¿A qué aspira Geroa Bai?

A mantener el cambio que se inició en 2015, pero con un mayor impulso del que se ha sostenido esta legislatura. Y a presidirlo, evidentemente.

¿Qué hubiera cambiado esta legislatura con usted en el lugar de María Chivite?

Ha faltado impulso en muchas cuestiones que iniciamos en la pasada legislatura. Se mantuvo el cambio, evidentemente, estos ocho años son un punto de inflexión en la política navarra, pero necesita mayor impulso. Somos más ambiciosos.

¿Acertó al declinar entrar en el Gobierno hace cuatro años? Si no logra mayoría para ser lehendakari, ¿lo mantendrá?

El respeto al cargo institucional que tuve el honor de ostentar lo exigía, claramente, lo cual no está reñido con remangarse y seguir trabajando por el proyecto político en el que una cree. No hubiera tenido sentido, porque además hubiera regalado a los contrarios al Gobierno un argumento facilón sobre la bicefalia. Así lo entiendo y así lo mantengo, y creo que con eso voy respondiendo a la segunda parte.

Ningún consejero va en las listas en posición de salir. ¿Se jubilan o es la expresión de una voluntad de que continúen en el Gobierno?

De jubilación nada. Esperamos estar y que sea con mayor representación.

¿Cómo han manejado las fricciones en el seno del Gobierno? ¿Qué mejoraría?

Seguramente todo es mejorable y el próximo Gobierno tendrá la experiencia del actual, por lo que podrá mejorar. Pero hay discrepancias que son de cultura política. Yo tengo muy claro que, cuando hay que conciliar desde el Gobierno de Navarra los intereses generales con los intereses del partido en Madrid, pues surgen lógicamente problemas, en especial cuando choca con la cultura política de una formación que defiende el autogobierno con una mirada desde aquí y sin pararse a temer en la erosión que pueda significar a nivel estatal.

El objetivo y el empeño de Geroa Bai de visibilizar Navarra como sujeto político explica que siempre existirá una fricción con partidos como el PSN, porque esa apuesta por la defensa de Navarra como sujeto político significa a veces confrontación con los gobiernos del Estado. En esta legislatura, esto se ha echado un poco en falta.

«Todos y todas tenemos encuestas y ya sabemos dónde estamos. Eso de que el PSN mira de forma directa a los ojos a UPN... pues no es tan cierto. En una campaña hay que pensar en el escenario que dejas para poder negociar después»

La centralidad del PSN ha radicado en poder mirar a su derecha cuando le convenía. ¿Qué importancia le da a que UPN y PSN no sumen 26 o más escaños? Las encuestas dicen que ahí andará la cosa.

Es hablar de hipótesis en un terreno muy embarrado, porque estamos viendo cómo se están trayendo a Navarra las peores prácticas de la política española. Tratan de marcar el día a día a través de encuestas que, además, están terminando de perder toda credibilidad. El Partido Socialista se lanza a una carrera loca de combatir cada encuesta que sacan ‘El Mundo’, ‘ABC’, ‘La Razón’ y demás. Y eso se ha traído a Navarra.

A mí me sonroja un poco ver a la presidenta del Gobierno decir que sus encuestas le dan que está a 10.000 votos de UPN. Sí, y Geroa Bai también. Todos estamos a 3-4 cuatro escaños, nos la jugamos por la mínima. Todos y todas tenemos encuestas, las formaciones y los medios, y ya sabemos dónde estamos. Y eso de que el PSN mira de forma directa a los ojos a UPN... pues no es tan cierto. O en cualquier caso, en la misma medida que otras formaciones.

Cuando encaras una campaña electoral, hay que mantener el respeto a la inteligencia del electorado, y hay que pensar en el escenario que dejas para poder negociar al día siguiente de las elecciones.

«La situación de UPN cambia, no tanto por romper Navarra Suma, sino por la decisión del PP de irrumpir con vocación de confrontar
con UPN»

No me refería tanto a ese supuesto pulso entre PSN y UPN, sino a cómo la suma de ambos puede influir en la legislatura y en el margen de maniobra de Chivite.

No hay, en estos momentos, una realidad política navarra que otorgue la mitad de la representación en el Parlamento a estas dos formaciones. Al contrario, creo que el PSN sabe que se enfrenta a un viento no tan favorable como en 2019, que venía el momento Pedro Sánchez. No sé si será viento en contra, pero no será tan favorable. Y la situación de UPN ha cambiado, no tanto por la ruptura de Navarra suma, sino por la decisión del Partido Popular de irrumpir en el panorama político navarro con personalidad propia y con vocación de confrontar directamente con UPN.

¿Quieren repetir en la presidencia del Parlamento?

Para mí es muy importante que la Mesa del Parlamento represente fielmente la voluntad de la ciudadanía. Ese fue el empeño de Geroa Bai en 2019, que entrase EH Bildu, que hizo que incluso se tambalease la posibilidad de un acuerdo con el PSN. Nuestra voluntad es volver a presidir el Gobierno y, lógicamente, entablar las negociaciones oportunas con el resto de fuerzas progresistas de la Cámara para que la segunda institución de Navarra trabaje en la misma línea de equilibrio y representatividad.

«El PSN no explica por qué ha adelantado la constitución del Parlamento. Geroa Bai no va a tener más prisas que la de no llegar a un vacío institucional. Nos preocupan mucho las prisas del Partido Socialista»

El PSN ha avanzado la constitución del Parlamento, que se formará antes que los Ayuntamientos. ¿Por qué?

Esto lo va a tener que explicar el Partido socialista. Sigue sin hacerlo. Solo dice que quiere cerrar de una manera rápida el próximo Gobierno de Navarra. Geroa Bai no va a tener más prisa que la de no llegar a un vacío institucional. Pero no es el caso. Nos preocupan mucho las prisas del Partido Socialista y, desde luego, estamos perfectamente preparados para ello.

En el ámbito municipal, además de lo de Iruñea, el PSN también imposibilitó el cambio, por ejemplo, en Eguesibar. ¿Qué esperan ahora?

En 2019 el Partido Socialista decidió apostar por dejar la puerta abierta a la colaboración con UPN en Iruñea, en Barañain, en Burlata, Eguesibar... Esa decisión de mantener la puerta abierta a UPN se ha mantenido a lo largo de la legislatura, aprobando presupuestos, pactando inversiones, en el tema del PAI, en torno a la Ley de Símbolos, bloqueando peticiones como la de Mañeru para pasar a la zona mixta... Es más que un encuentro puntual. La lectura que hacemos es que el cambio no está consolidado y que, por tanto, necesitamos formaciones políticas que apuesten por un cambio sin mirar a las necesidades y las urgencias de Madrid.

¿Lo que haga el PSN en los Ayuntamientos el 17 de junio puede condicionar las negociaciones de Gobierno?

No me atrevo a aventurarlo, pero sí le digo que la fecha del 17 de junio no va a condicionar de ninguna manera a Geroa Bai para llegar a un acuerdo con anterioridad. Por si alguien lo pretende.

«No se le llamó Gobierno de coalición, pero ya ha existido un Gobierno a cuatro en Navarra. Fue en 2015, inició el cambio y llegó a buen puerto»

Si encabezasen el bloque progresista, ¿apostarían por repetir un Gobierno a tres, basta con dos, o hay lugar para cuatro?

Yo presidí un Gobierno donde cupimos cuatro.

Bueno, no con las siglas.

Eso no es verdad. En el año 2015, la propuesta que se hizo a todas las formaciones políticas que conformamos esa mayoría fue que cada formación hiciera propuestas. Yo puse una condición y me parece importante, y es que, en calidad de presidenta, diría sí o no, esto lo veo, esto no lo veo. Pero las propuestas fueron de las formaciones políticas. EH Bildu hizo dos propuestas. ¿Que si eran de siglas o no? Pues mire, fue decisión de EH Bildu. Es verdad que hubo diferencias entre alguna propuesta de Bildu y lo que yo entendía, pero yo misma hice propuestas con sigla, porque veía a un par de personas, pero era decisión de EH Bildu, por supuesto.

No se le llamó Gobierno de coalición y es verdad que buscamos perfiles independientes, pero ya ha existido un Gobierno a cuatro en Navarra. Fue en 2015 y fue un Gobierno que llegó a buen puerto a pesar de lo que algunos agoreros pretendieron y que trabajó mucho y bien por esta comunidad. Inició la senda de un cambio que hoy, y si así lo decide la ciudadanía, sigue teniendo vigencia y potencia.

Estamos en el ecuador de la campaña. ¿Cómo ve a la gente? ¿Comparte la sensación de que no está para que le den mucho la lata en campaña?

No es la tendencia que están marcando las encuestas, no vemos una desmovilización que podía haber sido esperable hace un año, saliendo de la pandemia. Pero sí es verdad que la respuesta de la ciudadanía es como más tranquila. Han sido tres años muy duros, en lo económico y en lo social. Si tenemos una ciudadanía simplemente más serena o es una ciudadanía desmotivada lo veremos el 28 de mayo.