Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Ivan Barnev y Karra Elejalde están de premio

VASIL
Estado esañol-Bulgaria. 2022. 93’ Dtora. y guion: Avelina Prat. Prod.: Miriam Porte, Mina Mileva y Vasela Kazakova. Int.: Ivan Barnev, Karra Elejalde, Alexandra Jiménez, Sue Flack, Susi Sánchez, Lorena López. Fot.: Santiago Racaj. Mús.: Vincent Barrière.

El búlgaro Ivan Barnev, la directora Avelina Prat y Karra Elejalde.
El búlgaro Ivan Barnev, la directora Avelina Prat y Karra Elejalde. (NAIZ)

La Seminci de Valladolid ha otorgado el premio de Mejor Actor compartido para el búlgaro Ivan Barnev y su compañero de reparto Karra Elejalde. El de Gasteiz tiene la oportunidad como coprotagonista de dar réplica a un intérprete que se sale de las parejas que le habían tocado hasta la fecha, y gracias al enriquecedor juego de las personalidades opuestas pero complementarias sale beneficiado, al ser esta vez el tipo introvertido, en lugar de tener que ser el ocurrente y charlatán de siempre. Le sirve para desencasillarse, pues además de por fin poder hacer un personaje serio, experimentará a lo largo del metraje una transformación interior debido a la influencia positiva del otro, con lo que demuestra su versatilidad actoral partiendo de silencios y monosílabos, lo que suele ser bastante más difícil. De modo que en última instancia, el público podrá reencontrarse con un Karra más reconocible, sólo que en versión evolucionada.

Y el regalo se lo debe a la debutante Avelina Prat, que ha escrito y dirigido una historia de inspiración autobiográfica, sobre la anécdota paterna de cuando acogió a un inmigrante del Este en su casa, lo que le permite hallar su alter ego en la actriz Alexandra Jiménez que hace el papel de la hija. La relación paternofilial es muy curiosa, y aparte de las conversaciones telefónicas se ven cada semana en el mismo día, a la misma hora y en el mismo restaurante. Por eso le produce mucha extrañeza a ella que su progenitor, con lo maniático y celoso de su intimidad que es, acoja a un extranjero en su domicilio. Claro que el Vasil del título resulta ser alguien diferente, con una capacidad especial para influir positivamente en las personas con las que se relaciona, y nuestro jubilado Alfredo no será una excepción. No puede permitir que un jugador de ajedrez tan expero duerma en la calle, por no hablar de sus muchas otras aptitudes.