Daniel   Galvalizi
Periodista

Macarena Olona vuelve a la política y abre una grieta en la extrema derecha

La exportavoz de Vox no ha descartado ser candidata en las generales, en el acto en el que ha lanzado su fundación «contra la criminal ideología de género», en su primera comparecencia desde su renuncia al partido de Abascal. La mayoría progresista de investidura, un beneficiado indirecto.

Macarena Olona, durante la presentación de su proyecto, esta tarde en Madrid.
Macarena Olona, durante la presentación de su proyecto, esta tarde en Madrid. (Carlos LUJÁN | EUROPA PRESS)

El sosiego duró poco. Cuando la casi desaparición de Ciudadanos le daba más alas al Partido Popular y a Vox, quedándose con casi todos sus votos, irrumpe Macarena Olona para fragmentar más el amplio espacio conservador español.

La exportavoz de Vox en el Congreso y su candidata a la Junta de Andalucía ha presentado este viernes en Madrid su nueva Fundación Igualdad Iberoamericana, de la que será única autoridad y en la que dice haber aportado solo ella su capital inicial de diez mil euros.

Olona ha elegido el Palacio de Linares, en el aristocrático barrio de Salamanca, para hacer su lanzamiento. Allí es la sede de la Casa América. No es casualidad: la dirigente díscola de la derecha radical ha afirmado que su fundación «concentrará la mayoría de sus acciones» en la región iberoamericana.

Olona ha descartado presentarse a las elecciones municipales y autonómicas de mayo próximo pero no así a las generales que tendrán lugar en algún momento del segundo semestre (aunque Pedro Sánchez es quien tenga la última palabra de la fecha, con límite en noviembre).

«Si la voluntad de los españoles es que vuelva a asumir su voz representándoles en el Congreso, tendrá lugar siempre y cuando, con mucho sentido de Estado, mi irrupción no ponga en riesgo el necesario equilibrio que hay que mantener a la hora de conformar el próximo Gobierno de España», ha argumentado.

Cuando Olona se refiere al equilibrio y la conformación de Gobierno, está anunciando de manera indirecta que se regirá por el modelo Errejón: el líder de Más País, a sabiendas de que era criticado por dividir aún más al voto de la izquierda española, prometió que su plataforma no iba a presentarse allí en donde se repartieran ocho o más escaños (por tanto, solo 18 circunscripciones del Estado español).

Copiar la estrategia errejonista le aseguraría representación y poder aspirar a votos de la derecha radical en los centros urbanos donde ella sea más conocida, sin competir tampoco con otras marcas como las de la España Vaciada. Además de evitar ser señalada posteriormente como la culpable de que las derechas no sumen una mayoría de investidura (aunque en los hechos sí lo haría, pero menos).

«El único partido que juego en este momento no es ni político ni un 11 contra 11, es un 47 contra 573. 47 millones de españoles contra los 573 millones de euros de presupuesto del Ministerio de Igualdad, máxima expresión de la metamorfosis tóxica del feminismo», ha enfatizado en su discurso. Olona ha decidido confrontar con Irene Montero, emblema del ala izquierda y feminista del Gobierno español y quien concentra la mayoría de las campañas en contra y bulos de todo el Consejo de Ministros.

Lepenización y antifeminismo

La que fuera portavoz y renunciara por motivos de salud (sufre de hipertiroidismo), aunque se supiera que tampoco tenía buena relación con la cúpula de Vox, ha anunciado también que viajará por todo el Estado para juntar medio millón de firmas para una proposición de ley «de protección contra la ideología de género». Su idea es llevarla ella misma y defenderla allí, con el aval de las rúbricas.

Las encuestas tanto privadas como las del CIS muestran que la ultraderecha que conduce Abascal está perdiendo fuerza y no solo ha dejado de crecer sino que ha perdido algunos puntos porcentuales. Algunas pronostican que podría perder un cuarto de sus escaños y quedar por debajo de 40. Ante esto, Olona y quienes la acompañan (algunos exmiembros de Vox ya se muestran con ella, como el excandidato para la Xunta de Galiza, Ricardo Morado) ven una ventana de oportunidad.

Frente a un Abascal que transmite crispación y enfado, Olona cuida detalladamente la estética y el tono. Siempre con una sonrisa, sin elevar la voz y mostrando un perfil más social. Quizás haya observado que el camino no es el discurso neoliberal en lo económico sino más lepenista. De hecho, en Italia y el Estado francés, la versión de las derechas radicales que han ganado las últimas elecciones no fueron las que piden una desaparición del Estado sino una política de bienestar sin, a su entender, despilfarros. Olona se ha reunido en varias oportunidades con la nueva primera ministra, Giorgia Meloni, a quien ha dicho admirar.

Fuentes de comunicación de Vox preguntadas por NAIZ han asegurado desde ese partido no van a «entrar en valoraciones» y han desmentido las fuentes en off que otros medio han citado. «No nos hemos posicionado sobre las declaraciones ni el proyecto de Olona», aseguran. Lo cierto es que la relación con ella no quedó en buenos términos y de hecho la exportavoz dijo haber sentido tristeza por «los bulos» que desde la ultraderecha publicaron contra ella, especialmente relacionados a los presuntos motivos de sus constantes viajes a Panamá.

La irrupción de Olona es una buena noticia para la mayoría de investidura actual, a un año, como mucho, de las generales. Comienza a repartir el foco en otro liderazgo, pone enfrente de Isabel Díaz Ayuso a otra mujer de derecha radical con impronta fuerte y alto nivel de conocimiento y, por sobre todo, si las encuestas la acompañan, pondría una papeleta más que dividiría el voto. No tanto como ocurriría si se presentara en circunscripciones pequeñas (en donde Vox obtiene el diputado de la tercera posición) pero la fragmentación siempre hace mella. Moncloa acaba la semana con una buena noticia.