Detenido el presunto filtrador de informes del Pentágono, que han agitado las alianzas de EEUU

El FBI ha detenido al sospechoso de las filtraciones de documentos de Inteligencia del Pentágono, un joven miembro de la Guardia Nacional Aérea, mientras EEUU intenta limitar su impacto tranquilizando a sus socios supuestamente espiados, aunque sus contenidos han agitado las alianzas de Washington.

Lloyd Austin, secretario de Defensa de EEUU.
Lloyd Austin, secretario de Defensa de EEUU. (Drew ANGERER | AFP)

Aunque todavía sin confirmar su autenticidad, Estados Unidos intenta desde hace una semana limitar el impacto de las filtraciones de documentos de Inteligencia del Pentágono tranquilizando a sus aliados, minimizando el riesgo y anunciando investigaciones.

El presidente estadounidense, Joe Biden, ha reconocido este jueves desde Dublín estar preocupado y ha asegurado que hay una investigación en curso «que parece estar a punto de completarse».

El Departamento de Justicia de EEUU abrió una investigación criminal tras la filtración de documentos que detallan las opiniones de Washington sobre la guerra en Ucrania y revelan una recopilación de Inteligencia sobre los propios aliados cercanos de EEUU.

Pero, pese a los desmentidos sobre el contenido de varios de los gobiernos que aparecen en estos documentos, la filtración compromete las posturas en torno a la guerra de Ucrania y la posición de los aliados de EEUU, que aparecen de nuevo en el objetivo del espionaje de Washington.

¿Qué se ha filtrado?

Docenas de fotos de estos documentos se han transmitido en Twitter, Telegram o Discord en los últimos días, algunas han circulado en Internet al menos desde febrero, antes de atraer la atención de la prensa.

Los documentos revelan las preocupaciones de la Inteligencia estadounidense sobre la viabilidad de una contraofensiva ucraniana contra las fuerzas rusas, debido a problemas de entrenamiento y suministro.

Exponen debilidades en el armamento, la defensa aérea y el tamaño y la preparación de las tropas ucranianas justo cuando Kiev prepara su contraofensiva, mostrando que EEUU supuestamente accedió a algunos planes de batalla del Gobierno ucraniano.

Uno de los documentos describe las preocupaciones de EEUU sobre la capacidad de Ucrania para seguir defendiéndose de los ataques rusos y apunta que «la batalla por la región de Donbass probablemente se dirija hacia un punto muerto a lo largo de 2023». 

Según los informes, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, lamentó ante su más alto general que el Ejército ucraniano no tuviera misiles de largo alcance que permitieran a sus fuerzas apuntar directamente al territorio ruso, y a finales de febrero sugirió llevar a cabo estos ataques con drones.

Zelensky, presidente de Ucrania. (AFP)

Además, recogen que más de medio centenar de soldados de operaciones especiales de países miembros de la OTAN, como el propio EEUU, Gran Bretaña, Estado francés, y Letonia, habrían sido desplegados en Ucrania entre febrero y marzo, sin especificar con qué objetivo.

Otro informe analiza los vuelos de vigilancia del Mar Negro por parte de EEUU, Gran Bretaña, Estado francés y la OTAN desde finales de septiembre hasta finales de febrero utilizando aviones tripulados y no tripulados.

Ciertos documentos también parecen indicar recopilación de Inteligencia dirigida a algunos de sus aliados, como Israel y Corea del Sur, a los que Washington ha tratado de tranquilizar.

Así, EEUU supuestamente espió en marzo a altos cargos surcoreanos que estaban hablando sobre la presión que Washington había ejercido sobre Seúl para que enviara armas a Ucrania, en violación de la política surcoreana que tradicionalmente se niega a suministrar armas a países en conflicto.

La vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris, con el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol. (EUROPA PRESS)

También el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, habría sido objeto de espionaje durante las reuniones mantenidas con Rusia, del que Washington concluye que «está demasiado dispuesto a complacer los intereses rusos».

Otro de los documentos apunta a que el Mossad, el servicio de espionaje exterior de Israel, podría haber funcionado como motor de las protestas contra la reforma judicial impulsada por el Gobierno de Benjamín Netanyahu, algo que la oficina del primer ministro israelí consideró el domingo que «no tiene fundamento».

¿Quién lo ha filtrado?

Según el ‘Washington Post’ la filtración fue obra de un joven que trabajaba en una base militar, con el seudónimo OG, quien compartió su información en un grupo privado en la red social Discord, en lo que sería una fanfarronada entre jóvenes ultras y aficionados a los temas militares.

Este jueves, el diario ha revelado que se trata de un joven de 21 años que trabaja en una base militar llamado Jack Teixeira y es miembro de la Guardia Nacional Aérea de Massachusets.

Poco después, el FBI ha anunciado la detención de un sospechoso en la localidad de North Dighton (Massachusetts) aunque no detalló quién es la persona detenida Medios de comunicación estadoundenses aseguran que se trata de  Teixeira.

Su trabajo como técnico informático dentro de la organización militar le facilitó el acceso a información sensible, ha añadido el Post en su web.

El mismo diario avanzó ayer, miércoles, que accedió a los documentos secretos en la base militar donde trabaja, se los llevó a su casa y los colgó en la plataforma Discord, popular entre aficionados a los videojuegos, con el objetivo de impresionar a otros jóvenes.

“The Washington Post” entrevistó a un adolescente que forma parte del grupo de Discord y tuvo acceso a un video en el que el joven está en un campo de tiro con un rifle. En ese vídeo, se le ve gritar una serie de insultos racistas y antisemitas para luego disparar en varias ocasiones a un objetivo.

El diario estadounidense relató que OG pidió a los demás miembros del grupo que no distribuyeran los documentos, asegurando que no tenía intención de ser un denunciante, indican las fuentes del ‘Washington Post’ citando a una de sus fuentes, si bien es crítico con el Estado –del que denuncia el abuso de poder–, la Policía y los servicios de Inteligencia.

El grupo de alrededor de 24 personas, en su mayoría hombres y adolescentes, se formó en 2020 en torno a una ideología ultraderechista y su pasión mutua por las armas de fuego y la religión.

A mediados de marzo, el presunto autor de las filtraciones dejó de publicar documentos, y un día antes de que el primer medio estadounidense informara de la presunta filtración, escribió en el grupo en un estado «frenético», asegurando que «algo había pasado, y pedía a dios que esto no ocurriera».

Después de que el caso saltase a los medios, los miembros del grupo saltaron a otro servidor para continuar sus conversaciones, en las que el presunto autor de las filtraciones confesó sentirse «confuso y perdido sobre qué hacer a continuación».

Finalmente, pidió al resto de miembros del grupo que borrasen todos los documentos y todos los mensajes y desapareció. Un portavoz de Discord aseguró que están colaborando «con las fuerzas del orden» en la investigación.

¿Qué consecuencias puede tener?

Las consecuencias de esta filtración podrían ser significativas, poniendo en evidencia las fuentes de inteligencia de EEUU y brindando información valiosa a sus enemigos. Podría ser la más grave desde 2013, cuando el exanalista Edward Snowden expuso el alcance de los programas de espionaje masivo que EEUU puso en marcha tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

En primer lugar, la Presidencia ucraniana afirmó que ha modificado sus planes para la contraofensiva que prepara, si bien, a la vez, aseguraba que las informaciones «no son auténticas» y no tienen nada que ver con sus planes. Kiev sostiene que mezclan falsedades con contenidos que ya no son actuales.

Además, muestra el grado de penetración del espionaje de EEUU en el mando militar de Rusia y aporta información valiosa para Moscú, que calificó el contenido como «bastante interesante».

¿Cómo han reaccionado los actores implicados?

El Pentágono no ha confirmado la validez de los documentos pero admite que el caso representa un riesgo «muy grave» para la seguridad nacional de EEUU. El secretario de Defensa, Lloyd Austin, asegura que su Gobierno se toma «muy en serio» la filtración.

El Kremlin, aunque dio credibilidad al espionaje de EEUU a sus aliados y a la presencia de militares occidentales en Ucrania que dijo conocer de antemano, el martes tildó de «embuste» las informaciones sobre la posibilidad de que Egipto hubiera mandado fabricar decenas de miles de misiles para enviarlos a Rusia, también divulgadas en los documentos.

Igualmente, el Gobierno de Serbia ha reiterado que ni ha entregado ni entregará armas a Ucrania, y ha calificado de «mentira» el contenido de uno de los documentos del Pentágono que dice lo contrario.

El ministro de Exteriores de Corea del Sur, Park Jin, sostiene que «gran parte de la información» obtenida de los documentos es «falsa» y ha sido «inventada» pero ha matizado que la autenticidad de los documentos debe ser analizada. Algunas voces de la oposición han pedido al presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, que cancele la visita de Estado que tiene previsto hacer este mes a Washington o que, al menos, use ese encuentro para abordar ese tema con Biden.