Maite Ubiria

Del ‘Parkour’ al apagado de luces en enseñas comerciales de Ipar Euskal Herria

A finales de los 90 nace ‘Parkour’ en ese vasto mundo de expresiones asociadas a las urbes hexagonales. Hoy, el movimiento se recrea y rompe nuevas barreras. En su vertiente de acción frente a la crisis climática, apaga los escaparates. Ha pasado en Ipar Euskal Herria, de la mano de Xuti Gazte!

Xuti Gazte ekimenaren ekintza.
Xuti Gazte ekimenaren ekintza. (NAIZ)

Le parcours du combattant’. Es una expresión en lengua francesa, que evoca una penosa maniobra militar, y que sirve para dar cuenta de las dificultades añadidas que hay que superar para lograr un objetivo.

De esa declaración de intenciones nace a finales de la década de los 90 una práctica atlética, circense, plástica, llamada ‘Parkour’ y que se pega de forma natural a la vivencia de jóvenes de los barrios populares, de Marsella, a París o Rennes.

Unos espacios urbanos donde la falta de oportunidades y la desigualdad de código postal son incluso más difíciles de superar que esas paredes, vallas, monumentos y demás accidentes urbanísticos que, con espectaculares saltos y piruetas, logran superar los practicantes de ‘Parkour’.

Recorridos contra la crisis climática

Un deporte o expresión cultural a la que se han acogido también los jóvenes que buscan pasar un mensaje claro, sin sombras, sobre el vínculo entre el consumismo y la crisis climática.

Los diez miembros del ‘Parkour’ ‘Wizzy gang’ apagan periódicamente las luces de las principales enseñas comerciales del centro de Rennes.

En París son los llamados «comandos ligths off» los que, mediante saltos y carreras por las fachadas, tocan el interruptor justo para dejar en la oscuridad las fachadas.

Y se explican en vídeos: no es posible que los escaparates sigan iluminados incluso cuando las calles están semivacías y los comercios, obviamente, se encuentran cerrados.

Valores de una práctica individual que no renuncia a la utilidad

En el digital ‘Brut’, Kévin se resiste a dar una definición política. El y sus compañeros de equipo deambulan por las calles parisinas para poner coto a la contaminación lumínica. «Es una acción ciudadana, que no hace daño, que no molesta pero alerta de la urgencia climáatica», resume.

«Es un pequeño gesto, pero es la suma de pequeñas iniciativas la que permite cambiar las cosas», tercia Mathieu desde el colectivo de Rennes, para añadir: «Somos miembros de una generación que ha heredado las consecuencias de lo actuado por nuestros predecesores sobre el planeta y aspiramos a dejar una Tierra mejor a quienes nos sucedan».

El ‘Parkour’ cuenta con una federación que aclara cuáles son sus valores. Pese a su perfil individual, reivindica el entrenamiento en grupo y el encuentro e intercambio con colectivos de otras ciudades «porque es un factor de apertura y de voluntad de intercambio y colaboración».

«El ‘Parkour’ es una práctica que exige rigor y preparación física, pero es al tiempo un ejercicio lúdico y sin espíritu competitivo (...) uno de sus objetivos es proteger el cuerpo, de entrenarse pero sin renunciar al aspecto práctico de esta práctica»

Xuti Gazte sube un vídeo del apagado de fachadas

Adoptando, en cierto modo, los gestos del ‘Parkour’, un grupo de jóvenes vascos han llevado a cabo el apagado contra el cambio climático.

Hace unos días han subido un video en sus redes sociales desde la cuenta de la dinámica Xuti Gazte.

«Iluminamos el futuro apagando las luces de las enseñas comerciales de nuestras ciudades» ha sido el mensaje que han difundido para dar a conocer esa conexión de jóvenes vascos con esa lucha, con códigos urbanos y globales, contra el ecocidio.

Una primera y modesta acrobacia, que promete no ser la última, y a la que han dado la bienvenida en redes organizaciones ecologistas veteranas como Bizi.