El que fue presidente del Gobierno español entre 1996 y 2004, José María Aznar, considera que el adelanto de las estatales al 23 de julio es un «acto desesperado» del jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, con el que trata de «evitar un juicio político» dentro del PSOE tras los resultados del domingo.
«Para una supervivencia política acaba uno con todo, con su partido, con los demás. Se mete como en un avión de piloto suicida y dice ‘a ver, toda la tripulación conmigo’», ha considerado Aznar.
Aunque ha dicho que Sánchez no es «todavía oficialmente» el candidato del PSOE, Aznar cree que con este paso echa un «órdago» a su propio partido, al que dice: «Atreveos a quitarme de candidato con unas elecciones convocadas». Y de esta forma, ha proseguido, busca evitar «que haya una crisis abierta en el mundo de la izquierda», tanto de «la extrema izquierda comunista» como de «la izquierda socialista».
Defensa de la Constitución
Tras asegurar que ve «muy bien enfocado» al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, Aznar ha señalado que ve «dos elementos esenciales» ante la campaña que comienza: en primer lugar, la defensa de la unidad constitucional de España frente a «los intentos separatistas» y «los antiguos terroristas», que afirma que cuentan con la «complicidad» del actual Ejecutivo. Y, en segundo lugar, apostar por una sociedad «abierta, dinámica y competitiva» que dé «más oportunidades» a España.
Tras confesar que esta «muy contento» con el resultado del PP este 28 de mayo, ha indicado que el domingo se demostró que «existe en España un deseo de una mayoría social que quiera un cambio» y que «está cansada de enfrentamientos», «radicalismos» y de que «minorías extremistas quieran gobernar el país», así como de «soportar experimentos».
Sin queja de Vox
A preguntas del director de ‘El Mundo’, Joaquín Manso, sobre la relación que tiene que mantener el PP con Vox, Aznar ha respondido en tono irónico que «la izquierda española tiene un retroceso intelectual de 80 años», de forma que «su talento ha disminuido de una manera muy clara».
«Y entonces el que no es fascista directamente está a punto de serlo (...) Y el que está a punto de serlo acabará siendo fascista. El que no es fascista es cuasi fascista, el que no también es cuasi fascista y el que no es ultraderechista», ha exclamado.