Después de cuatro jornadas dejando muchas dudas por su rendimiento, Osasuna necesitaba como el comer una victoria frente al Espanyol. Y la ha firmado de manera merecida, cocinando el triunfo a fuego lento.
La escuadra navarra ha ido de menos a más, demasiado insulsa antes del descanso y claramente revolucionada a raíz del gol anotado por un Budimir que parece no estar en el campo, pero que mete la primera ocasión de que dispone.
De hecho, el juego rojillo del primer tiempo ha sido tan frío como el ambiente que se ha respirado en la grada, donde se ha echado mucho de menos la animación de Indar Gorri.
Apenas dos arrancadas del resto de aficionados, en un intento de estímulo hacia los suyos, que han llevado la iniciativa sin peligro, algo que sí ha conseguido el Espanyol en apenas dos llegadas, una en fuera de juego y otra abortada por una gran manopla del citado Aitor Fernández.
El técnico osasunista, Jagoba Arrasate, ha obrado una auténtica revolución en el once, no solo por nombres –el más sorprendente ha sido el releveo en la portería–, sino también por el dibujo táctico.
Un 4-1-4-1 con el que manejar la pelota y superar las líneas enemigas que, sin embargo, se ha atascado en una excesiva horizontalidad que no ha inquietado para nada al meta visitante, Lecomte.
Y eso que el encuentro ha comenzado con cierto picante antes de que se cumpliese el primer minuto, con un chut, aunque centrado y flojito, de Rubén García, que ha ocupado el flanco diestro.
No ha sido por ese lado por donde más ha volcado su ataque la escuadra navarra, quien ha buscado por el otro costado a un Abde que lo ha intentado en numerosas ocasiones y ha sido quien más cerca ha estado del gol con un slalom en el 25, abortado en última instancia por un defensa blanquiazul.
Poco a poco, el envite se ha ido embarullando, con numerosas faltas e incluso una importante amarilla, que le impedirá a David García estar en el duelo contra el Girona.
Aimar le ha tratado de dar continuidad en los minutos finales del primer periodo con un balón suelto dentro del área, ante el que se ha revuelto y ha buscado portería, pero se ha marchado por encima del travesaño en el 39.
Pero ha sido el Espanyol quien más cerca ha estado de inaugurar el marcador, con una falta lateral que ha peinado Cabrera y que ya se colaba, pero el debutante Aitor la ha sacado con una buena estirada y una mejor manopla.
Budimir, decisivo
Con similares lentas evoluciones, más caracoleo del necesario y echando en falta verticalidad ha comenzado la segunda parte, en lo que parecía iba a ser una continuidad de la primera.
Se antojaba que solo un lance suelto, bien un fallo o una jugada a balón parado, podía variar el tedioso transcurrir del partido. Y así ha ocurrido, siendo un corner fabricado por la insistencia de Abde el origen del 1-0.
El propio futbolista marroquí es el que ha servido desde la banda izquierda para que Budimir conectase un testarazo gracias a que ha ganado la posición a un pasivo De Souza en el minuto 54.
La diana ha acelerado las pulsaciones de los locales quienes, ya con más espacios, han merodeado los dominios periquitos a la búsqueda de un segundo gol con el que garantizar los tres puntos.
No han andado muy lejos del objetivo. Rubén García ha enviado el cuero al exterior de la red (m.57), Manu Sánchez ha empalmado por encima del larguero (m.59) y Aimar ha dispuesto de un balón dentro del área que ha rematado centrado y ha sacado Lecomte (m.60).
Han sido los mejores minutos de Osasuna para disfrute del personal. Abde ha buscado también su goce personal en el 69 pero, demasiado escorado, se ha encontrado con un guardameta periquito bien colocado junto al poste. Ávila le ha vuelto a probar el cancerbero francés (m.71) con un cabezazo que ha mandado a saque de esquina.
En todo caso, el bacalao todavía no estaba vendido y, aunque el Espanyol ha dejado una sensación un tanto pobre, ha tenido el empate en sus botas. Aitor lo ha evitado, especialmente con una gran salida a remate de Joselu (m.76) y un posterior toque de Puado (m.77), este más sencillo para el arrasatearra.
Y como la mejor defensa es un buen ataque, el bloque de Arrasate se ha vuelto a poner manos a la obra para cerrar el choque. Lo ha podido lograr si el notable empalme de Nacho Vidal no se hubiera encontrado con la felina estirada de Lecomte (m.81) y un formidable testarazo de David García en el posterior corner no hubiese sido repelido por el poste, en la mejor ocasión para aumentar la diferencia en el electrónico.
Como no podía ser menos, un clásico. El susto final en el 90, con un balón suelto en el área rojilla que, entre Juan Cruz y Aitor, han conseguido despejar para respiro de una grada que ha vuelto a disfrutar con un nuevo triunfo de su equipo.