Las mujeres siguen un estilo de vida más sostenible pero sufren más la pobreza energética

Un informe de Ihobe y Emakunde detalla que las mujeres de la CAV muestran un estilo de vida más sostenible en aspectos como la movilidad o la alimentación, a la vez que sufren más la pobreza energética y están infrarrepresentadas en los órganos de decisión sobre cuestiones del clima y energía.

Elgarresta y Barredo en la presentación del informe.
Elgarresta y Barredo en la presentación del informe. (IREKIA)

Las mujeres residentes en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa siguen patrones más sostenibles que los de los hombres, en especial en ámbitos como la movilidad y la alimentación, al mismo que tiempo que sufren más directamente el impacto de la «pobreza energética», según el informe ‘El cambio climático en Euskadi desde la perspectiva del género’ elaborado por Ihobe, la Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno de Lakua y Emakunde.

La viceconsejera de Sostenibilidad Ambiental del Gobierno de Lakua, Amaia Barredo, y la directora de Emakunde, Miren Elgarresta, han sido las encargadas de presentar los puntos más destacados de este informe en rueda de prensa.

Entre las conclusiones del informe se destaca que las mujeres residentes en la CAV siguen patrones más sostenibles en el área de movilidad y en la de alimentación. Así, se sostiene que las mujeres hacen desplazamientos más cortos, mayoritariamente a pie, en bicicleta o en transporte público, algo que Barredo ha atribuido al «rol de la mujer en el cuidado del hogar», mientras que los hombres siguen priorizando el uso del vehículo privado.

Sobre los hábitos del consumo de alimentos, el informe también asocia la sostenibilidad a los patrones de género. Por un lado, las mujeres priorizan el consumo de vegetales y fruta, «asociado al patrón del cuidado de la estética», según Barredo. Por otro, el consumo de proteínas es mayoritario entre los hombres, «ligado al esfuerzo y la musculación».

Otro punto que señala el informe es el relativo a la pobreza energética, una problemática que sufren en mayor medida las mujeres, lo que coloca a las mismas «en una situación de mayor vulnerabilidad ante el cambio climático» y que puede provocar «una diferencia clara a la hora de invertir, por ejemplo, en energías renovables en el hogar».

En este sentido, también se señala la «participación igualitaria en la toma de decisiones» como factor clave a la hora de abordar el cambio climático, ya que las mujeres «actuarían de forma diferente a los hombres». Sin embargo, el estudio sentencia que «las mujeres están infrarrepresentadas en los órganos de toma de decisiones sobre el cambio climático», como demuestra que de las delegaciones que representaron a los diversos países y regiones en la COP 2019 de Madrid, solo el 21% estuvieron encabezadas por mujeres.

Miren Elgarresta ha destacado que la colaboración entre Emakunde e Ihobe se enmarca en las iniciativas impulsadas en el marco del ‘Pacto de país por la Igualdad’. «Es una colaboración que se mantendrá en el tiempo, ya que tal como el propio Pacto expone en uno de sus diez compromisos, ambos objetivos, el de la igualdad y el de dar soluciones al cambio climático, están interconectados», ha subrayado la directora de Emakunde.

El ‘Pacto de país’ cuenta entre sus diez puntos con uno dedicado a la transición ecológica, y en él se recogen los compromisos de «incorporar el conocimiento que aportan las mujeres y sus organizaciones a la búsqueda de soluciones al cambio climático».