Maite Ubiria

Llamamiento a una entente entre macronismo y mayoría senatorial sobre las pensiones

Gabriel Attal, ministro francés de Finanzas, ha planteado una alianza entre mayoría presidencial y mayoría senatorial al arranque del debate de la reforma de pensiones en la Cámara Alta. Por delante, diez días de sesiones en busca de un voto que permita al Elíseo legitimar su controvertido proyecto.

El ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, se dirige al Senado, de mayoría conservadora.
El ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, se dirige al Senado, de mayoría conservadora. (Christophe ARCHAMBAULT )

El Senado francés ha arrancado este jueves el debate de la reforma de las pensiones y lo ha hecho dejando sentado que la Cámara Alta, de mayoría conservadora, aspira a dirimir el trámite en un clima más pausado que el que se vivió en la Asamblea Nacional.

El ministro de Finanzas, Gabriel Attal, ha asegurado que «todos sabemos que el Senado no es una ZAD» acrónimo de ‘Zona a Defender’ que se aplica a acciones de resistencia, ecologistas y/o sociales, como la que llevó a paralizar la ampliación del aeropuerto de Nantes.

Por su parte, el presidente del Senado, Gérard Larcher, no ha dudado en secundar esa línea autoritaria al llamar al orden a la senadora comunista Eliane Assassi por afirmar que «el deber de la izquierda es mostrar su más firme oposición en este hemiciclo».

Ciertamente, la composición de la Cámara alienta al Gobierno de Emmanuel Macron en su aspiración de tejer una entente entre «la mayoría presidencial y senatorial» que permita votar el proyecto de ley antes de que se agote el periodo de sesiones, el 12 de marzo a medianoche.

Con todo, se han presentado unas 4.700 enmiendas al texto. Un número importante pero que se aleja mucho de las más de 20.000 registradas en la Asamblea Nacional.

Así las cosas, la Cámara Baja solo llegó a votar dos de los veinte puntos de la ley antes de que se agotara el periodo de debate, el 17 de febrero, sin pronunciarse sobre el proyecto en su conjunto.

El Senado aspira a completar ese trámite, a tenor de lo afirmado hoy por su presidente, que ha considerado que esa cámara debe «a la ciudadanía y a los agentes sociales un debate del conjunto del texto». Lo que incluye, claro está, votar el crucial artículo 7 en el que se explicita esa ampliación de la edad legal de jubilación de los 62 a los 64 años.

Propuestas de Les Républicains (LR)

El Gobierno francés se ha encargado de hacer gestos hacia Les Républicains (LR) en los prolegómenos del debate del proyecto de ley para reformar el sistema de pensiones.

Sin embargo, el ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, ha rebajado hoy algo las expectativas al rechazar la propuesta de crear un nuevo contrato indefinido o CDI para «trabajadores senior» y excluir, al tiempo, el mantenimiento de ciertos regímenes especiales, propuestas ambas lanzadas por la derecha para marcar su impronta cara al debate.

Se ha mostrado más receptivo hacia la idea de mejorar las pensiones de «madres que hayan trabajado a tiempo completo durante el periodo exigido de cotización» que propone LR y que, como la propuesta de pensión mínima a 1.200 euros que plantea el macronismo, tendría una repercusión más que limitada, ya que la maternidad sigue penalizando a las mujeres.

«El Gobierno tiene un objetivo y la mayoría senatorial determinadas exigencias, lo que hace falta es que ambas encajen», ha resumido en entrevista con ‘Le Figaro’ Gérard Larcher.

Una vez despejadas las cuestiones previas, en forma de demanda de retirada del proyecto o de solicitud de un referéndum, los senadores entrarán en el meollo de la reforma.

Lo harán en vísperas de que, el 7 de marzo, la intersindical proceda a su plan de «parar el país» con protestas que tratarán de dejar claro el rechazo social a una reforma que, según las encuestas, sigue teniendo el rechazo de más de 60% de los ciudadanos.