Los colectivos AZET Etxebizitza Sindikatua, SOS Racismo, Okupazioa Bulegoa, Atxuri Harrera, Ongi Etorri Errefuxiatuak, OZEN LGTB, Xake Espazioa, Bilbo Zaharreko Etxea y la Coordinadora de Grupos de Bilbao la Vieja, San Francisco y Zabala han elaborado una guía contra los desalojos ilegales, en cinco idiomas, que definen como «herramienta de autodefensa» ante la proliferación de desahucios auspiciados por grandes propietarios que no tienen amparo judicial.
Esta iniciativa, han expuesto en la comparecencia ofrecida este miércoles en pleno corazón de San Francisco, arranca en noviembre pasado a raíz del desahucio violento de un activista de AZET Etxebizitza Sindikatua por parte de la Policía Municipal «sin ningún tipo de orden judicial». La casa era propiedad de un fondo buitre.
Aquel hecho, han recordado, dio origen a una reflexión compartida por diferentes colectivos que concluyó que estos desalojos ilegales no son hechos aislados, «sino que se trata de una realidad cotidiana que sufren muchas de nuestras vecinas y especialmente las migrantes».
Papel de la Policía Municipal
Destacan el papel asumido por la Policía Municipal de Bilbo como «brazo ejecutor del racismo institucional y defensora de los intereses especulativos de los grandes propietarios». «Contra su violencia no nos queda otra herramienta que nuestra autodefensa», han asegurado.
La guía informa al vecindario de los derechos que les amparan ante situaciones de abuso por parte de la Policía. «Para que sepan que no están solas y que un policía llamando violentamente a su puerta no puede entrar en su casa sin una orden judicial. Para que no haya ni un desalojo ilegal más», han expuesto
La primera pauta que fija la guía es la de evitar la apertura de la puerta. A continuación, aclarar a quien quiere desalojar que el afectado tiene derechos y que sin orden del juez no pueden acceder a la casa. «Si entran en tu casa sin orden judicial, están acometiendo un delito de allanamiento de morada», añaden y puede ser denunciado.
Para el caso de las personas que no tiene un contrato de alquiler, los colectivos instan a que guarden recibos de pedidos de comida o paquetes que hayan recibido por internet para probar que llevan tiempo viviendo en la casa y así será más difícil el desalojo.
En el caso de que se pague un alquiler pero no tenga contrato ni recibos, se plantea que reúnan pruebas de que lo hacen, como mensajes, email o recibos de internet o teléfono a nombre de la persona que habita en la vivienda.
Está funcionando
Los impulsores de la guía han asegurado que está funcionando, a pesar de la «sistemática» persecución de agentes de la Policía Municipal hacia los activistas que realizan labores de propaganda por el barrio. «La actitud de la Policía nos reafirma y nos da más fuerza», han subrayado.
«Hemos comprobado cómo compañeras de nuestro entorno han conseguido evitar desalojos ilegales simplemente utilizando el material que se les hizo llegar. Personas que podrían estar ahora mismo sin casa o en la calle, están a nuestro lado luchando y defendiendo sus viviendas y las de sus vecinas porque supieron cómo actuar ante un intento de desahucio sin orden», han señalado, satisfechos de esta «herramienta útil» para evitar los desalojos ilegales.
Han confesado que no son ingenuas y saben que el racismo y la persecución contra las personas empobrecidas sigue en las calles pero han animado a difundir la guía como «herramienta de autodefensa» para «acabar con la impunidad policial».