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Muere el arquitecto francés Roland Castro, figura de Mayo del 68 y militante de la utopía

Militante de izquierda, figura de Mayo del 68, el arquitecto francés Roland Castro quiso «remodelar» los barrios obreros de las grandes ciudades, invadidos por el hormigón y «evitar de que los suburbios sean un cajón de sastre para los excluidos de la sociedad». Castro ha fallecido a los 82 años.

Roland Castro, en una sesión de fotos en 2018.
Roland Castro, en una sesión de fotos en 2018. (Joel SAGET | AFP)

Desde Emmanuel Macron hasta la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, el mundo político francés ha rendido homenaje al arquitecto y activista de izquierda Roland Castro, fallecido a los 82 años de edad el pasado jueves. «Murió en paz, muy rodeado de familia, en un hospital parisino», dijo a la AFP su hija Elisabeth Castro.

Nacido el 16 de octubre de 1940 en Limoges, de padre judío de Tesalónica y madre española judía, Roland Castro vivió sus primeros años escondido por un maquis comunista en Limousin, en Saint-Léonard-de-Noblat. Estos cuatro años marcaron las décadas de compromiso del arquitecto, que consideraba tener que saldar «una deuda de existencia con Francia. La arquitectura, los suburbios, las causas nunca han faltado: todo ha sido un pretexto para saldar esta deuda», afirmó con su voz grave.

Roland Castro ingresó en Beaux-Arts de París en 1958, apoyando al FLN argelino, antes de unirse a la Unión de Estudiantes Comunistas, de la que fue expulsado en 1965 por haber criticado la línea estalinista. Termina abrazando el maoísmo y la lucha revolucionaria, bandera bajo la que militará en Mayo del 68, del que se convierte en una de sus figuras.

La política de la vivienda

Figura de Mayo del 68, cofundador del colectivo Banlieues 89, este hombre bajo, de risueños ojos verdes, conocido por sus encendidos discursos, se dio a conocer asociando su visión de la vivienda con una lucha política. Creía que los edificios eran «exitosos cuando devolvían a su habitante una buena imagen de sí mismo».

Castro había hecho de la arquitectura una lucha política contra el ‘apartheid’ de las urbanizaciones. Y por ese motivo por su compromiso ha sido reconocido este viernes por electos de todo el espectro político francés, empezando por Emmanuel Macron, a quien convenció para unirse a su causa en 2017 y 2022. «Leyenda de la arquitectura y el urbanismo, visionario activista de izquierdas, Roland Castro nos ha dejado una huella imborrable. A los ciudadanos, una inspiración. Adiós y gracias, Roland», tuiteó el jefe de Estado.

La alcaldesa socialista de la capital Anne Hidalgo también prometió que «París le rendirá homenaje» y lamentó la pérdida de «este amigo entrañable en todas las luchas y que tuvo tantas vidas». «La mirada siempre chispeante, el verbo alto, inteligente, el humor demoledor, Roland era un ‘personaje’ a veces excesivo pero sobre todo entrañable... ¡salud, camarada!», tuiteó  por su parte Alexis Corbière (France Insoumise).

Sus proyectos

Su último proyecto fue ‘reencantar’ la famosa Croisette de Cannes, como recordó el alcalde de la ciudad, David Lisnard, subrayando «su visión comprometida, decididamente moderna y sus logros (que han) marcado la historia francesa del urbanismo».

La cultura también le ha querido homenajear. «Un personaje tan familiar para toda una generación, echaremos de menos a este guardián de la utopía», comentó Jérôme Clément, exjefe de la cadena Arte. Michel Field, director de cultura y artes escénicas de France Télévisions, lamentó la pérdida de un «pionero en los albores de los años 70 sobre el género y las minorías, así como sobre los suburbios y la periferia, y que reivindicó la fuerza de la utopía».

Le debemos a Roland Castro, entre otras cosas, la renovación de la Cité de la Caravelle en Villeneuve-la-Garenne, la ciudad de la historieta o Cité de la Bande Dessinée en Angoulême y la Bolsa de Trabajo en la ciudad de Saint-Denis. Pero también el primer hotel de moda Mama Shelter, en París.

La utopía, siempre

Conocido por sus discursos, fue un activo miembro de las filas maoístas en Mayo del 68 antes de fundar un pequeño grupo de extrema izquierda, libertario y combativo también por los derechos de los homosexuales.

Luego reenfocó su profesión de arquitecto al servicio de un ideal: retejer las relaciones sociales y «convencer de que los suburbios no son un cajón de sastre para los excluidos de la sociedad». Frente a los herederos de Le Corbusier, renueva y reconstruye ciudades, siempe sin alejarse demasiado de la política. Los edificios de Roland Castro aparecían a menudo como injertos de construcciones existentes. Añadió líneas asimétricas, combinando madera con hormigón y favoreciendo el blanco, adornado con fachadas vegetales. 

En 1983, cofundó Banlieues 89 con su amigo, el urbanista Michel Cantal-Dupart. La iniciativa se remonta a François Mitterrand, quien encomendó una misión interministerial a Roland Castro. Pero la operación se enfrentó a las reticencias financieras del Gobierno y Banlieues 89 desapareció en 1991.

A veces mitterrandien, a veces partidario del PCF, el arquitecto será criticado por haber preparado, en la década de 1990, un plan de lucha contra la segregación urbana, a petición del RPR Charles Pasqua.

Aspirante a candidato presidencial en 2007, creó su propio partido, el Mouvement pour l'Utopie Concrète (Movimiento por la Utopía Concreta), sin que lograra reunir los patrocinios necesarios. Luego participó para Nicolas Sarkozy en la redacción de un proyecto faraónico para el Gran París, que no llegó a buen puerto. En 2017 volvió a realizar una actuación sobre este proyecto, también sin resultados.