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Bolsonaro se limita a decir que «cumplirá la Constitución» sin reconocer la victoria de Lula

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha evitado reconocer explícitamente su derrota electoral ante Luiz Inácio Lula Da Silva y, después de dos días de silencio que ha alentado protestas golpistas, se ha limitado a señalar que «cumplirá la Constitución».

El presidente en funciones de Brasil, Jair Bolsonaro.
El presidente en funciones de Brasil, Jair Bolsonaro. (EVARISTO SA | AFP)

Después de casi 48 horas en silencio sin admitir la derrota electoral frente a Luiz Inácio Lula Da Silva, y presionado por su entorno, el presidente en funciones de Brasil, Jair Bolsonaro, ha intervenido en una brevísima declaración en la que se ha limitado a señalar que cumplirá con los mandamientos de la ley y la Constitución.

El silencio del ultraderechista no había hecho sino aumentar el eco de los llamamientos a un golpe militar que lanzaban sus seguidores en decenas de bloqueos de carreteras en 23 de los 27 estados brasileños.

Mientras el entorno de Bolsonaro le presionaba durante la jornada para que rompiera su silencio, la Corte Suprema, los gobernadores de los Estados y varios ministros empezaron a actuar para acabar con los bloqueos, que comenzaron en la misma noche electoral y ayer eran ya más de 400, según la Policía Federal de Carreteras, en lo que el diario ‘O Globo’ ha calificado como «el Capitolio de Bolsonaro», en referencia al asalto de los seguidores de Donald Trump en Washington, el pasado 6 de enero.

Jueces del Supremo, ministros de Bolsonaro y algunos gobernadores habían presionado en las últimas horas para que el presidente en funciones interviniera en público y acabara con los bloqueos, incluso aunque no reconociera la derrota.

Bloqueos, «fruto de la indignación»

Bolsonaro, que ha generado expectación por llegar tarde a una intervención anunciada dos días después de las elecciones, tampoco ha sido tajante en este caso y ha explicado que los bloqueos de las carreteras están motivados «por la indignación indignación y sentimiento de injusticia de cómo se dio el proceso electoral», subrayando que son «manifestaciones pacíficas», al tiempo que ha afirmado que los métodos de sus partidarios «no pueden ser los de la izquierda».

En su lacónica intervención, el líder ultraderechista no ha hecho alusión al resultado, no ha reconocido su derrota ni ha proclamado una inexistente victoria, como se temía por su largo silencio. Tampoco ha tenido el gesto democrático de felicitar al líder progresista, ya proclamado como presidente electo y saludado por líderes de todo el mundo.

Sí ha agradecido a los 58 millones de electores que le votaron el pasado domingo y ha expresado el «honor» que significa «ser el líder» de esas personas que, como él, defienden los valores conservadores que están impresos en su lema: «Dios, Patria y Familia».

«La derecha surgió de verdad en este país», ha declarado arropado por ministros y parlamentarios de su base aliada.

Tras la declaración del presidente, el ministro de la Casa Civil, Ciro Nogueira, ha llegado al estrado y ha anunciado que ha sido autorizado por Bolsonaro para liderar el traspaso de poderes a su sucesor, a quien ha llamado «presidente Lula».

De hecho Nogueira, en representación del Gobierno, ya había comenzado las conversaciones para la transición de con el equipo de Lula, cuyo portavoz, Edinho Silva, ha asegurado que los partidos y líderes que integran el Ejecutivo de Bolsonario dieron señales de «construcción de diálogo» para una «transición pacífica, madura y adulta».