​El cineasta italiano Pietro Marcello triunfó internacionalmente con su adaptación de una novela de Jack London ‘Martin Eden’ (2019) y ahora estrena su primera realización francófona, presentada en el festival de Cannes dentro de la Quincena de Realizadores y ganadora del Premio al Mejor Director en el festival de Sevilla. Ha vuelto a conquistar a la crítica con su personal y poético estilo narrativo, esta vez en forma de cuento de hadas rural basado en una novela del ruso Alexander Grin.

El alma del relato está en una profecía dicha por la bruja del pueblo (Yolande Moreau) en el que vive la joven protagonista (Juliette Jouan). Ella cree firmemente en la magia y en esa premonición que habla de alguien que vendrá del cielo envuelto en unas velas rojas o escarlatas. Cuando un avión realiza un aterrizaje forzoso, cree ver en el piloto (Louis Garrel) al príncipe azul que le habían anunciado.

Un realismo mágico que no oculta la dura existencia familiar de nuestra Juliette, que vive ayudada por una vecina viuda (Noémie Lvosky), al fallecer su madre en ausencia de su padre (Raphaël Thiéry), movilizado durante la I Guerra Mundial, de la que vuelve envuelto en el odio y el rechazo de sus paisanos. Este hombre es un ebanista, un artesano que vive de la madera con la que fabrica juguetes que van siendo desplazados por la llegada de otros eléctricos. Padre e hija se refugian cada vez más en la felicidad de su hogar, sin posibilidades de prosperar y poder vislumbran un futuro mejor lejos de la aldea.

Juliette es vista como una persona alegre y cantarina, llena de esperanza. Sus canciones recuerdan a las de los musicales de Jacques Demy, aparte de que el anterior trabajo en el que participó Pietro Marcello fue el documental ‘Para Lucio’ (2021), dedicado al cantante Lucio Dalla y su importancia para la música popular italiana. Su lado documentalista se refleja también en las imágenes de archivo coloreadas que utiliza, junto a tomas en 16 mm.