El prefecto de Pirineos Atlánticos asistió a la última reunión del Consejo Departamental de Pirineos Atlánticos, el pasado 2 de junio, con motivo de la presentación del balance de la actividad desarrollada en 2022 por los servicios del Estado.
En su intervención, en la que resaltó los buenos resultados registrados por los servicios de aduanas, Julien Charles aludió a «una cuestión candente a nivel local» en alusión al rechazo que genera en Euskal Herria el hecho de que, dos años después, siga habiendo pasos cerrados.
Efectivamente, la reapertura progresiva de pasos sigue sin alcanzar al puente peatonal Avenida entre Irun y Hendaia –remodelado con fondos de la UE– y también a los pasos de Izpegi y Aldude en Nafarroa y de Larraine en Zuberoa.
Precisamente el consejero baionarra, Joseba Erremundeguy, aprovechó la presencia del delegado estatal en la institución departamental para preguntarle si «podríamos esperar en los meses próximos una respuesta positiva a nuestra demanda de que reabran el conjunto de los pasos».
Coincidiendo con el segundo aniversario del cierre de una decena de pasos, en enero de 2021, distintos representantes institucionales apuntaron a una previsible reapertura de esas últimas demarcaciones fronterizas este verano.
De ahí que cayera como un jarro de agua fría la comunicación a Bruselas por las autoridades de París de proceder a una nueva prórroga de seis meses en la suspensión del Tratado de Schengen, lo que retrasa, como pronto, hasta octubre, un horizonte de «normalización» en la muga.
Integrante del Gobierno municipal de Baiona, liderado por Jean-René Etchegaray, Erremundeguy no dudó en alertar a Julien Charles, que ya tras su nombramiento, en octubre de 2022, aclaró su intención de seguir, en esta materia, por la senda marcada por su predecesor, Éric Spitz, sobre las consecuencias humanas que se derivan de esa decisión, citando expresamente la muerte de nueve personas migrantes en los pasos del Bidasoa.
Sin embargo, en su intervención en Pau, de la que da cuenta 'Mediabask', el prefecto de Pirineos Atlánticos se acogió a lo ya expresado durante una comparecencia organizada en la Subprefectura de Baiona el 27 de enero de este año.
Condiciones para la reapertura administrativa
En esa rueda de prensa Julien Charles hizo alusión al encuentro en Barcelona entre el presidente español, Pedro Sánchez, y su homólogo francés, Emmanuel Macron.
Contestada en las calles por el independentismo catalán, muy activo en las protestas que se desarrollan para denunciar la clausura de pasos en Catalunya Nord, esa cumbre franco-española no se tradujo en compromisos concretos en relación a la eventual reapertura de la muga.
Sin embargo, en la cita Macron evocó una propuesta, la de crear patrullas fronterizas conjuntas, a la que se acogió Charles, tanto en su discurso en Baiona como en esta más reciente intervención en Pau, como la fórmula que haría posible la reapertura de pasos, a día de hoy sin fecha.
Charles avanzó que los dos estados ya han acordado la creación de un grupo de trabajo «a fin de avanzar hacia la supresión de estos últimos puntos de control en frontera».
Evocando las palabras del ministro de Interior francés, Gérald Darmanin, el prefecto auguró que «la reapertura administrativa podría hacerse realidad una vez que Francia y España se pongan de acuerdo sobre las condiciones de realización de esas patrullas conjuntas».
El Gobierno de Pedro Sánchez planteó recelos de partida a la creación de esas patrullas conjuntas que actuarían en un área por determinar y podrían remitir en el imaginario colectivo a un modelo abiertamente represivo en la «persecución de ilegales» como el que rige en Norteamérica.
Cabe recordar que el próximo 1 de julio el Gobierno español asumirá la presidencia de turno de la Unión Europea, lo que abriría, a priori, una posibilidad de abordar la cuestión fronteriza desde el prisma de los acuerdos europeos.
El Partido Popular Europeo ha maniobrado a instancias de la derecha española y Moncloa no ha tenido otra opción que secundar la demanda a Bruselas para que acepte un opción sin precedentes que se traduciría en que una presidencia de turno semestral arrancara sin que el Gobierno que la ejercerá abra su mandato rindiendo cuentas de antemano ante el único órgano elegido por sufragio universal como es el Parlamento Europeo.