No es la primera vez que Beatriz Artolazabal introduce discursos deslegitimadores de ETA en actos con otro contenido. Lo hizo en setiembre de 2021 en Elgoibar en un acto de memoria histórica, generando incluso el rechazo de los convocantes, y ha vuelto incluir en ello este miércoles en el acto oficial de 60 aniversario de Olabide Ikastola de Gasteiz.
Ante la presencia del alumnado actual de la ikastola, la consejera de Justicia y candidata del PNV a la Alcaldía de Gasteiz ha querido transmitir el mensaje de que «el nacimiento de la violencia de ETA, como reacción a la dictadura franquista, no fue inevitable sino un error desde su mismo surgimiento, que solo ha producido dolor y sufrimiento para todas las partes».
Por ello, ha proseguido, «trayectorias como las de Elbira Zipitria o Izaskun Arrue demuestran que hubo otras formas pacíficas de resistencia al totalitarismo realmente útiles y absolutamente irreprochables desde el punto de vista ético».
«Hubo muchas formas de rebeldía no violenta: combinar en las ropas los colores rojo, verde y blanco; no vestirse jamás con rojo y amarillo; ponerse kaikus o mendigoizales; impulsar grupos de danzas o grupos de montaña, como refugio de las ideas democráticas y vasquistas; asistir a conciertos de música en euskera», ha enumerado. Ha situado todas estas acciones pacíficas frente a la acción antifranquista de ETA, que entre otras cosas supuso el descabezamiento de la continuidad del régimen franquista con el atentado mortal contra Luis Carrero Blanco en 1973.
En aquel contexto, ha trasladado, «poner en marcha desde la iniciativa social, centros de enseñanza como Olabide Ikastola fue una muy fructífera reacción organizada frente a la dictadura». Y ha animado al alumnado a que en sus casas contrasten con sus familias aquellos años y hagan «todo lo posible por conocer de primera mano sus vivencias en aquellas épocas de dictadura y estrecheces en todos los sentidos».
El precedente de Elgoibar
Hace dieciséis meses, la consejera de Justicia y Políticas Sociales ya sembró polémica al acudir a un acto de memoria de 1936 en Elgoibar y utilizarlo para afirmar que el preso Unai Parot «no era un gudari, sino un asesino», ante la sorpresa de los presentes.
La organización Elgoibar 1936 le acusó de convertir una convocatoria plural y centrada en aquella guerra en «un mitin del PNV» con un discurso extemporáneo. El acto iba dedicado a homenajear a los gudaris caídos en la defensa de la localidad frente al ataque fascista, en 1937.