Habrá quien se cuestione para qué votar a determinadas siglas si al final otros activarán sus pactos para hacerse con el poder o evitar que los más votados puedan gobernar. Esto ocurre en muchas instituciones pero hay una en la que es más fácil evitarlo: en los ayuntamientos. Se elige alcalde o alcaldesa a quien en el pleno de constitución de la corporación suma la mayoría absoluta de los votos de los concejales o, si nadie lo logra, al alcaldable de la lista más votada. Ahí está el quid de la cuestión.

A la vista de lo que están esbozando las encuestas, se pueden poner dos ejemplos paradigmáticos: Iruñea y Gasteiz.

Pugna Ibarrola-Asiron, y una solución para Saiz

Los sondeos publicados este pasado fin de semana por EiTB Focus y el ‘Diario de Navarra’ dibujan la posibilidad de un empate a concejales entre UPN y EH Bildu. En las tripas del realizado por Sigmados para la televisión pública se puede ver que Joseba Asiron no solo es más conocido que Cristina Ibarrola y además está mejor valorado, sino que es el ganador en intención de voto directo, con el 17,8% de apoyo frente al 16,2% de la derechista.

Si el próximo domingo el electorado acabara determinando que Asiron sea el candidato más votado, su elección como alcalde estaría asegurado. La candidata del PSN, Elma Saiz, podría ponerse de perfil con total tranquilidad y votarse a sí misma, puesto que todo indica que UPN y PP no sumarán los 14 concejales necesarios para desbancarlo.

Dado que el PSN está insistiendo en que su candidata hará la estatua, lo que de facto la convierte en aliada natural de UPN, el electorado puede evitarle la papeleta de que vuelvan a darle la alcaldía de Iruñea a la derecha. Por lo visto, esa opción no está lejos de poder producirse.

Cuádruple empate en Gasteiz

El segundo ayuntamiento donde se anuncian unos resultados ajustados hasta el límite es el de Gasteiz. En apenas unos cientos de votos se abre la posibilidad de que llegue a la alcaldía la jeltzale Beatriz Artolazabal (que anda estos últimos días tratando de enmendar a toda prisa importantes decisiones de su antecesor Gorka Urtaran), Rocío Vitero, de EH Bildu, Maider Etxeberria, del PSE, y hasta Ainhoa Domaica, del PP.

En este caso hay dos escenarios previsibles y otros tres muy interesantes y aleccionadores, que pueden resultar endiablados.

Los dos previsibles son que si gana la candidata del PNV o la del PSE, serán elegidas alcaldesa y cada una de ellas gobernará en coalición con la otra.

Pero si gana Rocío Vitero, lo que, según las encuestas es factible, intentar arrebatarle la alcaldía retrataría a PNV y PSE, según quién tomara la decisión. Parece que entre los dos partidos no van a sumar los 14 representantes que necesitarían para desbancar a EH Bildu. Cabe pensar que Elkarrekin Podemos no se prestaría a esa operación. ¿Serían capaces Artolazabal o Etxeberria de echar mano del PP? La candidata del partido de Ayuso e Iturgaiz ya ha dicho que hará lo posible por impedir que EH Bildu llegue a la alcaldía. ¿Se aprovecharía de eso el PNV después de lo ocurrido en 2015? ¿Presentaría su candidatura en el pleno?

Y con lo ocurrido entonces con Maroto vamos al otro escenario por ahora imprevisto: que gane el PP y EH Bildu sea la segunda fuerza. ¿Devolvería el PNV el gesto que la izquierda independentista tuvo con ellos para que gobernara Gorka Urtaran o buscaría excusas?

Porque en el caso de que se produzca el tercer escenario, que gane Ainhoa Domaica y Beatriz Artolazabal o Maider Etxeberria ocupen el segundo puesto, si quieren cualquiera de ellas puede darse por elegida con el voto de EH Bildu, que ha insistido una y otra vez en que no permitirán que la derecha gobierne en ninguna institución. Lo demostraron no solo en 2015, sino también hace cuatro años.

Tanto en Iruñea como en Gasteiz ser la lista más votada el domingo será determinante, como en otros muchos ayuntamientos donde la correlación de fuerzas esté muy igualada, por ejemplo allí donde compitan dos y tener un solo voto más te da la alcaldía.