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Fernando Prado Ayuso ha sido ordenado nuevo obispo de Donostia

La Virgen de Arantzazu ha presidido el acto realizado en la catedral del Buen Pastor, en el que el nuevo obispo ha tendido la mano a las instituciones para «trabajar por el bien común» y ha apelado a la unidad de la Iglesia.

El nuevo obispo, Prado Ayuso, a su entrada en el Buen Pastor.
El nuevo obispo, Prado Ayuso, a su entrada en el Buen Pastor. (Maialen Andres | FOKU)

El nuevo obispo de Donostia, Fernando Prado Ayuso, en sus primeras palabras tras ser ordenado en la Catedral del Buen Pastor de la capital guipuzcoana, ha tendido la mano a las instituciones para «trabajar por el bien común» y ha apelado a la unidad en el seno de la Iglesia, tras dirigirse, en primer lugar, a «esas personas que por lo general no cuentan» y como mucho aparecen en la «crónica negra» de los periódicos, pero que son «grandes a los ojos de Dios».

A la ceremonia han acudido numerosos representantes de la Iglesia e institucionales como el alcalde de la ciudad, Eneko Goia, la presidenta del Parlamento de Gasteiz, Bakartxo Tejería, la diputada foral de Políticas Sociales de Gipuzkoa, Maite Peña, el director foral de Cooperación de la Diputación de Gipuzkoa, Fernando San Martín, la presidenta del PP de Gipuzkoa, Muriel Larrea, y los concejales de su partido en el Ayuntamiento donostiarra Borja Corominas y Jorge Mota, entre otros.

El cardenal Aquilino Bocos, el arzobispo de Iruñea Francisco Pérez y el nuncio apostólico Bernardito Auza, han ordenado como nuevo obispo a Prado Ayuso que ha recibido las insignias del anillo, signo de su desposorio con la Diócesis; el pectoral (cruz sobre el pecho); el báculo o cayado; la cátedra de Maestro del Evangelio; el solideo y la mitra.

En el altar mayor de la Catedral del Buen Pastor ha lucido la imagen original de la Virgen de Arantzazu, de Oñati, que es, junto a San Ignacio, la patrona de Gipuzkoa y de la diócesis. La última vez que esa talla salió del santuario fue en 1982, para la vista del Papa Juan Pablo II en Loiola.

A las 10.30 horas el obispo electo ha entrado en la Catedral, acompañado del deán del Buen Pastor, Luis Apestegui, mientras sonaba la txalaparta y después de ser recibido por las tamborradas de los colegios Mariaren Bihotza y Larramendi.

Vuelta a Donostia

Tras la liturgia y la ordenación, un grupo de dantzaris ha subido al altar y bailado un baile que se realiza tradicionalmente en Oñati. A continuación, el nuevo obispo ha bendecido a los presentes bajo la mirada de dos de sus predecesores en el cargo, Juan Mari Uriarte y José Ignacio Munilla, elegidos por él previamente para ello.

Al tomar la palabra, el nuevo obispo ha señalado que vuelve a la Diócesis de Donostio, donde hace 20 años fue ordenado por el obispo emérito Juan Mari Uriarte, «más maduro, algo más hecho, pero con la fuerza e ilusión del amor primero».

Además, ha confesado que toma esta nueva encomienda «con cierto vértigo», pero con «confianza en Dios y en vosotros» y con «inmensa alegría y enorme tranquilidad, porque entre vosotros lo bueno abunda».