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Lanzan una reforma penal contra el matonismo de Desokupa

Unidas Podemos registrará en el Congreso español una proposición de ley para reformar el Código Penal para «perseguir penalmente a esa gentuza que se lucra persiguiendo a los vulnerables», en referencia a empresas como la ultraderechista Desokupa, que «son el germen de un comando parapolicial».

Dos personas vestidas de gladiador acudieron a la manifestación ultraderechista convocada por Desokupa en las inmediaciones de la plaza Bonanova, en Barcelona.
Dos personas vestidas de gladiador acudieron a la manifestación ultraderechista convocada por Desokupa en las inmediaciones de la plaza Bonanova, en Barcelona. (Lorena SOPENA | EUROPA PRESS)

«Las empresas como Desokupa son un problema democrático grave. Son el germen de un comando parapolicial». Así se pronunció la ministra española de Derechos Sociales, Ione Belarra, durante un acto electoral celebrado ayer miércoles en Alacant, en el que avanzó que la intención de Unidas Podemos de registrar este jueves en el Congreso una proposición de ley para reformar el Código Penal para poder «perseguir penalmente a esa gentuza que se lucra persiguiendo a los vulnerables».

Desde la formación morada han indicado que el texto plantea perseguir expresamente a las personas y empresas que, movidos por el ánimo de lucro, «hostiguen, acosen, discriminen o intimiden» a personas en situación de vulnerabilidad. Esta reforma legal crearía un nuevo tipo que permitiría la disolución de organizaciones como la ultraderechista Desokupa e impondría penas de hasta cuatro años de prisión a sus miembros.

En concreto, se modificarían los artículos 510, 510 bis y 515 del Código Penal, para penar con multa de seis a doce meses y prisión de uno a cuatro años a actividades de estas compañías.

Además, se establecería la disolución de las personas jurídicas (empresas) responsables de dichos delitos y se bloquearía su acceso a internet.

«No hay un problema de okupación»

Belarra advirtió ayer, justo en el día en que el Senado aprobó definitivamente la Ley de Vivienda, de que la derecha «no va a parar de extender cortinas de humo» contra la normativa, que ha empujado su espacio político y que recoge regular los precios del alquiler y elevar el parque público de vivienda.

Denunció que en esta estrategia PP y Vox «no paran de hablar de okupación», cuando este fenómeno no es un problema en el Estado. «España tiene un problema de especulación y hay que decirlo claro», zanjó Belarra, para apostillar que la derecha solo quiere, con este discurso, que se disparen las ventas de empresas de seguridad, que han subido un 85%.

También explicó que se está creando un problema de seguridad ciudadana «con empresas como Desokupa, o como se llamen en cada sitio», y que son un «un problema democrático grave».

«Son el germen de un comando parapolicial y esta fuerza política no va a permitir, que haya gente que se lucre en este país extendiendo el odio al vulnerable, extendiendo la aporofobia».

Bonanova, Bilbo y Abadiño

Hace justo una semana, el pasado jueves, horas antes del inicio oficial de la campaña electoral, Desokupa volvió a saltar a portadas e informativos con motivo de su intención de desalojar dos edificios en la barcelonesa plaza de Bonanova.

Aunque una jueza denegó la medida cautelar del desalojo que, alegando cuestiones de seguridad, reclamaba la Sareb –propietaria de la finca–, cientos de personas marcharon por calles aledañas tras el líder de Desokupa, Daniel Esteve, profiriendo proclamas nazis e insultos contra personalidades como la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

Precisamente, la Oficina para la No Discriminación del Ayuntamiento de la capital catalana denunció el martes ante la Fiscalía de Delitos de Odio la incitación al odio y los «cánticos nazis» durante las protestas de la plaza Bonanova.

La denuncia detalla que se realizaron «cánticos nazis, salutaciones fascistas y manifestaciones incitando al odio ideológico contra personas que identifican como de signo contrario y contra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau».

También por Euskal Herria ha pasado esa empresa ultra. En abril de 2021, escoltados por la Ertzaintza, desalojaron, con actitud violenta y entre amenazas, un edificio en el barrio Zelaieta de Abadiño.

Apenas un mes después, en mayo, anunciaron a bombo y platillo que volvían a tierras vascas, esta vez a Bilbo. Sin embargo, en aquella ocasión, no llegaron ni a pisar la capital vizcaina, con motivo de la potente respuesta vecinal que provocó el inminente desalojo que los ultras querían ejecutar.