Ane  Urkiri
NAIZeko zuzendaria / Directora de NAIZ

El constante desafío para un reto mayor: la igualdad

El discurso de las deportistas, habituadas a superar obstáculos, es muy relevante en la creación de una sociedad igualitaria. En la toma de decisiones, sin embargo, apenas se les tiene en cuenta. Es una lucha constante la suya, que empieza a la hora de competir, pero que no tiene fin en la meta.

Eukene Larrarte, Irene Caminos y Nerea Eizagirre.
Eukene Larrarte, Irene Caminos y Nerea Eizagirre. (Andoni CANELLADA | FOKU)

Empatía, trabajo, humildad, la fortaleza del equipo a base del trabajo colectivo... Son algunos de los valores que el deporte –tanto de élite como de base– les ha aportado a lo largo de su vida y, a partir de esa enseñanza, se han convertido –o están en el camino de convertirse– en referentes, aunque quizás ellas no sean conscientes. Nerea Pérez (patrona de Donostiarra), Ainhoa Artolazabal (ex ciclista), Eukene Larrarte (ciclista), Irene Caminos (trial), Nerea Eizagirre (futbolista de la Real) y Ane Lasa (fundadora de Aiztondo Nesken Kirol Taldea), todas ellas de Tolosaldea, compartieron ayer, en un acto organizado por el Departamento de Igualdad de Tolosa en la Casa de Cultura, sus vivencias como deportistas junto a la expelotari Patri Espinar, que hizo a su vez de coordinadora de la mesa redonda.

«En casa siempre hemos sido de Miguel Indurain, pero hoy, cuando les he avisado de que venía a esta charla y que iba a estar junto a Nerea Eizagirre, he despertado el interés de los niños; por tanto, puedo decir que ella también es referente». Son palabras de Ane Lasa, presidenta del equipo recién creado Aiztondo NKT, que esta temporada esta de estreno. «Nos dimos cuenta de que para las chicas era imposible realizar toda la trayectoria deportiva en un mismo club de fútbol; en cuanto llegaban a cierta edad, debían salir a otros equipos. Unimos fuerzas las directivas de Zizurkil y Villabona y decidimos crear un equipo. Además, siempre hemos querido ir más allá del fútbol y preguntamos a ver qué deporte les interesaba y salió el voleibol». En esta primera temporada, cuentan con algo más de 200 chicas –160 en el fútbol y unas 45 en el voley–.

No quieren que sea una cuestión de una temporada, quieren que el equipo arraigue en la comarca, y ser, cómo no, referente en el deporte de base. «Debemos crear espacios seguros para disfrutar del deporte», incide Lasa, que reivindica la necesidad de más planes de igualdad en las instituciones.  

Nerea Pérez. (Andoni CANELLADA/FOKU)

Nerea Pérez empezó a remar en Tolosa y a los dos años se topó con el mismo problema: solo estaban 8 chicas y les era imposible sacar una trainera. Se juntaron, entonces, con Zarautz. Fue el principio del éxito de la remera, que enseguida saltó a San Juan para después ganar cinco ligas y cinco Banderas de la Concha. El triunfo en la bahía donostiarra es uno de los triunfos más memorables de Pérez pero reconoce que el segundo puesto obtenido en 2020 como patrona de Hondarribia lo disfrutó aún más: «Era un equipo joven, recién empezado y el segundo puesto fue un logro importante, lo vives de otra manera».

Disfrutar y competir

Y es que la base de todo es el disfrutar. Así comienzan las historias más bonitas, las historias con las que más identificadas se sienten las nuevas generaciones. «Mi primer contacto con la bicicleta fue a los 16 años, con mi padre, después de dejar el fútbol. Casualmente, en el equipo de fútbol coincidí con Nerea Eizagirre», cuenta, entre risas, Eukene Larrarte. Al otro lado tiene a Ainhoa Artolazabal, otra de las grandes implicadas en la carrera deportiva de Larrarte. Cuando ella tenía 16 años, la exciclista estaba en la junta directiva de Gipuzkoa Ogi Berri, equipo con el que debutó la actual corredora de Bizkaia-Durango y subcampeona europea en pista.

«Yo vivo de las ayudas económicas, que vienen ligadas a mis resultados. Si yo mañana salgo a la carretera, me caigo y me lesionó, adiós a ese dinero»

Nada tiene que ver la época en la que fue deportista de élite Artolazabal –porque una cosa es ser deportista de alto nivel y otra, profesional, tal y como apostilló Espinar– con la de ahora. «En aquel entonces no cobrábamos nada», cuenta Artolazabal. «Ahora, sí que hay un sueldo base en los equipos World Tour, pero no en los de segunda categoría; yo vivo de las ayudas económicas, que vienen ligadas a mis resultados. Si yo mañana salgo a la carretera, me caigo y me lesionó, adiós a ese dinero», matiza Larrarte. Como bien dijo Artolazabal, «vamos avanzando, pero muy poco a poco».

Las protagonistas de la mesa redonda en la Casa de Cultura de Tolosa. (Andoni CANELLADA/FOKU)

Irene Caminos, ciclista de trial –un deporte aún más minoritario–, no puede recibir esas becas porque su deporte no es olímpico. Lo dice con cierta incomprensión a la vez que subraya la suerte que ha tenido con los sponsors, principal fuente de ingresos de la tolosarra. Otro de sus fuentes de ingreso procede de la escuela de trial que fundó en su pueblo natal hace unos seis años. Quiere que las niñas y los niños tengan a mano lo que ella no tuvo. Campeona de Europa, bronce en el Campeonato Mundial de Chengdu (China) en 2017 –su logro más especial, según admitió ella misma–, campeona del mundo por equipos en 2018... Pero la creación de la escuela de trial será, quizás, lo que más perdurará en el tiempo, lo que le hará ser referente.

Referentes

Son pequeños detalles los que hacen que recuerdes a un deportista: una frase, un gol, un sprint, fundar un equipo o una escuela, un regate, su compromiso... Nerea Eizagirre, capitana de la Real, está a punto de escribir su legado si es que, tal y como apuntan varios medios, al final decide renovar con el club txuri-urdin. Se siente una privilegiada, «más cuando escucho a estas deportistas. Nosotras sí que tenemos un sueldo fijo, a lo que hay que añadir lo que recibimos de los sponsors individuales». Son profesionales, tienen un convenio colectivo –que obviamente tiene cosas que mejorar–, tienen instalaciones de primer nivel... Y Eizagirre señala que es lo que se debe tener: «Recuerdo que cuando llegué a la Real la mayoría de mis compañeras debían ir al trabajo por las mañanas... Ahora todas somos profesionales, algunas pueden vivir de ello –sobre todo las jugadoras del Barcelona, Real Madrid y Atlético Madrid– pero somos profesionales las 22 que formamos el equipo».

Eizagirre, que señala a su excompañera Maialen Zelaia como su referente, llegó con 16 años al primer equipo de la Real después de su paso por Tolosa y Añorga. Con 23 años, esta es su séptima temporada en la élite, y recuerda que desde pequeña decía «que quería ser futbolista».

Artolazabal tenía tres años más que Eizagirre cuando decidió bajarse de la bicicleta: «Fue como una rabieta. A última hora me quedé fuera del equipo en los JJOO de Atlanta y me hizo mucho daño. Además, no tenía motivación y no recibía dinero por ello...», recuerda. Subraya que lo dejó «un poco resentida», pero a su vez indica que no sintió un vacio especial porque se centró en aquellas cosas que no pudo hacer mientras competía: entre ellas, socializar con las amigas.

Ainhoa Artolazabal. (Andoni CANELLADA/FOKU)

La exciclista no para quieta y es una de las voces protagonistas en NAIZ Irratia durante las retransmisiones del Tour. Incide que después de dejar de competir es importante que den un paso al frente «en lugares de decisión. Porque nosotras vemos todos con gafas moradas, tenemos otra sensibilidad. Tenemos que ser referentes también en esos ámbitos de decisión. «No digo que todos los hombres lo hagan mal, pero tenemos que estar. Por ejemplo, hace años tuvimos un enfrentamiento con la Federación de Gipuzkoa porque decía que no había dinero para el ciclismo femenino... Es difícil hacer un sitio en esas esferas pero tenemos que hacerlo para lograr la igualdad», recalca. En este sentido, Ane Lasa expresó que aún hay dificultades para encontrar entrenadoras mujeres, «y es muy importante para los más jóvenes, para que tengan referentes mujeres desde bien temprano».

«Porque nosotras vemos todos con gafas moradas, tenemos otra sensibilidad. Tenemos que ser referentes también en esos ámbitos de decisión»

Discriminación

La discriminación de genero en el deporte está a la orden del día y Eukene Larrarte no se esconde a la hora de afirmar que «hay machismo, obviamente». «El equipo de la selección española lo conformamos cuatro chicos y cuatro chicas. La Federación les ha dado una bicicleta a cada corredor; en nuestro caso, solo a mi, que además me la han dado por unos resultados», comenta. La discriminación de la misma índole que sucedía hace 30 años: en el Tour las ciclistas dormían en barracones militares o puticlubes mientras los hombres lo hacían en los hoteles.

Además, Larrarte incide que los espacios no son seguros para las mujeres. «Cuando voy con la selección española parece que estoy en una realidad paralela. Actualmente, aquí parece que hemos superado lo de los insultos mientras entrenamos –una persona del público rebatió que ella aún tiene que aguantar menosprecios cuando sale a correr–, pero cuando voy por ahí, tenemos que escuchar comentarios machistas, y me siento bastante sola».

Ante todo y sobre todo, superando cada barrera, cada obstáculo, estas deportistas no cesan en su empeño de superar un reto mayor: ser relevantes en la formación de una sociedad igualitaria.