Mikel Insausti
Crítico cinematográfico
PERFIL: JESSICA LANGE

Todo un referente para la cinefilia

Jessica Lange.
Jessica Lange. (WIKIPEDIA)

Se cumplen veinte años de la entrega del premio Donostia a Jessica Lange en la edición número 50 del SSIFF. Un galardón que venía a compensar en cierta medida la falta de reconocimiento a esta gran actriz, de la que la Academia solo se ha acordado para darle el Óscar de Mejor Actriz de Reparto por ‘Tootsie’ (1982), y el de Mejor Actriz por la película del ilustre cineasta británico Tony Richardson ‘Blue Sky’ (1994), que no son precisamente sus papeles más recordados. Puede que aún pese la imagen inicial de la joven Jessica Lange, cuando fue descubierta por la prensa generalista como un nuevo símbolo erótico. Algo que pronto quedó desmentido, a medida que ella iba demostrando su enorme talento interpretativo. Por más que lo quisieran ver de manera deformada, su caso no tenía nada que ver con el de la sensual Marilyn Monroe y su relación con el dramaturgo Arthur Miller, por más que estuviera emparejada con el escritor, actor y cineasta Sam Sephard. Puestos a enumerar sus relaciones, también las tuvo con el director de fotografía Francisco Grande, con el director Bob Fosse y con el bailarín Mikhail Baryshnikov.

La cuestión es que Jessica Lange regresa a Donostia para clausurar la 70 edición con ‘Marlowe’ (2022), un homenaje del irlandés Neil Jordan al cine negro clásico, a través de sus conexiones con la literatura de Raymond Chandler y su más famosa creación detectivesca. La presencia de la actriz en esta película pone de relieve una vez más la importancia que tiene para la cinefilia, pues no hay que olvidar que debutó con ‘King Kong’ (1976), un remake producido por Dino De Laurentiis que pretendía despertar el viejo mito en función de la Bella y no de la Bestia. Sobra decir que su siguiente ‘All That Jazz’ (1979) es un musical que recoge toda la influencia de Broadway en Hollywood, del mismo modo que ‘El cartero siempre llama dos veces’ (1981), según la novela de James M. Cain, en una nueva adaptación de Bob Rafelson que quería cargar más la sexualidad censurada en su día a Tay Garnett. Nuestra dama estaba lista para representar la turbulenta vida de la cantante country Patsy Cline en ‘Dulces sueños’.

Y llega Martin Scorsese con el remake en color de ‘El cabo del miedo’ (1991), que ponía al día la novela de John D. MacDonald, y recuperaba de paso la injustamente olvidada adaptación previa en blanco y negro del británico John Lee Thompson. En una línea parecida, el productor Irwin Winkler retomó el clásico noir de Jules Dassin con la homónima ‘La noche y la ciudad’ (1992), y ya más recientemente Rupert Wyatt rehacía la puesta en escena que Karel Reiz hiciera del guion original de James Toback, con ‘El jugador’ (2014).

Como punto y aparte, merecen atención las exposiciones que revelan a Jessica Lange como una interesante fotógrafa, que sigue en la interpretación por puro placer.