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«Siiiiiu», el Balón/Tambor de Oro de Txurdin en la grada Aitor Zabaleta

En Anoeta este jueves no marcó la Real. Tampoco CR7. Pero sí Txurdin, la mascota del equipo donostiarra, que celebró el pase a lo grande en la grada Aitor Zabaleta con troleo al portugués incluido. Hay quien pide para él  Balón y el Tambor de Oro.

 

Txurdin en acción.
Txurdin en acción. (Real Sociedad)

Cinco minutos después de concluir el Real Sociedad-Manchester del jueves que confirmó a los donostiarras como ganadores del grupo E de la Europa League, tras un vibrante ‘Txuri urdin’ a capella entonado por toda la grada, desde el exterior de Anoeta se escuchaba «Siiiiiu» una y otra vez. ¿La parroquia inglesa intentando levantar los ánimos a Cristiano Ronaldo? No precisamente, la algarabía venía del otro fondo, de la grada Aitor Zabaleta, y tenía como protagonista a Txurdin, la mascota de la Real.

La secuencia ha corrido por las redes como la pólvora y la cuenta oficial de la Real Sociedad se ha sumado a ella.

 

Los vídeos desde diferentes partes de la grada no dejan duda. CR7 no estuvo especialmente inspirado en el encuentro decisivo para certificar el liderato de grupo y saltarse una ronda de eliminatorias. Pero Txurdin sí.

 

Que el esférico Txurdin estuvo a nivel Balón de Oro queda claro. Pero hay hasta quien pide para él Tambor de Oro por esta celebración para la posteridad.

 

La que posiblemente haya sido última noche de Cristiano Ronaldo en Anoeta fue tan poco feliz como las anteriores. Nunca ha marcado en el estadio donostiarra en sus pocas comparecencias (varias veces no jugó con el Real Madrid por lesiones o rotaciones). Este jueves dio una buena asistencia para el 0-1 pero luego falló una clara ocasión y ya no remató con peligro. Vio una tarjeta amarilla y se diluyó luego en protestas.

Cristiano Ronaldo, enfadado con todo en Anoeta. (Ander Gillenea | AFP)

Y eso que Donostia siempre estuvo en el punto de mira del astro portugués. Se cuenta que en su primera visita con el Madrid, desde el hotel de Igeldo en que pernoctaba vio un palacio en la bahía del que se encaprichó al instante. Pidió precio pero le explicaron que Miramar no estaba en venta.