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Unas 65.000 personas han visitado la capilla ardiente de Benedicto XVI el primer día

Cerca de 65.000 personas han visitado este lunes la capilla ardiente donde reposan los restos del pontífice emérito Benedicto XVI en su primer día de apertura. Durante el funeral, que se celebrará el jueves, el espacio aéreo de la plaza San Pedro permanecerá cerrado.

Meloni ha sido de las primeras en acudir a despedir a Benedicto XVI.
Meloni ha sido de las primeras en acudir a despedir a Benedicto XVI. (Michael KAPPELER | AFP)

Cerca de 65.000 personas ya han visitado la capilla ardiente del pontífice emérito Benedicto XVI, que falleció el 31 de diciembre a los 95 años. La seguridad de la capital italiana se ha reforzado con la presencia de más de mil agentes de las fuerzas policiales y el cierre del espacio aéreo en la plaza de San Pedro durante las exequias que el próximo jueves presidirá el papa Francisco.

Por el momento, se han superado las expectativas, ya que la delegación del Gobierno en Roma había estimado en 35.000 los visitantes diarios durante cada uno de los tres días de capilla ardiente hasta el funeral, que se celebrará el día 5 de enero.

La capilla ardiente está instalada en la nave central de la Basílica de San Pedro del Vaticano, delante del llamado altar de la confesión, junto al famoso baldaquino de Bernini. Los restos serán velados por amigos, ciudadanos y trabajadores del Vaticano, así como por los cardenales y miembros de la Curia.

Antes de abrir la capilla ardiente en la basílica se ha celebrado una liturgia en privado con los cardenales y los más cercanos al pontífice. Entre los presentes se encontraban el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, y la primera ministra, Giorgia Meloni.

Miles de personas han esperado hasta tres horas de fila para rendir un último homenaje a Benedicto XVI en la basílica de San Pedro. Las primeras personas han ido llegando antes de las 5.00 de la mañana hasta las inmediaciones de la plaza, donde las colas se han ido subdividiendo para llegar hasta las dos entradas principales de la plaza de San Pedro. Con paciencia y tranquilidad, han ido pasando los controles de seguridad de la Policía.

«Nuestro objetivo es garantizar la seguridad de quienes deseen presentar sus respetos», ha dicho el prefecto de Roma o delegado del Gobierno, Bruno Frattasi, al explicar las medidas adoptadas con motivo del operativo desplegado durante el último adiós al papa alemán.

«Contaremos con al menos 1.000 agentes de las fuerzas del orden sobre el terreno para el funeral, una cifra no inferior a la prevista para la Nochevieja», dijo Frattasi al término de la reunión celebrada este domingo, cuando confirmó que el día de los funerales «está prevista una interdicción del espacio aéreo sobre la plaza de San Pedro».

Además, durante los tres días de capilla ardiente habrá un despliegue de varias unidades médicas móviles y ambulancias, así como de 500 voluntarios de Protección Civil que también tendrán la tarea de informar sobre las colas y las esperas.

Meloni, de las primeras en despedir al papa

La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, ha sido una de las primeras personas que ha podido entrar a la basílica de San Pedro, antes incluso de que abriera sus puertas al público.

El sábado, en cuanto se tuvo noticia del fallecimiento de Benedicto XVI, Meloni lamentó la muerte del papa emérito, a quien definió como «un gigante de la fe y de la razón» y «un grande de la Historia al que la Historia no olvidará» aunque pasen los años.

La basílica permanecerá abierta este lunes durante diez horas, pero ese horario se ampliará el martes y el miércoles, pues los fieles podrán pasar ante el cuerpo del difunto desde las 7.00 hasta las 19.00 horas.

El jueves a las 9.30, el papa Francisco presidirá el funeral en la plaza de San Pedro, ante la presencia de fieles y delegaciones oficiales de Italia y del país natal de Ratzinger, Alemania. Otras autoridades también podrán asistir a título personal. Se espera que hasta unos 60.000 estarán presentes en su funeral.

Sepultado en una tumba de Juan Pablo II

En relación al lugar donde será enterrado Benedicto XVI, el portavoz vaticano, Matteo Bruni, ha señalado que será inhumado en la tumba que ocupó Juan Pablo II en la cripta dedicada a los pontífices bajo la basílica de San Pedro.

Bruni ha explicado que Benedicto XVI había dejado dicho –como relató su biógrafo Peter Seewald– su deseo de ser enterrado en ese lugar de las grutas vaticanas ocupado por los restos de Juan Pablo II hasta mayo de 2011, cuando el ataúd fue de nuevo expuesto en la basílica de San Pedro tras ser beatificado por el papa alemán.

La que será la tumba del pontífice emérito perteneció asimismo al también santo papa Juan XXIII y se encuentra a pocos metros de la de San Pedro y ante las sepulturas de dos reinas, Cristina de Suecia y Carlota de Chipre.

Benedicto XVI también tendrá, como ocurrió con Juan Pablo II, una sencilla lápida de mármol blanco con la inscripción de los años de su pontificado en latín.