Miguel Ángel Campos, preparador físico especialista en fútbol con experiencia en la élite desde 1999, fue muy gráfico a la hora de describir el cambio que las plantillas de personal no deportivo han experimentado en estos últimos años. Para ello mostró dos fotografías, una del él mismo junto a Lucas Alcaraz, los únicos técnicos del póster del Recreativo de Huelva en una de sus etapas en Primera, y otra, con no menos de una docena del staff de Gregg Berharter, seleccionador masculino de Estados Unidos celebrando su clasificación al Mundial de Qatar. «The team behind the team», –el equipo detrás del equipo– como lo denominaba la propia federación yankee.
Xabier Artetxe, entrenador del INEOS de ciclismo dio una cifra aún más elocuente, al cifrar en un centenar los profesionales que trabajan en torno a una plantilla de 30 ciclistas, el máximo permitido por la UCI para el world Tour. Bien es cierto que incluye entre ellos tanto a los trabajadores de las oficinas de Londres o Manchester, los encargados del almacén en Bélgica o los que montan y desmontan «el circo» durante cada etapa en las grandes vueltas. Y es que, el de Larrabetzu desveló que una de las muchas furgonetas que mueven, por ejemplo, durante un Tour es exclusiva para trasladar los colchones de los ciclistas de un hotel a otro para que puedan descansar de forma óptima tras cada etapa.
No es baladí que estos dos ejemplos tengan origen anglosajón, pues es allí donde estas estructuras están más desarrolladas, con el baseball como punta de lanza de la ciencia aplicada al deporte.
Head of performance
De ahí que muchos de los términos empleados provengan del inglés, como el del «head of performance», o responsable de este tipo de grupos. Francesco Cuzzolin, con pasado en los Raptors de la NBA, las selecciones de Italia y Rusia, y ahora mismo responsable del Olimpia Milano habló en primera persona sobre el rol del head of performance.
Este profesor de la Universidad de Udine tiene claro que «los títulos son solo la punta del iceberg. El baloncesto es un juego y la suerte también juega, esto no es una línea recta, a veces es un caos, pero la estructura te debe permitir estar cerca de ganar».
«Mi trabajo consiste en establecer protocolos sobre qué hacer antes de los entrenamientos, en los viajes, cuando están lesionados, cómo deben ser las rehabilitaciones. No soy un mago, pero necesitamos un plan, no dejar ver qué sucede», explicó. En este sentido, comparó a su estructura como una especie de Google Maps, que te establece una ruta, aunque luego en ese camino pueden surgir imprevistos que habrá que sortear.
Pero, ¿pueden llegar a chocar las opiniones de estos grupos de expertos y analistas con las del entrenador principal? Por supuesto. Cuzzolin entiende que «un coach con gran personalidad puede destruir la organización».
«Parte de mi trabajo es ofrecer soluciones al entrenador. Con los calendarios que hay en Europa, en los equipos punteros, una vez arranca la temporada es casi imposible entrenar, por lo que cada minuto que se entrena debe ser de la mayor calidad posible», apuntó el italiano. Y para que eso sea así, «no me puedo basar en opiniones, necesito datos», insistió.
Hoy en día, las tecnologías han avanzado tanto que es posible que Xabier Artetxe siga los entrenamientos de sus corredores en Colombia prácticamente en tiempo real, sin bien el vizcaino reconoce que «hablar con el corredor muchas veces te da mucha mejor información que el Garmin». Es algo en lo que todos coincidieron, en la importancia de dotar de contexto a todos esos datos a los que hoy en día pueden acceder, desde la calidad del sueño hasta los kilómetros realizados.
Campos volvió a ser el más gráfico, con la carrera de 35 metros de un medio centro en un partido, la más rápida en todo el choque. Esta vez la explicación llegó acompañada de un vídeo de esa carrera de 35 metros. La que el futbolista dio para ir a celebrar el gol que había marcado un compañero.