EH Bildu ha logrado para las haciendas vascas la gestión de los futuros impuestos a la banca y las eléctricas, cuya implantación espera que sea permanente.
En concreto, el acuerdo ha sido alcanzado entre el grupo parlamentario de EH Bildu y el Ejecutivo español, y supone «la necesaria salvaguarda competencial de los impuestos a la banca y a las eléctricas», ha explicado Matute en una comparecencia ante los medios.
En virtud de ese acuerdo, la formación soberanista ha conseguido «un compromiso explícito para que estos gravámenes se adapten a las competencias y capacidades fiscales reconocidas a las respectivas haciendas forales, en la mayor celeridad posible, siempre antes de tres meses desde la entrada en vigor de la ley».
De esta manera, EH Bildu «ha conseguido que el Gobierno rectifique y respete de manera íntegra las competencias y capacidades fiscales propias reconocidas a las instituciones de Hego Euskal Herria».
Gracias al acuerdo alcanzado con el Ejecutivo, se blindarán las competencias de las haciendas de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa y serán dichas instituciones quienes gestionen los nuevos impuestos, «una de las principales exigencias de los partidos vascos a cambio de su apoyo» de cara a la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2023.
Una iniciativa que EH Bildu considera que «reafirma» su compromiso «con la defensa del autogobierno», que se aprobará este jueves en la Comisión de Asuntos Económicos, donde se dará luz verde a los impuestos a la banca y a las eléctricas para su aprobación definitiva, el próximo jueves, en el pleno de la Cámara Baja.
Convertirlos en impuestos permanentes
Asimismo, el Gobierno de Sánchez se ha comprometido por escrito con EH Bildu a realizar un informe para estudiar convertir dichos gravámenes «en estructurales y permanentes».
Tras unas negociaciones que se han extendido hasta este mismo jueves, «el Gobierno ha aceptado la petición de EH Bildu de abrir la puerta hacia la conversión en permanentes de los impuestos a la banca y a las energéticas».
Matute ha destacado que desde el inicio de su tramitación en el Congreso, «EH Bildu ha advertido en reiteradas ocasiones que limitar el alcance de los impuestos sobre los beneficios extraordinarios solo a los ejercicios 2022 y 2023 no solucionaría el problema de fondo y se felicita de haber conseguido mover al Gobierno».
Aunque se han alcanzado estos acuerdos, el diputado abertzale ha matizado que no significan que los votos de EH Bildu sean «seguros» a favor de los Presupuestos Generales del Estado, si bien «favorece que se siga negociando».
Cabreo de UPN
El presidente de UPN, Javier Esparza, no ha podido evitar su enfado por este logro de EH Bildu, pese a sus beneficios para Nafarroa. Y ha cargado directamente contra la lehendakari navarra, María Chivite, por «haber permitido que EH Bildu negocie en nombre de Navarra con el Gobierno de España cuestiones que afectan a nuestro régimen foral».
Esparza considera «un error político sin precedentes otorgar y conceder a Bildu este papel cuando es una formación política que no defiende la foralidad sino la independencia y la creación de una nación vasca», ha dicho para zanjar: «más bajo no se puede caer».
Para Esparza, todo esto es «una nueva cesión de María Chivite para garantizarse su sillón y una renuncia a la negociación en el marco del régimen foral que le correspondería llevar a cabo a ella como presidenta de Navarra. Lo que está pasando es insólito».
A seis meses de las elecciones navarra, ha puesto el grito en el cielo indicando que «los navarros no nos merecemos a una presidenta que cede y calla ante las injerencias de un partido como EH Bildu que aspira y trabaja todos los días para la desaparición de Navarra y su anexión al País Vasco. Las urnas le pasarán factura a Chivite por todo el daño que está haciendo a Navarra».