Al PNV le gusta polemizar con el modelo de Ayuso en la Comunidad de Madrid. Sin ir más lejos, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, criticó en abril el dumping fiscal capitalino, considerando que la líder autonómica del PP «usa la libertad para favorecer a los que más tienen y bajarles los impuestos». La práctica, sin embargo, sitúa la política fiscal del PNV en las diputaciones de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa mucho más cerca de Ayuso de lo que Ortuzar estaría dispuesto a admitir.
Economistas de prestigio como Ignacio Zubiri llevan tiempo señalando la gran farsa que se esconde tras el mito de que el sistema de bienestar vasco está sustentado por un sistema fiscal más duro que el del resto de autonomías de régimen común. Ayer no fue ninguna voz crítica la que puso de manifiesto la realidad fiscal de la CAV, sino que fue fuego amigo. Dime quién te aplaude y te diré qué haces.
Fundaciones antiimpuestos
Fundación para el Avance de la Libertad y Tax Foundation son dos grandes exponentes de lo que se denomina el liberalismo libertario, la versión más escorada al individualismo del liberalismo, que hace de los impuestos su demonio particular y del mantra de Margaret Tatcher –existen los individuos, no la sociedad– su principal catecismo. «Nuestra misión es promover el avance de la Libertad individual humana en todos sus aspectos», reza la carta de presentación de la primera de las fundaciones. Esto se traduce, en la práctica, en una campaña constante contra la progresividad fiscal más elemental.
Para entender el carácter de las fundaciones que avalan la política fiscal de la CAV no hay como leer sus sugerencias: reducir los tipos impositivos de todos los tramos, «especialmente de los más elevados», y derogar impuestos como el de patrimonio.
Pues bien, estas fundaciones aplaudieron ayer las políticas fiscales de Araba, Bizkaia y Araba, situándolas como los territorios fiscalmente más competitivos de todo el Estado español, solo por detrás de, precisamente, el Madrid de Ayuso. Así se lee en el Índice Autonómico de Competitividad Fiscal que este lobby antiimpuestos publica anualmente. De hecho, las diputaciones dirigidas por PNV y PSE se sitúan en el ránking por delante de Canarias y su régimen fiscal especial. Nafarroa, por contra, se sitúa en el puesto decimoprimero de un total de 19.
Para entender la naturaleza de quién sitúa a la CAV en el número dos del puesto en cuanto a atractivo fiscal, quizá lo más acertado sea fijarse en sus recomendaciones. Por ejemplo, a la Diputación vizcaína le sugiere «reducir los tipos impositivos de todos los tramos y, especialmente, de los tramos más elevados» y «derogar el impuesto sobre el patrimonio». Es decir, bajar los impuestos en general, pero sobre todo a los ricos. Son quienes defienden este extremo neoliberal, que atenta contra la evidencia histórica, quienes destacan el atractivo fiscal de los territorios de la CAV.
Diferencias entre herrialdes
Con todo, hay diferencias entre herrialdes. Bizkaia es la que se sitúa más cerca de Madrid. De hecho, hasta 2019 ocupaba el liderazgo del ránking, por encima de la capital. Araba se sitúa en tercer lugar y Gipuzkoa, en cuarto, al considerar «deficiente» el impuesto sobre la renta, en comparación con el que se aplica en los otros dos herrialdes.
En el otro extremo, este ránking antiimpuestos sitúa a Catalunya en última posición, y critica que «cuenta con el triple de impuestos que las demás comunidades». El informe no explica nada, sin embargo, sobre el déficit fiscal que sufre frente al Estado –la difrencia entre lo que recauda para el Estado y lo que el Estado le devuelve–, ni sus limitadas competencias. Situación que también se da en el País Valencià, que sigue a Catalunya en la cola del ránking.
El informe cierra con sus autores congratulándose por la guerra de rebajas fiscales iniciada por comunidades del PP porque, aseguran, «la competencia fiscal interior favorece la libertad económica».