Maitane Aldanondo

Generar energía colectivamente para recuperar el control

Las causas por las que sube el precio de la energía son variadas, pero en todos los casos se hace evidente la necesidad de una transición que rompa con la situación actual. Una alternativa verde, local y que otorga protagonismo a la ciudadanía, es la que canalizan las cooperativas energéticas.

Iñigo Ansola (EVE), Nagore Alkorta (alcaldesa de Azpeitia) y Asier Etxabe (Krean P&S) en la presentacón de Ekindar Azpeitia.
Iñigo Ansola (EVE), Nagore Alkorta (alcaldesa de Azpeitia) y Asier Etxabe (Krean P&S) en la presentacón de Ekindar Azpeitia. (NAIZ)

Romper con las dependencias y recuperar la soberanía energética es un reto al que urge dar respuesta. De acuerdo con los datos recogidos por el Ente Vasco de la Energía (EVE) en su Balance Energético de 2021, el 79% de la energía que se consume en la CAV procede de fuentes fósiles, el 11% es electricidad importada del exterior y solo el 9% procede de energías renovables. Para cambiar este panorama, es preciso incidir en tres líneas principales: reducir el consumo energético, ir a un sistema basado en la eficiencia energética y producir energía renovable, todo ello otorgando un papel clave a la ciudadanía.

Pese a que el real decreto sobre autoconsumo permite colocar instalaciones fotovoltaicas en los tejados de las viviendas, un porcentaje alto de la ciudadanía vive en bloques de pisos, por lo que no hay tejados suficientes para generar el 100% del consumo. Además, hay que destinar la instalación al 30% del consumo, ya que si se supera no es económicamente tan eficiente. Una vía para adquirir ese protagonismo es el desarrollo de comunidades energéticas, una alternativa cada vez más extendida y real, que favorece la participación en la generación de energía y permite producir la necesaria para cubrir el consumo anual.

Desde que la normativa europea abriera dicha posibilidad, el 40% de los ayuntamientos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa (un centenar) se ha implicado en su constitución. Se trata de entidades jurídicas autónomas basadas en la participación abierta y voluntaria, en las que sus miembros ejercen un control efectivo sobre las mismas, participando en la generación, distribución o almacenamiento de energía, así como en la prestación de servicios de eficiencia energética. Su objetivo principal es proporcionar beneficios medioambientales, económicos o sociales a sus miembros o a la localidad donde opera, anteponiendo estos a fines de beneficio económico.

Modelos y promotores

En los últimos años se han desarrollado numerosas iniciativas para la creación de estas comunidades promovidas por varios agentes. En muchos de los casos, cuentan con la implicación de las entidades locales así como con el impulso de entidades privadas –deportivas, culturales, económicas o del ámbito de la educación– y han logrado una considerable adhesión ciudadana.

De acuerdo a los datos publicados por el EVE, en los últimos 18 meses de han constituido en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa 40 comunidades energéticas que engloban a 5.244 familias y proyectos con una potencia total de generación fotovoltaica de casi 17 MW (16.711 kW).

La primera comunidad energética del territorio se situó en Lasierra (Araba) en 2019. La pionera en la promoción de comunidades energéticas del territorio fue la cooperativa energética EMPAS, dedicada a la producción y comercialización de energía renovables. Las más extendidas, sin embargo, son Edinor y Ekiola. La primera es una compañía integrada en Alba, filial del Grupo Petronor, y cuenta con modelo propio de comunidades energéticas locales bajo el acrónimo de TEK-CEL. Basadas en autoconsumo compartido, sus miembros deben estar a menos de un radio de 500 metros de la fuente de generación; normalmente situadas en cubiertas de frontones, polideportivos, escuelas, estadios de futbol… Precisamente son los propietarios de las mismas o los ayuntamientos quienes impulsan los proyectos. En total, tienen trece en la CAV: cinco en Bizkaia –Zierbena, Athletic, San Fidel-Ikastola, Somorrostro y Barakaldo) y ocho en Gipuzkoa –Zumarraga, Larraul, Berrobi, Andoain, Pasaia, Lasarte-Oria, Urnieta, Berio–.

Ekiola, doce cooperativas locales

Casi a la par está Ekiola. La sociedad público-privada compuesta por EVE y la ingeniería Krean del Grupo Mondragón ofrece a la ciudadanía la posibilidad de generar y gestionar energía renovable para su consumo mediante cooperativas locales. Canaliza estas iniciativas a través de acuerdos con municipios y diputaciones. Actualmente, tienen doce en marcha en los tres territorios históricos. En Gipuzkoa, están situadas  en Azpeitia, Zumaia, Urretxu, Donostia y Leintz Bailara (Arrasate, Aretxabaleta, Eskoriatza y Leintz Gatzaga). En Araba, a través de un acuerdo con la Diputación Foral de Araba, dispone de una cooperativa en cada cuadrilla (Lautada, Añana, Gorbeialdea, Mendialdea y Arabko Errioxa) salvo la de Gasteiz; y en Bizkaia, una, en Lea-Artibai (Berriatua, Etxebarria, Ispaster y Markina-Xemein).

Por su parte, GoiEner tiene como actividad principal comercializar electricidad de origen renovable certificado que compra en el mercado eléctrico. Así mismo, completa su actividad con pequeños proyectos de generación mediante distintos tipos de energía renovable, con el fin de llegar en un futuro a cubrir completamente la demanda de las personas socias.