Al menos cuatro ciudadanos israelíes han muerto y otros tantos han resultado heridos, uno de ellos de carácter grave, por un tiroteo perpetrado en una gasolinera cerca del asentamiento de Eli, en Cisjordania. A su vez, un civil y soldados israelíes han matado a los dos atacantes, presuntamente miembros de Hamas.

El Ejército israelí ha afirmado que los atacantes han llegado a la gasolinera a bordo de un vehículo y han abierto fuego.

Uno de los colonos ha matado a su vez a uno de los atacantes en el lugar de los hechos, Era un palestino de 26 años del pueblo de Urif, cerca de la urbe de Nablus.

Hamas ha confirmado posteriormente que este era miembro de su ala armada, las Brigadas Al Qasam, y que en el pasado estuvo encarcelado por Israel.

Mientras, los militares han iniciado una operación en busca del otro sospechoso, que ha escapado con un vehículo robado. Tras localizarlo, las fuerzas israelíes lo han matado en las cercanías de la localidad de Tubas.

El incidente supone el ataque con más víctimas mortales israelíes desde el pasado enero, y sse enmarca en una escalada en la que el Ejército israelí lanzó el lunes la operación más violenta en décadas en Cisjordania, utilizando helicópteros de combate Apache y francotiradores, y que se saldó en Jenin con seis palestinos muertos –uno de ellos un menor– y cerca de cien heridos, entre ellos ocho soldados israelíes.

La operación duró nueve horas y fue respondida por las milicias palestinas. Además, el mismo día el Ejército mató a otro palestino cerca de Belén.

El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, que ha convocado una reunión de urgencia tras el último ataque, ya había advertido de que «todas las opciones están sobre la mesa» tras la operación, abriendo la puerta a un aumento de la escalada de violencia en la zona.

Las principales milicias palestinas han aplaudido la acción, descrita por la Jihad Islámica como «una respuesta natural» a los crímenes de la ocupación «en el contexto del ejercicio del derecho legítimo a la autodefensa».

Hamas lo ha vinculado a los recientes ataques en Jenin y al asalto a la mezquita de Al-Aqsa en abril. «La resistencia continuará sus ataques y responderá con toda su fuerza a los crímenes de la ocupación sionista», ha afirmado el grupo.