«¿Las noticias en EEUU? Si alimentas con mentiras, el país se embrutece»
Ha sido el impulsor del semanario más antiguo de EEUU, fundado en 1865 por los abolicionistas. Con una idea por bandera, «di la verdad y desconfía del poder, siempre», apuesta por un periodismo que traiga al debate público cuestiones con espíritu crítico y que combata los vicios que lo estropean.
El Campus de Donostia de la Universidad de Deusto acogió el pasado viernes una interesantísima sesión sobre comunicación política en la que Roane Carey e Iñaki Gabilondo dejaron perlas para la reflexión sobre el futuro del periodismo en medio de un universo de confusión, lleno de mala uva, veneno, tendenciosidad y rumores, que ha multiplicado hasta el infinito las señales informativas que la gente recibe y ha venido para quedarse.
Se dice que en los momentos de inundación lo primero que falta es el agua potable. En la charla, se incidió en cómo dar con fuentes de información potable, desde un periodismo que sepa hacerse fuerte en sus principios, sin dejarse embaucar por la juguetería tecnológica, con distancia respecto al poder, desde la diversidad e independencia frente a la concentación de los medios en muy pocas pero muy poderosas manos. Tras su exposición, Carey accedió gustoso a hablar con GARA, desde su experiencia en el oficio y con una pedagogía punzante.
En tiempos de guerra, se impone el «periodismo patriótico», el apoyo ciego al gobierno. Paso tras el 11S, en Irak, ¿se repite la historia con la guerra de Ucrania?
Es posible, sí. Los grandes medios en EEUU apoyan a tope a Ucrania en la guerra, no todos pero la gran mayoría. Es curioso e interesante, la prensa más ultraderechista es la que está más claramente en contra. Les gusta Putin, su estilo, que no le guste las ideas LGTBI. Pero sí, los grandes medios van con todo a favor de Ucrania y de suministrarle todo tipo de armas. Y sí, es probable que no les interese buscar la verdad sobre, por ejemplo, quién voló el Nord Stream II.
«El grupo Fox ha hecho rating diciendo que el aborto es diabólico, que todo impuesto y regulación es malo, que las feminazis van a cargarse la familia, y tiene un público de decenas de millones de personas condicionado para creer. Y son muy buenos haciendo lo que hacen»
‘The New York Times’ pidió perdón por haber dado el pase a la mentira de las armas de destrucción masiva de Irak. Con el Nord Stream II, Seymour Hersh dice que fue EEUU (y Noruega). ¿A qué se debe el silencio de los grandes periódicos del país?
No tengo un conocimiento profundo de lo que pasó con el Nord Stream. He leído la prensa y pienso en la lógica de la guerra entre Ucrania y Rusia, dónde se sitúa EEUU, cómo está jugando sus cartas. Sé lo que dijo Joe Biden hace un año y medio sobre el Nord Stream y me parece natural sospechar que EEUU lo hizo. Pienso que es natural sospechar que los medios mainstream como ‘The New York Times’, que a menudo es muy cercano al poder y apoya incondicionalmente a Ucrania, sea escéptico a informar e investigar sobre lo que realmente ocurrió. Pero es un poco injusto asumir que el NYT no lo está investigando.
Sabemos que los gobiernos de Alemania, Suecia y Dinamarca lo están investigando, pero no hay tantas fuentes de información que conozcan lo que ocurrió. Seymour Hersh publicó su denuncia basándose en una fuente anónima que afirma que el gobierno de EEUU lo hizo. ¿Pero cómo evaluarlo? Hay una fuente que no conocemos, no hay otras fuentes que puedan corroborar lo que dice, por lo que solo nos queda en confiar en la palabra de Hersh, que es un titán del periodismo. Yo crecí en este oficio adorándolo por lo que hizo al desenmascarar la masacre de My Lai en Vietnam. Pero en los últimos 10-15 años ha hecho un montón de denuncias muy graves basándose siempre en una fuente anónima, que nadie puede corroborar. Para mí no es suficiente, no prueba que EEUU lo hiciera. Es una denuncia, nada más que una denuncia.
Es más, otros periodistas, utilizando métodos de inteligencia de fuentes abiertas, han demostrado que el barco noruego que Hersh sitúa en el lugar de los hechos realmente no estaba allí, tampoco el avión noruego que activo el explosivo. No lo sé. Hay que ser cauteloso, no se puede dar por hecho que Hersh es dios y conoce toda la verdad.
El periodismo político de izquierda siempre ha asumido que EEUU es un actor maligno en las relaciones internacionales, ¿cómo se posiciona ante la guerra de Ucrania?
Históricamente, yo y mis colegas de la prensa de izquierda, hemos crecido con la asunción de que casi todo lo que el Gobierno hacía en las relaciones internacionales ha sido maligno o desquiciado. Vietnam, Irak, Afganistan, hacer caer gobiernos electos en Irán, Chile, El Salvador, etc... Pero creo que la izquierda de EEUU, y diría que en general, toma eso como un catecismo, que puede usarse para no pensar críticamente.
En lo que a mí respecta, está claro: EEUU es un poder imperialista que, por principio, no se preocupa por la democracia en el mundo. Le interesa asegurarse el poder supremo, a menudo derrocando democracias y apoyando dictaduras. Dice que apoya Ucrania porque es un país abierto y democrático, pero lo hace porque Rusia es uno de sus mayores oponentes. Si EEUU realmente le preocuparía la toma de territorios por la fuerza como dice el secretario de Estado Blinken, no estarían apoyando a Israel en Cisjordania y Gaza.
En este caso, para mí está defendiendo al bando correcto, pero por razones geopolíticas, no porque le importen los ucranianos. Ese catecismo de izquierda lleva a veces a pensar que el verdadero villano aquí no es Rusia, sino EEUU que creó el problema. Se dice que esta no es una guerra de Rusia contra Ucrania sino entre Rusia y EEUU. Decir eso es una locura, no es verdad.
«El poeta W.B. Yeats, meditando sobre la guerra civil, dijo que habían alimentado el corazón con fantasías y este se les embruteció con la dieta. Es lo que ha pasado con las noticias en EEUU. Han alimentado con mentiras al público y el país se ha vuelto lunático y polarizado».
¿Se hace mejor periodismo ahora? ¿El oficio, como el vino, mejora con el tiempo?
Dudaría en hacer una afirmación categórica. Si lo miras históricamente, puedes encontrar claros ejemplos de periodismo horrible hace 50 años y ahora tienes ejemplos de periodismo horrible en el mainstream, con errores terribles, fabricación de mentiras y sinsentidos a tutiplén. Creo que existe una banda continua, siempre va a haber corrupción en el periodismo, medios mainstream alineados con el poder y un periodismo enfrentado al poder, con menos dinero, que va a mantener en alerta a los viejos dinosaurios.
Es simplista decir que ahora el periodismo es una basura. En ‘The Nation’, durante 30 años hemos tenido una política de rejuvenecer la plantilla anualmente con 20-30 nuevos redactores. Y lo he visto, gente joven super astuta, críticamente inteligente, chavales muy brillantes. A muchos ahora los veo como periodistas de cabecera y han publicado varios de los mejores trabajos que nunca he visto.
¿Cuál es la razón del éxito popular en EEUU de ese periodismo tan visceral e hiperbólico como el del grupo Fox?
Eso tiene una historia, de décadas. Tiene que ver con el crecimiento del poder del neoliberalismo. En términos de periodismo, significó una desregulación masiva, el fin de las leyes que protegían el derecho a la competencia, se eliminó la llamada «doctrina de la imparcialidad» que desde 1940 la Autoridad Federal de Comunicaciones tenía en la legislación. Reagan la abolió. ¿Cuál ha sido la consecuencia? Una explosión de emisoras de extrema derecha, millones de horas y horas de talk radio escuchadas por los trabajadores, en los pueblos cogen sus «noticias» de ahí.
Un 95% de los talk radio en EEUU son de ultraderecha, y no exagero. Han estado escuchando a lunáticos como Rush Limbaugh que hablaba de feminazis que quieren destruir la familia. ¡Durante 35 años! En 1996 Murdoch empezó en esa línea. Han hecho rating diciendo que todos las regulaciones son malas, que todos los progresistas son diabólicos, y tienen un público de decenas de millones de personas.
Desde fuera parece un sinsentido, de manicomio, pero esa gente se cree que las elecciones fueron robadas. Vete a cualquier aeropuerto o a tomar un trago a cualquier bar y verás en las pantallas la cadena Fox. Ya lo dijo W.B. Yeats, «hemos alimentado el corazón con fantasías, y este se embruteció con la dieta». Es lo que ha pasado con las noticias en EEUU. Y son muy buenos haciendo lo que hacen.