Xole Aramendi
Erredaktorea, kulturan espezializatua
Entrevue
Cesc Gay
Director de cine

«Necesito escribir desde lo cercano, sobre personajes que pueden ser cualquiera de nosotros»

Cesc Gay narra cinco ‘Historias para no contar’ en su último trabajo. El cine del director catalán va directo a los sentimientos, las emociones, y en esta ocasión presenta situaciones que pueden generan vergüenza o pudor a los protagonistas.

 

El director catalán Cesc Gay en Donostia.
El director catalán Cesc Gay en Donostia. (Gorka RUBIO | FOKU)

La última película de Cesc Gay (Barcelona, 1967) acaba de participar en el Festival de Cine de Toronto y se presenta en Donostia en la gala RTVE. Son cinco historias, cortas, de las que es fans. «Mi primer trabajo fue así, ‘Hotel Room’ y luego vino ‘Una pistola en cada mano’. No son películas que de entrada parece que vayan a funcionar, pero ‘Una pistola en cada mano’ fue bien. Ahora estamos en un momento de auge de plataformas y series y el espectador disfruta las historias episódicas. Elegí las que tenían más coherencia de tono», cuenta a NAIZ.

Continúa fiel a su estilo, posando su mirada incisiva y a la vez compasiva frente a nuestras dificultades para gobernar nuestras emociones. Al igual que ha hecho en sus anteriores títulos, el director barcelonés muestra situaciones cotidianas con las que el espectador se identifica de pleno. «Necesito escribir desde lo cercano, sobre personajes que pueden ser cualquiera de nosotros. No sé muy por qué. Es el lugar donde me he manejado de forma natural y desde ahí sé cómo hacerlo. Cuando he intentado escribir sobre personajes más radicales no me acabo de entender a mí como escritor. Igual si me llegara un guion y me gustara lo podría dirigir, pero como escritor no sabría cómo hacerlo. Para hacer algo más dramático como ‘Truman’ parto desde ese lugar que es verdad que le genera mucha empatía al espectador porque lo siente como algo cercano».

Junto a la premiada producción protagonizada por Ricardo Darín y Javier Cámara, en su filmografía figuran títulos como ‘Krámpack’, ‘En la ciudad’, ‘Ficción’ y ‘Sentimental’.

De serie a largometraje

Le preguntamos por el germen del proyecto que lo trae a Donostia. «Después de rodar ‘Félix’ Movistar me dice que podríamos hacer otra serie y me pongo a escribir esto. Luego el proyecto para porque Movistar tiene mil series y vemos que no encontramos la manera de darle forma. Pero me quedo con las ganas de no abandonarlo y darle forma de película, como ya había hecho con ‘Una pistola en cada mano’. Me pongo desde otro lugar a seleccionar lo que había escrito, decidir con qué historia me quedaba y pensar en el elenco de actores».

José Coronado, Nora Navas, Javier Rey, Verónica Echegui, Chino Darín, Anna Castillo, Antonio de la Torre… la lista de actores que desfilan por la gran pantalla es larga.

En esta ocasión, pone a los personajes en situaciones que preferiríamos no explicar e incluso olvidar. Encuentros inesperados, momentos en los que no podemos evitar sentirnos ridículos, o situaciones en las que nos vemos obligados a tomar decisiones absurdas. En el filme vemos a más de un personaje que, incapaz de afrontar una situación, por pudor o por vergüenza, entra en un bucle de mentiras que se va complicando por momentos y del que no sabe salir. «Lo hacen por protegerse, tampoco quieren hacer mal a nadie. Nos protegemos emocionalmente de esa manera», remarca.

La comedia y el drama se dan la mano en ‘Cinco historias para no contar’. Seña de la casa. «Cuando tú le ofreces al espectador la posibilidad de ver la complejidad de ese personaje –ves lo que está diciendo o haciendo pero ves de verdad lo que está sintiendo– es muy rico, le hace disfrutar de esa complejidad. Ven lo mal que lo están pasando algunos de los personajes, no porque nadie los vaya a matar, y es interesante, como director es un lugar muy gratificante».

«Lo que tenemos dentro»

Sigue mostrando su gran capacidad de observación. Su cine está marcado por el interés por el comportamiento humano, «eso que tenemos dentro. No es que lo escondamos, igual ni siquiera sabemos que está ni sabemos cómo manejarlo. Somos como volcanes que ahora estamos activos y luego no. Los seres humanos pensamos que controlamos las cosas, lo que sentimos, lo que hacemos, la naturaleza... pero los sentimientos te arrasan, te pasan por delante. En  las familias, en las relaciones... se enquistan en lugares durísimos. Y le preguntas ‘¿por qué estás enfadada con tu hermana?’ porque no lo entiendes. Y es al lugar donde yo siempre miro», cuenta.

Le mencionamos la gran sensibilidad que destilan sus trabajos. «Está bien el comentario. Por eso hago esos personajes masculinos que están en el debate interno, hacen ver que no pero en el fondo ves sus miserias. ¡Coronado mismo, el personaje es lamentable, pobre! Tan voluble, tan frágil en el fondo. Y yo feliz de que él haya querido hacer un personaje así. Y se lo curró. Paró una semana la serie ‘Entrevías’ que estaba rodando para participar en mi película», señala. 

Al contrario que otros autores, Gay sí piensa en el público. «Siempre intento pensar en el público, pagan una entrada para ver la película. Yo no hago películas para los festivales. No lo he hecho nunca. Una vez alguien dijo que lo único que pide es que haya merecido la pena, aunque no haya visto una obra maestra. Que esté contento de haber ido al cine. Me horroriza pensar que alguien se haya gastado el dinero y piense ‘me he aburrido y ojalá me hubiese quedado en casa’. Intento pensar que tengo que dar al menos eso al espectador. Y si además disfrutas, yo feliz», dice.

«Vas al cine a olvidarte de todo, del mundo, de tí... alguien te cuenta algo que te conecta con un mundo, unos personajes... es lo que haces con tus hijos al contarles un cuento en la cama. Hace años que no lo hago pero me acuerdo cuando lo hacía y veía que su mente se iba no sé a dónde», indica.

Nos interesa cómo vive el proceso de escritura este director que también ha trabajado en teatro, a donde también le gustaría volver algún día. «En esta película hay elementos y diálogos que escribí hace diez años. Escribir un guion es como armar un plato con muchos ingredientes. No es empezar de cero, yo no funciono así. Ahora estoy empezando a trabajar».

Escritura

La escritura le gusta porque sabe que termina. «Cuando pienso un escritor que está hace eso cada día, no podría. Hay un momento en que necesito que entre en juego producción, los actores... que empiece el lío de la preparación de un rodaje. Cada parte del proceso –la escritura, el rodaje, la promoción– tiene su parte bonita. Vas pasando por épocas en las que trabajas en solitario y otros rodeado de actores y colaboradores».

Espectador de todo tipo de cine, es consciente de que los nuevos hábitos de consumo nos alejan de las tradicionales salas. «Las plataformas te dan un gran consumo de ficción, por lo que cuando sales vas a escuchar un concierto, por ejemplo».

Pertenece a esa minoría que realiza cine de autor. «Si analizas la cantidad de producciones que se hacen en todo el mundo ves que son pocas las que se hacen desde un lugar de autor. Siempre ha sido así. Las plataformas generan mucho contenido, algunos proyectos son atrevidos y está muy bien. También generan mucho contenido mainstream, como siempre ha ocurrido en televisión. Pero yo soy el primer fan de las plataformas y poder ver cuando quiera una película o una serie», afirma.

«Hay un cambio en la velocidad de las cosas que yo creo que nos afecta mucho. Hay que saber parar, respirar y pensar. El mundo nos lleva a un gran ritmo y hay que protegerse. Lo aprendes a hacer con los años. A mí me hace sufrir la gente joven, sí que van a tener una vida emocional más complicada que la nuestra. Porque ellos ya de adolescentes han vivido con ese ritmo, yo con 15 años no vivía con ese ritmo. Como padre sí estoy preocupado por eso», confiesa.