«En 2014, cuando comenzó el genocidio de la población rusa del Donbass (...) yo, como muchos hombres de negocios, iba a los polígonos donde se reunían 'cosacos' e intentaba con dinero reunir un grupo que viajara a defender a los rusos», revela el empresario en un comentario publicado en la red social VKontakt.
Sin embargo, según sus palabras, muy pronto se percató de que la mitad de los 'cosacos' y los paramilitares eran unos estafadores y de que la mitad de los que recibían el dinero contrataban a voluntarios que enviaban sin equipamiento a una muerte segura.
«Entonces fui a uno de los polígonos y me ocupé yo mismo de ello. Yo mismo limpié armas viejas, vi el tema de los chalecos antibalas y encontré especialistas que me ayudaron. En ese momento, el 1 de mayo de 2014, nació el grupo de patriotas que más tarde recibió el nombre de Grupo Wagner», reconoce Prigozhin.
Destaca que «solo gracias al valor» de los miembros del Grupo Wagner fue posible «la liberación del aeropuerto de Lugansk y de muchos otros territorios» en el este de Ucrania.
«Hubo tiempos difíciles, muy difíciles. Cada perro intentó echarles baba a ellos y, como saben, a mí, achacándonos todo tipo de pecados inexistentes», añade el empresario.
Medios independientes rusos han revelado que mercenarios de Wagner se encuentran luchando actualmente del lado de las Fuerzas Armadas de Rusia en la intervención bélica en Ucrania.
Contratos estatales
Los miembros del Grupo Wagner, dijo Prigozhin, son «héroes que defendieron al pueblo sirio y a otros pueblos de países árabes, a africanos y latinoamericanos desvalidos, y se convirtieron en uno de los pilares de nuestra patria».
Hasta hace poco, el empresario se querellaba contra periodistas y toda persona que lo vinculara al Grupo Wagner.
Prigozhin es apodado el «chef de Putin» debido a su proximidad con el presidente ruso y sus negocios de restauración.
Según una investigación del opositor ruso Alexei Navalni en 2017, ese empresario habría logrado contratos estatales por valor de al menos 2.500 millones de euros, entre ellos, uno para distribuir comida al Ejército ruso.
EEUU sancionó a este oligarca por su papel en la campaña de interferencias y desinformación, especialmente contra la candidata demócrata Hillary Clinton, en las elecciones presidenciales de 2016, de las que salió vencedor el republicano Donald Trump.