vasca ha pasado a ser una referencia a escala internacional. (Thomas DUVAL)

El fabricante de muebles Alki, que destaca por sus creaciones en madera maciza y cuero, ha sido el encargado de proveer a la sala oval de la Biblioteca Nacional de Francia, con sede en París, de una versión revisitada de la icónica silla Orria.

La silla Orria ha sido creada a partir del trabajo en común del diseñador Patrick Jouin, que ha trabajado en colaboración del Taller de Investigación y Creación de Mobiliario Nacional y con el taller de manufactura de Alki.

Asociando técnicas de artesanía y de industria, «Alki ha puesto a disposición del creador y del taller todo su saber hacer para la realización de una pieza emblemática», señala la cooperativa en un comunicado.

«La riqueza de ese diálogo y de las visiones aportadas por los diferentes actores a lo largo de la ejecución del proyecto hacen de esa silla Orria un objeto único», añade la empresa vasca, que explica que la creación, «por su referencialidad y también por la satisfacción que aportará al lector» está llamada a convertirse en «un objeto emblemático de la sala oval de una biblioteca que es a su vez un símbolo de patrimonio».

«Por la pureza de su línea la silla Orria es singular y su concepción ha sido especialmente exigente, así los expertos artesanos de Alki han debido servirse de técnicas estrictas, de forma que la estructura y ensamblajes han sido realizado al 100% en madera y las líneas del objeto han sido concebidas en continuidad. La tapicería, en cuero espeso, ha sido cosida», detalla el comunicado, en el que se recuerda que esos modos de fabricación «son hoy poco corrientes, lo que hace de Orria un objeto único y particularmente noble».

Alki fue creada en 1981 «a partir de la voluntad militante de vivir y trabajar en Euskal Herria», remarca la cooperativa que se reivindica como «un agente cultural y económico comprometido, que vela por dar un sentido a la acción colectiva y por construir relaciones humanas intensas tanto en el seno de la empresa como con sus clientes».

Sede en Itsasu

Situada en Itsasu, Alki nació como una cooperativa en 1981 y se dedicó inicialmente a la fabricación de mueble tradicional. Un incendio y la profunda crisis en el mercado del mueble llevaron a la factoría a reinventarse a partir de 2005 de la mano de un directivo, Peio Uhallde, que abrió una línea de colaboración con el diseñador Louis Iratzoki, orientando la actividad de Alki hacia un nuevo mercado.

Fruto de ese encuentro nació la primera colección, bautizada como Emea, basada en el trabajo en la madera maciza en el que destacan los artesanos de Alki, a la que seguirían las colecciones Laia y Kuskoa.

En la última década, otros dos creadores, Samuel Accoceberry y Patrick Norguet, han asociado sus diseños a una firma cuyos muebles son utilizados en la actualidad en apartamentos y viviendas particulares pero también en restaurantes de chefs con estrellas Michelin o en despachos y sedes de empresas como Quiksilver, Caudalie o la Fundación Louis Vuitton.