Feministas denuncian en la calle que modificar la ley del ‘Solo sí es sí’ es darles la espalda

Centenares de feministas se han concentrado ante los palacios de justicia de Bilbo y Donostia para denunciar el retroceso que supone que salga adelante la propuesta del PSOE para modificar la ley del ‘Solo sí es sí’. «Tendremos que seguir demostrando que no había consentimiento», han lamentado.

Feministas que se han concentrado ante el Palacio de Justicia de Donostia, como ha sucedido en Bilbo.
Feministas que se han concentrado ante el Palacio de Justicia de Donostia, como ha sucedido en Bilbo. (Jagoba Manterola | FOKU)

Feministas han salido este miércoles a la tarde a las calles para denunciar el retroceso en los derechos de las mujeres que supone que este jueves el Congreso de los Diputados vaya a aprobar una propuesta de ley presentada por el PSOE, con el apoyo del PP, para modificar la ley del ‘Solo sí es sí’. Lo han hecho en Bilbo y Donostia ante los palacios de justicia, al igual que en otras ciudades del Estado español, ya que consideran que no pueden tolerar que se vaya a dar la espalda a años de lucha sobre el consentimiento.

En la capital vizcaina, un centenar de mujeres se han reunido ante las escaleras de acceso a la sede judicial mostrando carteles con lemas como «Nos tendréis enfrente» o «askeak eta eskubideen jabeak», mientras coreaban consignas como «gora borroka feminista», «justizia emakumeontzat» o «el consentimiento no se negocia».

Imagen de la movilización en Bilbo.

«No nos engañáis, cuando modificáis el consentimiento introduciendo la intimidación y la violencia, lo que estáis protegiendo es el acceso libre y el derecho adquirido de los hombres a nuestros cuerpos», han advertido. En el comunicado que se ha leído en las concentraciones, han insistido en que la modificación legislativa que ha seguido a la «estrategia patriarcal» de generar «alarma social» va a suponer «cuestionar nuestro sí, al igual que ya fue cuestionado nuestro no».

«Se nos seguirá juzgando a las mujeres y seremos nosotras las que tendremos que seguir demostrando que no había consentimiento; es decir, se seguirán juzgando nuestras actitudes: cómo íbamos vestidas, si estábamos borrachas...», han denunciado.

El consentimiento en el centro

Desde el movimiento feminista se destaca la importancia de poner el consentimiento en el centro, «frente a los discursos reaccionarios». «No vamos a permitir –han advertido– que se utilice a las compañeras que han enfrentado violencias sexuales y se juegue con ellas».

Han salido a las calles, como lo hicieron para corear consignas como «no es abuso, es violación» y «hermana, yo sí te creo», para «reapropiarse» de un debate que «ciertos sectores políticos están utilizando de manera interesada».

Sostienen que la cuestión de la violencia machista y de las violencias sexuales no se va a resolver castigando, «sino haciendo frente a su dimensión estructural y a su función social».

Argumentan los colectivos feministas que la violencia machista tiene como objetivos «producir y reproducir poder», además de ser «un mecanismo de control para que se mantenga la relación de poder patriarcal y heterosexista».

Serie de medidas

«La ley del ‘Solo sí es sí’ desarrolla toda una serie de medidas vinculadas a la prevención y la formación; es decir, se vincula con procesos colectivos que posibilitan la toma de conciencia y permiten la construcción de pactos sociales cotidianos para la transformación social y la construcción de una sociedad libre de violencias sexuales», exponen.

Asimismo, inciden en que incluye toda una serie de mecanismos que «facilitan que seamos atendidas adecuadamente cuando las mujeres enfrentemos situaciones de violencia sexual, con servicios de atención especializados e integrales, que no existen en la actualidad».

Además, precisan, establece mecanismos para que esta atención no dependa de la interposición de una denuncia. «Es más, permite una toma de decisión pausada con asistencia y acompañamiento especializado. Desaparece la obligatoriedad de denunciar ‘inmediatamente’», añaden.

Estiman que este último elemento es muy importante, «ya que las violencias sexuales apenas se denuncian, dada la revictimización que se sufre al hacerlo». «Esta primera revictimización –subrayan– en muchos casos es tan traumática como la propia agresión vivida».