16 y 17 de junio. Guarden esas fechas en el calendario, porque el proceso electoral en Nafarroa no acabará el 28 de mayo. Invirtiendo el orden habitual de los factores, el Gobierno de María Chivite decidió que el próximo Parlamento de Nafarroa se constituya el viernes 16 de junio, un día antes de la configuración de los Ayuntamientos, en los que, si no hay un acuerdo que sume la mayoría absoluta del pleno, obtiene la alcaldía la fuerza más votada.
Las cábalas van a ser endiabladas y amenazan con relegar a un escenario secundario la propia campaña electoral que arranca esta medianoche.
El 28 de mayo se reparten las cartas y el 16 y 17 de junio se juega la partida.
La profunda escisión en la derecha navarra y la pugna por Iruñea –con permiso de otras plazas importantes en disputa, como Lizarra o Tutera– han conseguido convertir en francamente interesantes unas elecciones al Parlamento navarro en las que, a priori, no se esperaban grandes sorpresas.
La segunda entrega de la encuesta de Aztiker sobre las elecciones del 28 de mayo sugiere que, efectivamente, los movimientos en el hemiciclo no supondrán ningún terremoto, con permiso de la incógnita sobre el reparto de los actuales 20 escaños de Navarra Suma. Pero todo queda tan abierto que el más mínimo movimiento puede abrir o cerrar nuevos escenarios.
Por ejemplo, hay una suma crucial que pende de un hilo. Según los números de Aztiker, UPN y PSN lograrían 25 escaños, exactamente la mitad, lo cual significa que no se bastarían, llegado el caso, para pactar y aprobar medidas en solitario. Siempre necesitarían el concurso de un tercero.
No es una cuestión menor, sobre todo alzando la vista al conjunto de la legislatura. Cuatro años dan para mucho.
Mayoría holgada
Para el arranque de la legislatura, en cualquier caso, la actual mayoría de la investidura repetiría resultados, por lo que Chivite podría ser reelegida si negocia con sus actuales socios.
Eso sí, los términos de las negociaciones podrían variar algo, ya que dentro del bloque se dan ciertos movimientos. El PSN perdería casi dos puntos respecto a 2019 y lograría el 18,7% de los votos –con una ligera mejora de 0,2 puntos respecto al sondeo de febrero–, lo cual implicaría la pérdida de un escaño, quedándose con 10.
EH Bildu pierde 0,1 puntos respecto a febrero, pero mantiene la tendencia al alza: lograría un 16% de los votos, punto y medio más que en 2019 y obtendría un parlamentario más, llegando a ocho.
De hecho, los de Laura Aznal obtendrían más votos que Geroa Bai, que perdería un escaño, quedándose con ocho y logrando el 15,6% de las papeletas. Supone un descenso de 0,4 puntos respecto al sondeo de febrero, y significaría perder 1,7 puntos respecto a los comicios de 2019.
Por último, Contigo Navarra prosigue también su tendencia al alza y suma casi un punto más que en la encuesta de febrero, logrando el 9,1% de los votos y cuatro escaños.
A modo de resumen, el bloque de la investidura mantendría en Nafarroa sus 30 escaños, pero internamente giraría a la izquierda, ya que PSN y Geroa Bai perderían a cada parlamentario en favor de EH Bildu y el bloque de Contigo Navarra.
UPN resiste
En el bloque de la derecha, la principal conclusión de la encuesta, para la cual se entrevistó a 500 personas entre el 11 y el 25 de abril –la ficha técnica disponible NAIZ– es que UPN parece resistir la primera embestida del PP, cuyas candidaturas lograron mucho eco a inicios de año, pero cuyo empuje ha ido perdiendo fuelle.
De hecho, respecto a la encuesta de febrero, esta nueva entrega detecta una ligera bajada del PP, que obtendría el 6,5% de los votos –0,6 puntos menos– y seguiría quedándose con solo tres de los 20 parlamentarios de Navarra Suma.
UPN seguiría recibiendo el apoyo del 27,5% de la ciudadanía, lo que le proporcionaría 15 asientos en el Parlamento.
Por último, Vox confirmaría su entrada con un 4% de los votos y dos escaños.
Mayor activación
En general, los y las navarras muestran una mayor activación que la registrada en el resto de Hego Euskal Herria.
Un 60,8% de los encuestados dice que irá a votar «con toda seguridad» y el 20,6% señala que lo hará «seguramente». Estas dos respuestas suman 1,1 puntos más que en febrero. Por contra, bajan 2,2 puntos quienes dicen que no votarán «con toda seguridad» o «seguramente», quedándose en un 10,7%. Por último, quienes todavía no han decidido si votar o no han crecido del 5,2% al 7,9%.
De confirmarse estos datos, la participación el próximo 28M podría ser importante, ahondando en una tendencia que da para un análisis que excede las posibilidades de este texto pero que probablemente bebe tanto del calendario como del juego político existente en ambas instituciones: la diferencia de participación entre las elecciones a los Parlamentos de Iruñea y de Gasteiz se va agrandando.
Pero de momento, hablamos solo de la activación de votantes. Esta va por barrios. La evolución más destacable es la de Contigo Navarra, que empieza a coger vuelo y ha pegado un salto considerable de febrero a abril, pasando del 67,5% al 79,5%.
Con todo, sigue siendo mayor la activación de Geroa Bai (85%) y de EH Bildu (82,5%). UPN, con un 75,4%, y PSN, con el 71,1%, muestran un nivel de activación de sus votantes un escalón más bajo, mientras que la derecha española es la que, aparentemente, más desmovilizada está, con un 65% en el caso de Vox y un 63,2% en el del PP.