El estudio Pathé quiere acabar con la tradición anglosajona que ha explotado los grandes clásicos de la literatura francófona, por lo que ha puesto en marcha un ambicioso proyecto que, además de ‘Los tres mosqueteros’, incluye otras novelas tan adaptadas como ‘El Conde de Montecristo’, para hacer las versiones definitivas.
Y, de entrada, lo está consiguiendo, porque ‘D’Artagnan’ (2023), primera parte del díptico que completa la ya rodada ‘Milady’ (2024), es la adaptación más espectacular y brillante que se haya visto en una gran pantalla. Tanto es así que consagra a su director Martin Bourboulon, que con su anterior ‘Eiffel’ (2021) ya había apuntado maneras como especialista en producciones de gran presupuesto dentro del cine europeo, porque su nueva realización ha costado alrededor de los cuarenta millones de euros.
Uno de los factores que hace olvidar a películas precedentes basadas en el texto original de Dumas es el carismático reparto, en el que cada actor y cada actriz se ajustan a los personajes que hemos visto reflejados en tantos rostros diferentes. Destaca en sobremanera Vincent Cassel como Athos, pero tampoco se quedan atrás el D’Artagnan que compone François Civil o el Aramis de Romain Duris y el Porthos de Pio Marmaï.
Lo mismo cabe decir de los roles femeninos, con Eva Green como Milady, Vicky Krieps bordando la imagen de la reina Ana de Austria y Lyna Khoudri haciendo de Constance Bonacieux. El fabuloso elenco se completa con Louis Garrel dando vida al rey Louis XIII, Jacob Fortune-Lloyd como el Duque de Buckingham y la villanía corre a cargo del Cardenal Richelieu personificado por Eric Ruf.
El guion de Alexandre De la Patellière y Matthieu Delaporte es bastante fiel, confiando en la vivacidad de la ambientación, que acierta tanto en los escenarios más sucios como en el lujo palaciego. El ritmo narrativo y la acción son desbordantes, pero captando a unos héroes vencidos por el tiempo.