Koldo Landaluze
Especialista en cine y series de televisión

Julio Medem filma a Picasso en su ‘Guernica’ y sus relaciones tóxicas

Julio Medem se encuentra rodando ‘Minotauro. Picasso y las mujeres del Guernica’, un filme que aborda la compleja y polémica figura de Picasso mientras pinta su cuadro más famoso y mantiene relaciones tóxicas con tres mujeres que marcarán su vida. El estreno podría producirse en Zinemaldia 2023.

Pablo Derqui encarna a Picasso en la película con la que regresa Julio Medem.
Pablo Derqui encarna a Picasso en la película con la que regresa Julio Medem. (PIPA FILMS )

Cinco años después de ‘El árbol y la sangre’, el cineasta vasco Julio Medem regresará a la gran pantalla el próximo otoño con su nuevo largometraje de ficción titulado ‘Minotauro. Picasso y las mujeres del Guernica’.

El argumento, escenificado en el París de 1937, aborda un complejo y convulso episodio dentro de la vida sentimental, política y creativa de Pablo Picasso.

Por un lado, el genial pintor malagueño abordó, entre los meses de mayo y junio de 1937, su obra cumbre, ‘Guernica’, y, por otro, se reveló la inquietante sombra del gran Minotauro que, tras sus pinceles, mantuvo en su laberinto tres relaciones con mujeres que sufrieron sus abusos y malos tratos.

Según avanza Medem, «se trata de una compleja historia llena de capas, que van de dentro a fuera, de lo sicológico a lo sociológico, de lo más íntimo de la relación del artista con tres mujeres muy diferentes, a la gran tensión política que vive en París con su España en Guerra Civil y Europa temblando ante la amenaza del fascismo alemán e italiano».

El Minotauro en su laberinto

Teniendo presente el gran valor que el cineasta donostiarra otorga a las secuencias cargadas de onirismo, lindantes a lo hipnótico, la trama arranca de la mente de un niño, Picasso a los 8 años, que en la plaza de toros de Málaga ve a un toro empitonar brutalmente a un caballo. Este grita de dolor y su tierna mirada convulsionada aparece cuarenta años más tarde en su pintura el Minotauro, esa figura mitológica, mitad hombre mitad animal, que es el núcleo de esta historia.

Es también la sombra de toda la vida subconsciente que habita en el interior del creador cuando en la primavera de 1937 pinta el ‘Guernica’ y la historia de tres relaciones de Picasso con tres mujeres muy diferentes que marcaron su vida y su obra.

Fueron Olga Koklova, aristócrata rusa y bailarina; Marie-Thérèse Walter, su amante secreta y gran modelo en su etapa más prolífica, y la fotógrafa surrealista Dora Maar, su amante intelectual que le acompañó y ayudó a pintar el ‘Guernica’, del que hizo fotografías de su proceso.

A Olga Khokhlova la conoció en 1917, la bailarina de ballet rusa se convirtió en protagonista de sus obras hasta mediados de los años 20. Poco después del nacimiento de su primer hijo, el artista malagueño inició otra relación con la modelo Marie-Thérèse Walter, de tan solo 17 años. Él ya había sobrepasado los 45 y la transformó en su nueva musa en su etapa pictórica más surreal y sexual.

Sobre su relación con Khokhlova, Françoise Gilot, fotógrafa y expareja del pintor, reveló en su biografía ‘Vida con Picasso’ (2020), que «a Olga la arrastraba por el suelo tirándola del pelo o le daba sedantes para calmarla, según me ha contado él mismo».

Marina Picasso, nieta del artista, también se mostró implacable en su libro de memorias ‘Picasso, mi abuelo’ (2001) cuando describió así las relaciones que mantuvo su abuelo: «Las sometía a su sexualidad animal, las domesticaba, las hechizaba, las devoraba y las aplastaba en sus lienzos. Después de pasar muchas noches extrayendo su esencia, una vez desangradas, se deshacía de ellas».