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El rey español reivindica el espíritu, principios y fundamentos de su Constitución

En plena crisis por las últimas decisiones del Tribunal Constitucional que ha llegado a impedir votaciones en sede parlamentaria, el rey español Felipe VI ha querido poner en valor el espíritu, principios y fundamentos de la Constitución española, y ha pedido fortalecer las instituciones.

El rey Felipe VI, durante su discurso.
El rey Felipe VI, durante su discurso. (Andrés BALLESTEROS | AFP)

«No podemos dar por hecho todo lo que hemos construido. Han pasado ya casi 45 años desde la aprobación de la Constitución y claro que han cambiado, y seguirán cambiando, muchas cosas. Pero el espíritu que la vio nacer, sus principios y sus fundamentos, que son obra de todos, no pueden debilitarse ni deben caer en el olvido. Son un valor único en nuestra historia constitucional y política que debemos proteger«, ha dicho Felipe VI en su tradicional discurso navideño.

Ante la crisis sin precedentes abierta esta semana entre el Gobierno, las Cortes y el Tribunal Constitucional (TC) y la tensión entre los partidos ejemplificada en los debates parlamentarios, el rey ha hecho un llamamiento a «fortalecer« las instituciones y a que estas actúen con «colaboración leal, con respeto a la Constitución y a las leyes».

El monarca no ha citado a ningún poder del Estado concreto, pero ha animado a todos a «reflexionar de manera constructiva» sobre las consecuencias que puede tener la erosión institucional, el deterioro de la convivencia y el enfrentamiento.

«Un país o una sociedad dividida o enfrentada no avanza, no progresa, ni resuelve bien sus problemas, no genera confianza. La división hace más frágiles a las democracias; la unión, todo lo contrario, las fortalece», ha enfatizado Felipe VI en el discurso que ha pronunciado desde el Palacio de la Zarzuela.

En ese contexto, el rey ha hecho una firme defensa de la Constitución, «fruto –según él– del diálogo y del entendimiento» y que representa «la unión lograda entre los españoles como apuesta de futuro, de diversidad y de concordia».

Por ello, ha incidido en que el texto de 1978 debe seguir siendo la guía: «Sus principios y fundamentos, que son obra de todos, no pueden debilitarse, ni deben caer en el olvido».

«Son el lugar donde los españoles nos aceptamos los unos a otros, a pesar de nuestras diferencias. El lugar donde hemos convivido y donde convivimos en libertad», ha rematado.