Joseba Salbador Goikoetxea

La importancia del trato cercano

Uno de los aspectos más valorados en momentos como el de la pérdida de un ser querido es el trato cercano y familiar de la funeraria encargada de acompañar a los allegados. Funeraria Larraz, de Laudio, es una de las pocas que mantiene su carácter familiar frente a los grandes grupos empresariales.

La Funeraria Larraz de Laudio dispone de un nuevo tanatorio en Zornotza, que se ha inaugurado recientemente.
La Funeraria Larraz de Laudio dispone de un nuevo tanatorio en Zornotza, que se ha inaugurado recientemente. (Aritz LOIOLA | FOKU)

Funeraria Larraz mantiene su carácter familiar desde hace casi un siglo, cuando los antepasados de su actual responsable, Pablo Larraz, abrieron su primera funeraria en la localidad vizcaina de Arrigorriaga. «Nosotros somos ya la cuarta generación de una actividad que arrancó hace casi cien años en Arrigorriaga, con la fabricación de féretros de madera de forma puntual. Con el paso del tiempo, esa actividad se fue profesionalizando y extendiendo a los pueblos de los alrededores».

Así, el abuelo de Pablo estableció una segunda funeraria en Laudio, localidad que creció más que Arrigorriaga, por lo que el negocio cogió más peso en la comarca de Aiaraldea, abarcando municipios como Urduña, Amurrio, Orozko y la propia Laudio, donde tienen el horno crematorio. Además, esta funeraria dispone de un nuevo tanatorio en Zornotza, ubicado ahora en el polígono Biarritz.

Actualmente, Pablo Larraz se ha lanzado a dar continuidad al negocio, al frente del cual lleva tan solo nueve meses aunque, tal y como reconoce, «al tratarse de un negocio familiar, siempre he andado por aquí echando una mano».

Se puede decir, por tanto, que se ha hecho cargo de la funeraria una vez superado lo peor de la pandemia. Así, considera que hoy día la situación está totalmente normalizada, sin restricciones, aunque todavía se siguen produciendo fallecimientos causados por el virus. En esos casos, tienen que seguir manteniendo el protocolo sanitario establecido durante la pandemia, que obliga a trasladar el cuerpo del fallecido del hospital directamente al cementerio o al horno crematorio, sin posibilidad de instalar un velatorio. «La verdad es que es muy duro para la familia no poder dar el último adiós a la persona fallecida, pero el protocolo sigue vigente, aunque afortunadamente cada vez son menos los casos», explica Pablo Larraz.

En este sentido, el responsable de Funeraria Larraz recuerda la situación de incertidumbre que vivió el sector durante los primeros meses de pandemia. «Nosotros fuimos el sector olvidado, porque a pesar de estar en primera linea,  fuimos los últimos en incorporar las medidas de protección. Acudíamos a por los fallecidos sin mascarillas, no sabíamos lo que teníamos que hacer y siempre estábamos con el miedo a contagiarnos. Fue muy duro».

Carácter familiar

Es precisamente en los tiempos difíciles donde, a juicio de Pablo Larraz, sale a relucir el carácter familiar y cercano de una funeraria pequeña. «Tanto en lo que respecta al trabajo de los empleados, como a la atención a las familias de los difuntos, el hecho de ser una empresa pequeña hace que todo vaya mejor».

Así, el responsable de esta funeraria subraya que «nuestra filosofía se basa en ofrecer un servicio personalizado, un servicio cercano y un servicio de calidad, como contrapunto a los grandes grupos empresariales presentes hoy día en todo el ámbito estatal, vinculados a compañías de seguros».
Por ello, destaca que «lo que nosotros queremos seguir siendo es el comercio cercano, del pueblo. En definitiva lo que más agradece la gente es que seas conocido, que ofrezcas un trato cercano, con sensibilidad y, sobre todo, personalizado».

Cambios sí, pero despacio

A la pregunta de si la pandemia ha traído cambios en las costumbres funerarias, Pablo Larraz señala que, a diferencia de otros sectores, el de las funerarias ha sido siempre más tradicional, por lo que los cambios van más lentos. No obstante, matiza que en los últimos años, ya se están advirtiendo cambios en los ritos funerarios. «La gente sigue teniendo necesidad de despedirse, de reunirse, pero de forma más sencilla. La sociedad se está haciendo más pragmática y los funerales ya no son tan ostentosos como lo podían ser antes, ahora todo es más sencillo». Son cambios que poco a poco se estaban produciendo desde hace años, pero que la pandemia «lo que ha hecho ha sido acelerarlos».

Otro de los cambios más visibles es el referido a las esquelas online. «Desde la pandemia, sí que hemos notado que las esquelas que ponemos en la página web tienen muchas más visitas, no solo de gente joven, sino de personas mayores que manejan el móvil para cuatro cosas».

Asimismo, otro de los servicios que cada vez se está demandando más es el de los minerales para guardar una pequeña porción de las cenizas. Algo que, junto a las celebraciones más sencillas y cercanas, está haciendo que «todo lo relacionado con el aspecto emocional se vaya a imponer en un futuro próximo».